"El sistema productivo preponderante hoy en Argentina enferma a la gente”

Idioma Español
País Argentina

El pasado 10 de mayo se cumplió un año del fallecimiento de Andrés Carrasco, médico embriólogo que denunció los efectos devastadores del glifosato y cuestionó duramente el rol de la ciencia en su vínculo con las corporaciones del agronegocio. En homenaje a quienes no conciben su trabajo disociado de su condición de productores sociales de conocimiento, desde el programa de radio Bajo Consumo de Radio Sur FM 88.3 se entrevistó a Medardo Ávila, docente investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, integrante de la Red Universitaria de Medio Ambiente y Salud y de la organización Médicos de Pueblos Fumigados.

Recientemente encabezó, junto a su equipo un estudio epidemiológico, una investigación en la localidad cordobesa de Monte Maíz cuyos resultados arrojan una incidencia cinco veces mayor de casos de cáncer que el común (ver informe). Frente a esto, decanos de las facultades de Agronomía y Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) desestimaron la investigación y solicitaron que se le inicie un sumario administrativo.

Medardo Ávila, comentó que comenzó colaborando con el entramando de una red que emergió de la Facultad de Medicina de Córdoba, con el fin de sostener y acompañar a diferentes comunidades que identificaron una duplicación y hasta un aumento por tres de casos de cáncer, malformaciones, abortos espontáneos, problemas endocrinos; y que los asociaron con el proceso de producción agrícola a base de semilla transgénica y con la fumigación masiva en los pueblos pequeños.

Frente al monopolio de producción de conocimiento científico de las multinacionales sojeras es que vieron la necesidad de brindar argumentos científicos sobre las vinculaciones del proceso productivo del agronegocio y el desarrollo de enfermedades y síndromes en las comunidades: “Nosotros salimos a hacer ese trabajo de contra-inteligencia, de contra-información, a desenmascarar la mentira de que los agrotóxicos son seguros, sino que son veneno”, aseguró.

En relación a la recepción que tuvo esto en la comunidad académica de Córdoba, su respuesta fue contundente: “Andrés Carrasco demostró como en modelos embriológicos el glifosato producía las malformaciones que nosotros veíamos en nuestros pacientes. Estas noticias que traíamos van en contramano del auge de un modelo agronegocio que produce muchísimo dinero, que financia a la universidades y patrocina los congresos a los que vamos los médicos” a su vez que, “los laboratorios que están atrás de los agroquímicos son los mismos que producen medicamentos, entre ellos Bayer, segundo fabricante de agrotóxicos y primero de medicamentos en el mundo”.

Ávila se refirió también a la responsabilidad del Estado Nacional como socio directo del agronegocio ya que percibe el 35% del valor de las retenciones de las ventas de las cosechas de soja. En ese sentido, salir a decir que el negocio que financia las arcas del Estado está enfermando a la gente, está desmontando al país y contaminando el agua y a los alimentos, no parecía ser una buena noticia, y por lo tanto, fueron catalogados como “una banda de locos fundamentalistas, ambientalistas que atemorizábamos a la población”.

Las declaraciones de la OMS que declaran al glifosato como una sustancia cancerígena (ver aquí), abren para Ávila nuevas oportunidades a nivel mundial. “Hasta ahora la OMS mantenía la cabeza bajo el suelo, pero en los últimos diez años se fue acumulando evidencia de que el glifosato produce cáncer. Y esto ya no podía ser ignorado”. Por lo tanto, Ávila sostiene que “se trata de exigir al Estado nacional que el glifosato no esté en contacto con las personas. Esto es parte de nuestra lucha por ciudadanos, ya que el Estado no lo va a ser por sí mismo”.

¿Es la agrotoxicidad sólo una cuestión Rural?

Para Medardo Ávila, el autoabastecimiento de alimentos que tiene nuestro país expone a toda la población argentina a los efectos de agrotóxicos ya que el uso intensivo de glifosato también se extiende más allá de la producción de granos. Los alimentos tales como el tomate, el arroz, la lechuga, la zanahoria y otras verduras, así como también el vino, conservan residuos de pesticidas y herbicidas.

A su vez describió un aumento en 20 años de entre 800% y 1000% en la cantidad de litros de agroquímicos en Argentina. Mientras que para 1995 su utilizaron 34 millones de litros de agroquímicos, para 2015 fueron 317 mil millones de litros. “Nosotros llevamos un poquito de ese agroquímico a los alimentos todos los días”, dijo.

Finalmente, sentenció: “El sistema no tiene lógica biológica-ecológica, tiene una lógica química y económica, porque las empresas todos los años venden mas y facturan mas y hacen mas dinero y nosotros nos envenenamos cada vez más”.

Fuente: Notas

Temas: Agronegocio, Agrotóxicos, Salud

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