En Chile, el Estado va por tus genes
Utilizando como excusa que 'se pueden perder los niños' la Policía de Investigaciones y la alcaldesa de Concepción tomaron en abril pasado muestras de ADN a dos mil niños de colegios municipales. La policía espera ampliarlo al conjunto de la población. A mediados de mayo dos mil niños de 12 años de colegios municipales de Concepción tuvieron que abrir su boca para que detectives extrajeran muestras de su saliva a través de un hisopado bucal. Sin preguntarles a sus padres y seleccionados por ser pobres, estos niños inauguraron una base de datos genéticos que incluye una fotografía, su grupo sanguíneo, los antecedentes familiares y una estampilla que guarda la información sobre su material genético.
El proceso se desarrolló también en otras ciudades de Chile a cargo del Servicio Médico Legal y se espera para los próximos meses la construcción de un registro con el perfil genético de la población penal. La alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe argumentó el hecho diciendo que “menos de un cinco por ciento de ellos tiene carné de identidad, de manera que en caso de extravío es muy difícil encontrarlos”.
La prensa dio la noticia explicando que se realizaba “con el fin de contar con la mayor cantidad de antecedentes en caso de desaparición”. A juicio del abogado Mauricio Salinas, el argumento es “un abuso de poder que incluso podría llevar a otras responsabilidades. Usar el argumento de una eventual pérdida de los niños es una falacia. Se está forzando a un consentimiento desinformado, en donde los padres no conocen las implicancias del registro”. Fuentes del SML acusan que de 70 cadáveres que llegan a esa repartición en Santiago todos los días, no alcanzan a ser más del 2% los que cuesta identificar o no se presentan familiares presintiendo una desgracia. Si antes la toma de muestras de ADN se hizo con los familiares de detenidos desaparecidos, luego se extendió a los exámenes de paternidad.
A juicio de Reg Whitaker, profesor de ciencias políticas de la York University de Toronto y autor de “El fin de la privacidad”, “las nuevas tecnologías de vigilancia hacen cada vez más transparentes a las personas, y reducen sin cesar los espacios privados de la gente”.
PROYECTO CODIS
En Chile, desde el año 1983 el Servicio Médico Legal cuenta con la tecnología para extraer ADN, trámite realizado por la Unidad de Genética Forense que dirige el doctor Gastón Bocaz. Desde el 2002 los investigadores de la unidad están concentrados en el CODIS (Combined DNA Index System) o Sistema combinado de índice de ADN, que registrará digitalmente las muestras de la población penal.
El software que se usará en el proceso fue donado por el FBI al Ministerio de Justicia. Fuentes del SML, que prefirieron mantener el anonimato, señalan que el registro hecho en Chile será compartido con la institución norteamericana. Además de Santiago, el SML ha inaugurado laboratorios de ADN en Valparaíso, Concepción e Iquique.
Los investigadores están a la espera del reglamento de la Ley 19.970, que crea el Registro Nacional de ADN, anunciado para mediados de este año. Si bien el SML toma las muestras, el Registro Civil será la institución a cargo de crear un perfil genético de la población penal. La ley faculta a los investigadores a tomar muestras a imputados, condenados, víctimas, personas extraviadas, a sus familiares y evidencias. Consultado acerca de la discusión parlamentaria de este proyecto de ley, el diputado Sergio Aguiló, recuerda que "nos llamaron a aprobar esta ley como si fuese un reglamento administrativo más de Gendarmería. Creo que realmente no le tomamos el peso al asunto y debiera haber un debate".
En el horizonte del laboratorio de Bocaz está el crear un perfil genético de toda la población. Ya a mediados de abril el SML comenzó a extraer saliva de las bocas de hombres de las ciudades de Iquique, Santiago, Concepción, Temuco y Punta Arenas de forma voluntaria. La prensa de Iquique, comentó que en la ciudad se llegó a recibir 100 muestras a los 3 días de iniciada la campaña.
La encargada regional del Centro Referencial Norte, Valentina Sazo, dijo que "la recepción de la comunidad ha sido buena, no sabíamos si la gente iba a sumarse a esta iniciativa y la verdad es que estando a la mitad del plazo estimado de campaña, llevamos la mitad de las muestras que necesitamos". La Seremi de Justicia de Iquique, Carolina Fernández, agregó que esto es un “hito en la medicina forense, que permitirá agilizar y optimizar los procesos de reconocimiento de identidad”.
Jacques Testart, biólogo francés del centro científico INSERM y autor de los libros críticos de la ciencia “El racismo del gen” y “El embrión transparente”, señaló a El Ciudadano que “el problema parte cuando aceptamos el fichaje de toda la población con el carné y las huellas digitales. Hoy las muestras de ADN persiguen lo mismo, que es el fichaje de la población".
A juicio del abogado de Derechos Humanos, Eduardo Contreras, “es necesario discutir más a fondo esta ley, ya que puede considerarse una violación a los derechos humanos. Debieran visualizarse los verdaderos propósitos de esta intervención, ya que a mi juicio es una violación a la intimidad esto de tener un registro biológico de las personas. No olvidemos que estas prácticas fueron muy utilizadas por los nazis”.
Testart teme “que la generalización a mediano plazo del fichaje desde el feto, gracias al diagnóstico pre-implantatorio (DPI), termine clasificándolos en categorías como “con riesgo de patología” o “con riesgo de violencia”. Las muestras identificatorias son a menudo confundidas con las muestras clasificadoras y ambas pueden ser realizadas con la misma muestra/población”. El científico se pregunta si “son las muestras chilenas expresamente limitadas a la identificación. Si nada esta precisado, puede ser que sirvan también para diagnosticar componentes patológicos o de comportamiento”.
Por su parte, Salinas comenta que “esta ley se desarrolla en un contexto nacional de exacerbación de la denominada “seguridad ciudadana”, lo que permite que iniciativas como esta ley u otras, en contra de las cuales se han pronunciado representantes de distintos sectores, como ocurre con la Agenda Corta, sean aprobadas sin mayor discusión ni reflexión por parte de la ciudadanía. Además, dentro de una sociedad desigual en materia de ingresos, termina siendo un ejercicio más de poder sobre los más pobres”.
SALVAGUARDIAS DE LA SOCIEDAD CIVIL
El escritor soviético Eugene Zamiatin escribió en 1920 la novela “Nosotros”, en la que describe un Estado Unido presidido por el “Bienhechor” e integrado por “números”, que son las personas. Décadas antes que Orwell, describiera al “Gran Hermano”, el autor soviético describe una ciudad del futuro de cristal, que hace transparente la vida de todos a todos, con la excepción del Bienhechor. Ahora la transparencia es biológica.
Para el Jefe de la Sección Bioquímica del Laboratorio de Criminalística, Prefecto Juan Ríos Hernández, "en poco tiempo todas las personas que han sido condenadas van a estar fichadas en el registro de ADN". Para Ríos “sería ideal tener clasificada a toda la población tal como existe un archivo de huellas en el Registro Civil, por lo que un registro genético sería bastante útil”.
Huriet, miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética de Francia y del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO, además de presidente del Instituto Curie, señaló a El Ciudadano que “La aceleración del ritmo de los avances en biología y en medicina, unido al vértigo de la innovación en biotecnología seducen las opiniones publicas. La sociedad civil percibe los beneficios que se les hace esperar, sin estar conciente de los riesgos eventuales y del precio a pagar”
Consultado al respecto, el ministro secretario general de la presidencia, José Viera Gallo, dijo que el uso del conocimiento de todos los datos genéticos es muy importante para la salud y las políticas públicas. Son datos que no pueden srr utilizados si autorización. Respecto a la extensión de la exigencia de muestras de ADN al conjunto de la población, reconoció que probablemente así sea, creo que es tarea del próximo gobierno. “Argumenta que la confidencialidad de aquellos datos está resguardada por la Ley de Protección de Datos, sobre la que se discute hoy en el Parlamento hacerla más estricta, porque es una de las exigencias de ingreso a la OCDE”
Testart cree que “la sociedad civil debe exigir que se diferencie los 2 tipos de muestras y se precise los campos de aplicación del uno y el otro. Estos fichajes con alto riesgo deben ser antes que nada objeto de un estudio ciudadano con poder legislativo y no sólo consultivo. Además se debe exigir transparencia y balances anuales de esta actividad”
Salinas visualiza “la desaparición de la autonomía individual y de la entidad ética de los seres humanos, relacionado con la creación de un poder gigantesco para el control social, el cual con el ADN tendría información respecto de las personas que ni siquiera ellas manejan”.
MUESTRAS INAUGURADAS POR INMIGRANTES
Pese a que las leyes de bioética de Francia permitían los test de ADN sólo con fines médicos o de investigación, en octubre del año pasado el Parlamento francés, aprobó un proyecto de ley para reducir la entrada de familiares de inmigrantes, que contempla pruebas de ADN a los extranjeros que quieran reunirse con sus familias en Francia.
La intensa presión de los inmigrantes logró que en el texto legal se estipulara que los demandantes de una visa tienen que dar su permiso para tomar la muestra de ADN, aunque en la práctica los que la solicitan terminan accediendo para así mantener una buena imagen ante las autoridades migratorias. La toma de muestras será para extranjeros procedentes de países con registros civiles deficientes, deberán estar autorizados por un juez y ser aceptados por escrito por aquellos que lo solicitan.
La legislación está en un período de prueba hasta diciembre de 2009. Según el ministro de Inmigración Hortefeux, 12 países europeos ya cuentan con este tipo de normas, como es el caso de Alemania, Italia, Suecia y Gran Bretaña.
Claro que ya antes la policía podía recoger muestras de ADN de personas detenidas. En 1998 se creó el Archivo Nacional Automatizado de Huellas Genéticas, previsto en un principio para recoger huellas genéticas de autores de delitos sexuales contra niños. Según Le Monde Diplomatique, del 2001 al 2007, seis leyes extendieron su alcance a otras infracciones.
Huriet dijo que “debe protegerse la confidencialidad de los datos genéticos de una persona. Por ello no es aceptable el uso de muestras ADN para el control de la inmigración, que además causa una presión moral a las personas afectadas”.
En Noviembre de 1997, la Conferencia General de la UNESCO adoptó una Declaración Universal sobre el genoma y los derechos humanos. Además, el parlamento francés votó el 2004 una ley sobre bioética cuyo Título II se refiere a los “derechos de la persona y características genéticas”. En ambos textos se declara como principios que las investigaciones sobre el genoma humano y sus aplicaciones tienen que respetar la dignidad, la libertad de la persona y los derechos humanos, además que las muestras se deben realizar con el consentimiento libre e informado de la persona respecto a la naturaleza y finalidad del examen.
Huriet señaló que “la propiedad del mapa genético es, según las legislaciones existentes, un derecho individual, por lo que el ADN de una persona no puede ser exigido por los Estados. El fin no justifica los medios. Si las muestras ADN están consideradas como una posibilidad de optimizar las investigaciones en caso de desaparición de los niños, corresponde a los padres consentirlas o no. Hacer de esas muestras una obligación reglamentaria en nombre del interés del niño crea un precedente cuya extensión hacia otros fines sería difícilmente inevitable”.
¿QUÉ ES ADN?
El ácido desoxirribonucleico (ADN) es una molécula en forma de doble hélice que está en cada célula de los organismos vivos y contiene las instrucciones genéticas para el desarrollo y funcionamiento del organismo. Es un largo polímero de unidades simples llamadas nucleótidos, cuya secuencia determina el mensaje molecular de la vida. Cada célula de nuestro cuerpo contiene 2 moléculas de ADN. Como tenemos un billón de células, se calcula que cada ser humano tiene 200 gramos de ADN.
Las muestras de ADN pueden ser extraídas desde pelos con raíz, escamas de piel, saliva o sangre, aunque la economía de la individuación prefiere el hisopado bucal, al ser un método rápido, no invasivo y muy preciso.
PROCESO DE INDIVIDUACIÓN Y BIOMETRÍA
El ánimo de producir un saber preciso sobre las poblaciones ha sido el sueño de los gobernantes. Desde que en el siglo XIX se constituyeran las policías en los estados, asistimos a un vertiginoso proceso de producción de registros y clasificaciones. A fines de ese siglo la neurobiología otorga fundamentos científicos a un vigoroso proceso de individuación. “En la época en que se amplifican los movimientos de masas, el individuo se afirma como un valor político y científico” – detallan los historiadores Alain Corbin y Michelle Perrot.
A través de distintas prácticas se acentúa y difunde el sentimiento de identidad individual. “Las instituciones policiales han jugado, en esta materia, el papel de laboratorios; en ellos se elaboraron algunas técnicas llamadas a regir, más adelante, muchos otros campos. Al policía, lo mismo que al simple ciudadano, se le puede plantear un doble problema: ¿Cómo probar su identidad? ¿Cómo poner a descubierto la de otro, aunque ya no se trate más que de un cadáver?” –comentan Corbin y Perrot.
En 1883, el jefe del departamento fotográfico de la Policía de París, desarrolló el sistema Bertillon, que lleva su nombre, a partir de nociones antropométricas para identificar a criminales. Se medían partes de la cabeza y del cuerpo de los sujetos, registrados junto a marcas individuales como tatuajes y cicatrices. El método fue jalonado por los trabajos de Barruel sobre la sangre y el olor individual y otras investigaciones de las sociedades de antropología. El sistema reinará sin discusión hasta comienzos del siglo XX, produciéndose un boletín antropométrico que detallaba medidas óseas junto al fichaje fotográfico.
Una cuota delirante de esta búsqueda la otorga el médico y criminólogo italiano Cesare Lombroso, quien desarrolla la Frenología, pensamiento que ve al delito como resultado de tendencias de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes. Su obra, de gran difusión en Chile en los estamentos médicos y policiales de los años 20, se concentra en asimetrías craneales, formas de la mandíbula o de las orejas. También menciona como factores criminógenos el clima, la religión, el grado de civilización, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción o la posición económica. Las ideas desarrollaron conceptos como el de ‘sujeto peligroso’, definido como personas con predisposición hereditaria a ser antisocial.
En la revista Detective, de la Policía de Investigaciones de Chile, desde 1936 se discutía sobre los procedimientos más fiables para definir la identidad de una persona. Se mencionaban aparatos ópticos, dactiloscopía, un sistema papilar de identificación, antropometría, el sistema Bertillón; se entregaba datos acerca de ‘las modernas concepciones de la herencia’ o se reproducían estudios sobre las ‘constituciones esquizoide, cicloide y criminaloide de la población’. El objeto a intervenir no eran sólo los delincuentes, también había especial énfasis en las ‘causas sociales del suicidio’, los anarquistas o el peso del cerebro de las personas. En 1939 hay un escrito en la publicación acerca de la relación entre el cerebro y la maldad.
Gozaba en la época de un amplio prestigio las concepciones del jurista español Jiménez de Asúa, sobre el estado peligroso de determinados sujetos. Esta tesis, que se apoyaba en las ideas de Lombroso, acusaban la predisposición mórbida de las personas que lo hacían delinquir, drogarse, ser anarquista o cometer algún desorden social.
En 1937 se crea el Instituto Nacional de Clasificación Criminológica que despliega las técnicas de identificación personal. Ya en 1903 se había empezado a identificar a los detenidos por la policía, quienes inauguraron en Carné de Identidad y la huella dactilar. Pronto el ánimo de individuación se despliega a la identificación de los cadáveres, los recién nacidos, cuyas fichas de nacimiento tendrán impresas las huellas digitales de manos y pies.
En las últimas décadas, ante el desprestigio de la Frenología, los ávidos de control han desarrollado la biometría, que aplica métodos automáticos para reconocer humanos a partir de rasgos conductuales o físicos. Así se perfeccionan técnicas de identificación a partir de la retina o el iris ocular, patrones faciales, venas o la palma de la mano.
Al igual que la huella dactilar y el carné de identidad, la toma de muestras de ADN tuvieron un origen policial y se aplicó sobre la población penal. En 1924 se hace obligatoria la identificación personal y un año después se crea el Registro General de Condenas, a partir del prontuario de los presos, una Tarjeta Índice y la Impresión Digital.
Fuente: El Ciudadano