Falta de políticas de apoyo a pequeños productores profundiza la dependencia alimentaria
El gobierno anunció hoy mediante su Ministro de Agricultura, Denis Lichi, que desde la fecha ingresarán miles de kilos de tomate debido a la escasez del producto de producción nacional. La falta de una política de apoyo a los pequeños productores hortícolas y el acaparamiento de tierras en manos del agronegocio y las inmobiliarias, profundizan la dependencia alimentaria del país.
El alto costo alcanzado por el producto alarmó a los consumidores en las últimas semanas, sin embargo, el comportamiento es cíclico, mientras existe producción nacional el producto abunda y los precios bajan considerablemente, pero la producción local cubre apenas el 44% del consumo interno; al escasear la producción y recurrir a la importación los precios vuelven a subir. La dependencia alimentaria en Paraguay avanza año a año, en la misma medida que avanza el agronegocio, mientras en el año 2012 se importaban unas 88 mil toneladas de alimentos, en el año 2017 la importación de productos alimenticios que provienen de la agricultura campesina llego a 152.598 toneladas, según datos del libro Con la Soja al Cuello 2018.
Marcial Gómez, dirigente de la Federación Nacional Campesina, señaló que la imposibilidad tener productos hortícolas de producción nacional para todo el año se debe fundamentalmente a la falta de una política pública de atención al pequeño productor “la falta de infraestructura y condiciones económicas adecuadas hace que solo haya producción por un tiempo” indicó. La FNC había presentado en el año 2018 un Plan Nacional de Producción Frutihortícola donde se planteaba que el Estado invierta unos 40.000 millones de guaraníes al año para garantizar la producción de frutas y hortalizas que cubran la demanda nacional durante los 12 meses.
“Lo que se debe invertir es mínimo en comparación a lo que gasta nuestro país en la importación de alimentos que podríamos producir aquí, todo el año” señaló Marcial agregando que el Plan incluye la entrega de infraestructura, viveros, sistemas de riego y otros puntos que son claves para el éxito del productor campesino. Según fuentes oficiales Paraguay gasta alrededor de 500 millones de dólares al año en la importación de alimentos provenientes principalmente de Brasil y Argentina.
A la falta de una política de atención al productor hortícola se suma la pérdida del territorio campesino, situación que agudiza la crisis. En el año 2017 Paraguay destinó apenas 334.480 hectáreas a la producción de alimentos mediante la agricultura campesina, mientras que los monocultivos de rubros del agronegocio ocuparon cerca de 6.5 millones hectáreas.
“En la zona de Caaguazú la soja está avanzando, allí es uno de los lugares de mayor producción de tomate, en muchos casos los campesinos ya no pueden producir sin invernadero porque los venenos de las fumigaciones destruyen su producción” menciona Marcial. A esta realidad se suma que las tierras destinadas a la producción hortícola en el Departamento Central también están siendo acaparadas por grandes inmobiliarias lo que disminuye el territorio destinado al cultivo.
Otro punto crítico respecto a la importación de frutas y hortalizas es el hallazgo de residuos de agrotóxicos altamente peligrosos para la salud humana en estos productos. Manzanas, tomates, cebollas y papas provenientes de la Argentina estaban contaminadas con plaguicidas que superaban los Limites Máximos de Residuos permitidos, pudiendo ocasionar daños al sistema nervioso, trastornos endócrinos, cáncer y malformaciones según el estudio “Toxicidad de los agrotóxicos encontrados en frutas y hortalizas importadas por Paraguay” de la Dra Susana Barreto.