El hoacín y la industria farmacéutica
"La transnacional farmacéutica danesa Novo Nordisk está reivindicando la patente de una molécula del hoacín -un ave amazónica conocida en el Perú como shansho- que se puede utilizar como agente antimicrobiano. Se trata de un tipo de proteína llamada lisozima, una defensa natural que combate la infección atacando las paredes celulares de las bacterias, quebrándolas y matándolas"
Por Edward Hammond
Un ave amazónica en la mira de Novo Nordisk
La transnacional farmacéutica danesa Novo Nordisk está reivindicando la patente de una molécula del hoacín -un ave amazónica conocida en el Perú como shansho- que se puede utilizar como agente antimicrobiano. Se trata de un tipo de proteína llamada lisozima, una defensa natural que combate la infección atacando las paredes celulares de las bacterias, quebrándolas y matándolas.El interés de Novo Nordisk en el hoacín (Opisthocomus hoazin) se inicia con los estudios realizados en la década de 1990 por científicos de la Universidad de California, en Berkeley, quienes obtuvieron tejidos de esta ave amazónica a partir de investigadores venezolanos. Los estudios realizados en Berkeley demuestran el interés en aislar y comparar las lisozimas del hoacín con las de otros animales comedores de hojas.
En general, las lisozimas contribuyen a las defensas contra infecciones bacterianas, pero en los folívoros (que se alimentan de hojas) cumplirían un papel adicional especialmente importante. La digestión de este tipo de animales es ayudada por grandes comunidades de bacterias que descomponen las duras paredes celulares de las plantas. Las lisozimas de los comedores de hoja, a su vez, descomponen las bacterias, permitiendo que el animal digiera los nutrientes extraídos de las hojas por las bacterias.
En 1994, los investigadores de Berkeley extrajeron y secuenciaron el ADN de la lisozima del hoacín. Pero estaban interesados en compararla con la de otras especies para aprender, no para vender productos. No parece que su interés haya sido que la lisozima que fueron los primeros en describir en detalle pudiera ser por sí sola -o con una ligera derivación- un producto comercial.
Por otro lado, investigadores de Novozymes, una subsidiaria de Novo Nordisk, se especializan en la identificación y comercialización de enzimas con usos industriales. Las lisozimas de aves interesan a la empresa para los mercados que existen para la lisozima de la clara del huevo de gallina (lisozima HEW), con aplicaciones como conservante de carnes, quesos, en la fabricación de vino y otros productos alimenticios. La lisozima HEW también se utiliza en la investigación biológica y en productos farmacéuticos.
Investigadores de Novo Nordisk han modificado genéticamente un hongo asiático (Aspergillus oryzae) para expresar la enzima del hoacín. El A. oryzae, o koji, se utiliza en la fermentación de la soya y el arroz para producir una variedad de alimentos y bebidas alcohólicas en China, Japón y otros países. Se han seleccionado y manipulado genéticamente cepas de koji como “plataformas” para la producción industrial de enzimas. Estos investigadores demostraron que, como era de esperar, la lisozima del hoacín actúa contra las bacterias y permanece estable en un intestino simulado por más tiempo que la lisozima HEW. Y demostraron que, de nuevo como era de esperar, diversas variantes ligeramente mutadas de lisozima del hoacín también pueden tener utilidad, ya que esos derivados confieren características específicas, como aumento de la estabilidad o actividad a diferentes niveles de pH.
La empresa farmacéutica danesa reivindica como de su invención el uso de la lisozima, así como mutaciones de la misma creadas mediante radiación, mutagénesis dirigida y biología sintética, aunque no identifica los usos específicos de la enzima del hoacín. En cambio, mantiene su reclamo a un nivel amplio de un “método para reducir la contaminación microbiana” y sobre su uso “como agentes antimicrobianos en la alimentación animal, la producción de queso, la conservación de alimentos, detergentes, cuidado bucal, cosmetología y dermatología”.
Novo Nordisk se enorgullece de la ética empresarial y dice que ha capacitado en ello al noventa y nueve por ciento de su personal. El giro de la empresa, una de las líderes en la elaboración de insulinas, es muy lucrativo. En 2012 registró un beneficio neto (deducidos todos los gastos) de más de 3,800 millones de dólares. La filial Novozymes informó de 1,950 millones de dólares en ventas y 351 millones de dólares de ganancias, deducidos los impuestos.
Novozymes proyecta una imagen de compromiso político en cuestiones relacionadas con la biodiversidad. Dice que está “dedicada a la construcción de una economía basada en la biología, no solo a través de los productos y soluciones que desarrolla la compañía, sino también mediante la participación en los procesos políticos que darán forma al mundo del mañana”. El informe anual de la empresa contiene información sobre sus objetivos ambientales y sociales, como emisiones de carbono, uso del agua, diversidad en el lugar de trabajo y normas laborales, y también contribuciones hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio. (Algunos de estos objetivos se establecen como obligatorios en la legislación danesa.)
El interés en una “economía basada en la biología” no se debe a razones altruistas. Por ejemplo, Novozymes dice que está trabajando activamente para que las Naciones Unidas utilice un lenguaje que fomente un mayor uso de agrocombustibles, cuando uno de sus productos más rentables es una enzima utilizada en la producción de etanol a partir de maíz. La empresa también promueve el consumo de combustible de etanol y su producción en África.
El informe anual de la empresa dice que está comprometida con “los principios derivados del Compacto Mundial de las Naciones Unidas y de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas”. Pero nada explica del significado de “derivados”. (Quienes conozcan los pormenores de la discusión de los derivados y cómo definirlos en el marco del Protocolo de Nagoya considerarán irónico el uso ambiguo de la palabra “derivado” en referencia a la Convención sobre la Diversidad Biológica por una empresa europea de productos naturales.) Ésta, sin embargo, es la única referencia a la Convención sobre la Diversidad Biológica por parte de Novozymes y no hay tampoco ninguna otra referencia al acceso y distribución de beneficios que arrojen luz sobre qué consentimiento fundamentado previo y qué acuerdos sobre términos mutuamente acordados hizo la empresa, si acaso hizo alguno, con relación a su solicitud de patente sobre el lisozima del hoacín.
Una búsqueda fuera del informe anual de Novozymes, y de la propia solicitud de patente, no brindó ninguna información adicional que indique o sugiera un acuerdo de acceso y distribución de beneficios. La empresa alega que tiene “dos acuerdos sobre la utilización de recursos genéticos” (Tailandia, 2002 y Kenya, 2007) y que apoya la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas en términos de la “distribución justa y equitativa de los beneficios que surgen de la utilización de los recursos genéticos”, pero ninguno de esos acuerdos parece aplicable al hoacín ni a ningún país amazónico.
Por lo tanto, pese a la ética empresarial de Novo Nordisk y de sus compromisos ambientales, la empresa reclama derechos de patente sobre un trozo potencialmente valioso de biodiversidad presente en el ave amazónica sin que aparentemente exista un acuerdo de acceso y distribución de beneficios, lo que arroja dudas sobre la intención de su “participación en los procesos políticos que darán forma al mundo del mañana”.
Edward Hammond, es Director de la consultora Prickly Research (www.pricklyresearch.com) con sede en Austin, Texas, y asesor de Third World Network (TWN) en temas de biodiversidad, bioseguridad y propiedad intelectual.
RECUADRO
Un pájaro extraño
El hoacín (Opisthocomus hoazin) es un ave tropical que se encuentra en todos los países de la cuenca del Amazonas en América del Sur y es el ave nacional de Guyana. De unos sesenta y cinco centímetros, es un animal raro en muchos aspectos. Parece una cruza entre pavo salvaje y pavo real al que se le cayó pintura encima. Tiene los ojos rojos, las mejillas azules, una cresta extraña y plumas puntiagudas de varios colores. Su elaborado sistema digestivo, similar al de los rumiantes, ocupa gran parte del espacio delantero, donde otras aves tienen los músculos para el vuelo, lo que le impide volar bien.
Su olor parecido al estiércol de vaca se debe a que es uno de los dos únicos pájaros folívoros del mundo. (El otro es el kakapo o loro lechuza, Strigops habroptilus, de Nueva Zealanda, que se encuentra en peligro de extinsión.) Esto significa que su dieta está compuesta principalmente de hojas de árbol. El buche, o intestino anterior, usa fermentación bacteriana para descomponer el material vegetal que consume, haciendo una “predigestión” de las hojas antes de pasar al estómago, como ocurre en el caso de los vacunos y otros rumiantes, y tiene algunos de los mismos microbios digestivos que éstos. Estas similitudes han llevado a llamarlo “el pájaro que cree que es una vaca”.
La biología inusual del hoacín desconcierta a los taxónomos, que le asignaron un género propio y discrepan en torno a la forma en que se relaciona con otras aves.
Fuente: Red del Tercer Mundo