Empresa Pública de Alimentos, una iniciativa cooperativa para precios justos
Harina, arroz, yerba y productos deshidratados, entre otros, componen un combo de productos ofrecido por la Empresa Pública de Alimentos, una iniciativa de la Federación de Cooperativas (Fecofe) y el espacio Ciudad Futura de Rosario. La propuesta incluye quince artículos a un precio menor que los del mercado.
A la hora de haberse lanzado, ya se habían vendido mil cajas. Se trata de la iniciativa Empresa Pública de Alimentos (EPA), un combo de 15 productos cooperativos de la canasta básica que se comercializa a precios entre un 30 y 40 por ciento por debajo de los precios de mercado. “La repercusión superó nuestras expectativas y nos están llegando pedidos de muchos lugares del país”, comentó Juan Manuel Rossi, presidente de Fecofe, federación de cooperativas que se alió al espacio Ciudad Futura para realizar el lanzamiento de la iniciativa en Rosario. La EPA, que se lanzó en julio, ya despertó la atención de funcionarios municipales y provinciales de Buenos Aires, Tucumán, Córdoba y Santa Fe que expresaron su intención de ampliar la experiencia.
“El acceso a los alimentos de la canasta básica son de una necesidad imperante en un contexto de baja del consumo, baja en las ventas y pérdida de poder adquisitivo del trabajador, sumada a la concentración de la producción y distribución y la especulación que hace elevar los precios ante la falta de control por parte del Estado”, analiza Rossi. La caja contiene en total ocho kilos entre los 15 productos: yerba mate, arroz, harina, fideos, talitas, polenta, lentejas, garbanzos, porotos, azúcar, aceite, mermelada, puré de tomate, té y deshidratados.
Los productos alimenticios de EPA son elaborados por distintas cooperativas, algunas de ellas integrantes de esa Federación. La caja contiene productos de cooperativas como La Hoja, El Tambo, Cooperativa Agropecuaria Productores Y Consumidores (Capyc) y Agricultores Federados Argentinos, entre otros. “Es una nueva manera de abordar viejos problemas que tiene la Argentina, como por ejemplo que los alimentos estén a la vanguardia de los elevados índices de inflación”, subrayó durante la presentación el concejal rosarino y militante de Ciudad Futura, Juan Monteverde.
Según explicó el dirigente —que arañó la intendencia de Rosario al perder por solo tres puntos contra el actual mandatario municipal, Pablo Javkin, en las últimas elecciones—, la EPA es una entidad de carácter público pero no estatal, es decir que funciona bajo la gestión de entidades de la comunidad. El espacio Ciudad Futura y el Frente Patria Grande vienen impulsando la iniciativa desde hace varios años. Ahora encontraron, en alianza con Fecofe y las cooperativas del rubro alimenticio, un canal de gestión y distribución eficiente para salir con una primera oferta mayorista.
En 2020, poco después de asumir el gobierno de Alberto Fernández, el diputado del Frente de Todos Federico Fagioli presentó un proyecto de creación de la Empresa Pública de Alimentos. La iniciativa nunca prosperó. El año pasado, la Mesa Agroalimentaria Argentina —integrada por Fecofe— volvió a promover la discusión parlamentaria de una empresa pública de alimentos, entre otras medidas, que tampoco fueron tratadas.
La decisión de Fecofe y Ciudad Futura de hacer realidad la iniciativa mostró que la propuesta era necesaria ante la suba de precios de los alimentos y la bruta caída del poder adquisitivo. Las cajas están siendo adquiridas en primera instancia por sindicatos de la ciudad de Rosario para sus afiliados. Pero la repercusión del lanzamiento fue tal ya se abrieron conversaciones con entidades gremiales e incluso con gobiernos municipales y provinciales de distintas partes del país.
“Hace unos tres meses empezamos a conversar y rápidamente nos pusimos de acuerdo en cómo podíamos empezar. Ellos tenían la idea, el proyecto, y nosotros con las cooperativas pudimos poner productos y avanzar”, señaló Rossi, quien visualiza un impacto positivo y rápido en las empresas autogestionadas.
“Esta dinámica genera un aumento en las ventas y redunda en más trabajo. Para nosotros es fundamental que las cooperativas se sostengan, que los productores y trabajadores asociados puedan agregar valor, crecer en cantidad y calidad de producción”, valoró Rossi.
Esto ocurre en un contexto en el que la mirada especulativa de la economía está por encima de la producción, algo que desde el sector cooperativo consideran sumamente negativo. “Todas las señales son malas. No hay crédito productivo. No hay un modelo planificado para la producción que garantice el abastecimiento todo el año. No hay presupuesto. No hay Instituto de Agricultura Familiar. Ni hablar de subsidios como existen en otros lugares del mundo para garantizar la diversidad productiva y la ocupación territorial”, lamentó el dirigente cooperativo.
Para Rossi, “la política de desregulación y apertura de importaciones del gobierno nacional, que no es propio de países productores de alimentos, está impactando de manera negativa en todo el sector cooperativo y PYME en general”. Por lo tanto, el camino es “organizarse, fortalecer las cooperativas y buscar alternativas a través de esquemas asociativos”.
Empresa Pública de Alimentos: menos intermediarios, menos precio
La fuerte demanda que tuvo el combo de alimentos en las primeras horas hace prever un incremento de pedidos. Algunas intendencias, como la de Paraná, invitaron a los impulsores a presentarles el proyecto y le transmitieron la disposición el gobierno municipal a trabajarlo en el territorio.
“El encuentro fue muy positivo. Pudimos contarles la propuesta y las ventajas de comercializar estos productos de calidad y sanos que llegan directamente al consumidor a un precio justo. Esperamos concretar en el corto plazo una entrega”, adelantó el secretario de Fecofe, Ricardo Garzia.
La caja está ahora en su segundo ciclo de producción y armado. “La lanzamos para que trascienda en el tiempo, no como algo coyuntural y testimonial. La clave está en que son precios justos, resultado de un circuito corto que va del productor al consumidor sin intermediación que la encarezca”, explicó Mateo Compagnucci, gerente comercial de Fecofe.
En rigor, el único eslabón entre la producción y el consumo es la gestión que realiza la Federación al vincular la oferta en base a la producción disponible de las cooperativas así como la estructura de acopio y logística a cargo de la EPA. En adelante, el aumento de los costos operativos de producción y otros insumos (como el combustible) pueden impactar en el precio, pero el criterio seguirá siendo mantener márgenes mínimos de excedentes.
“Al no haber especulación, estamos ofreciendo ocho kilos de alimentos a precios en promedio un 30 o 40 por ciento menos que segundas o terceras marcas del mercado”, marca Compagnucci.
Además de los sindicatos, la caja se ofrece a consumidores finales a través de Misión Antiinflación, una tienda online creada por Ciudad Futura para unir a consumidores con productores. “Queremos multiplicar la experiencia y ganar escala. En principio, a través de organizaciones que pueden implementar como política gremial esta propuesta dirigida a sus afiliados”, señaló Compagnucci.
“Pensamos ir de a poco, pero sabemos que se puede escalar con aliados, que son otras organizaciones cooperativas de producción y de consumo, mutuales con proveeduría, sindicatos y gobiernos municipales y provinciales que pueden comprar alimentos a las cooperativas, aportando al desarrollo regional y nacional y a generar trabajo de calidad”, concluyó Rossi.
Alimentos nacionales y cooperativos
"La Terre" es una fábrica recuperada por sus trabajadores, desde hace once años, en Mendoza. En la actualidad produce más de 2.000 toneladas de alimentos deshidratados por año. La mayor parte lo comercializa a granel, pero también tiene una marca propia, que coloca, por ejemplo, en las góndolas de la red de supermecados Cooperativa Obrera, la empresa cooperativa de consumo más grande del continente.
Como toda PYME orientada al mercado interno, está atravesando un momento crítico por la depresión económica combinada con el aumento de los costos operativos. Si bien las máquinas son de la cooperativa que formaron los trabajadores al recuperar la empresa, pagan un alquiler costoso y, el último mes, abonaron doce millones de pesos de luz.
“Este tipo de iniciativas nos parece muy buenas, es una caja con muchos productos a precios razonables. Estamos muy entusiasmados y da ganas de seguir trabajando.”, le contó a Tierra Viva el presidente de La Terre, Daniel Sauretti. La planta está trabajando al 60 por ciento de su capacidad, por lo que si la demanda aumenta a partir de la EPA, están en condiciones de satisfacerla. La materia prima que utiliza la cooperativa proviene, sobre todo, del cinturón verde de Guaymallén y de la provincia de San Juan, donde están trabajando con perspectivas a incorporar eslabones agroecológicos en la cadena de valor.
Fuente: Agencia Tierra Viva