"El agronegocio conduce al precipicio"

Idioma Español
País Argentina

"Quien controla las se-millas, controla los pue- blos"advirtió la perio- dista y documenalista francesa Marie-Monique Robin. Cuestionó el actual "modelo de desarrollo, de crecimiento ilimitado" y llamó a la sociedad civil y a los Estados a fortalecer otros modos productivos y de consumo, como la agroecología y la agricultura urbana. "El agronegocio lleva al precipicio", señaló.

Entre el 10 y el 14 de noviembre, la periodista francesa Marie-Monique Robin, autora del reconocido documental "El mundo según Monsanto", estuvo en Rosario. Participó de un ciclo de actividades organizado por el Programa Agricultura Urbana Rosario, la Subsecretaría de Economía Solidaria de la Municipalidad de Rosario, la Red de Huerteras y Huerteros de Rosario y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Pro-Huerta del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Además de visitar y filmar las distintas experiencias de agricultura urbana que se desarrollan en la ciudad, Robin presentó en el auditorio del Centro Cultural del Parque España su nuevo trabajo, llamado "Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar el mundo". Es "un homenaje a los agricultores", según su propia definición. En un encuentro con periodistas, pequeños productores agropecuarios y representantes de movimientos ambientalistas, Robin expuso sus preocupaciones sobre el actual modelo productivo, pero también su optimismo sobre la gestación de nuevas alternativas. Entre ellas, destacó la experiencia del Programa de Agricultura Urbana que se desarrolla en Rosario desde el año 2002 (ver aparte).

Definió la agroecología como "un sistema en el que no hay monocultivo -ni siquiera orgánico- en el que se busca la complementariedad entre las plantas, los árboles y los animales, donde el suelo es la llave".

Sostuvo, sin embargo, que se trata de "un sistema más complejo que el agroindustrial". "Es un saber-hacer", agregó, que requiere "expertos científicos que apoyen a los agricultores a buscar la solución para cada terreno y cultivo".

Rechazó que las granjas no sean productivas: "Se utilizan mejor los recursos, no hay externalidades", indicó. En este sentido, puso como ejemplo al sistema milpa, utilizado en México, basado en la siembra simultánea del maíz, el frijol y la calabaza. "Un estudio realizado en la Universidad de Berkeley, en California, demostró que se obtiene en una hectárea de milpa la misma cantidad de alimento que se consigue en 1,7 hectárea de cultivos separados", subrayó.

MODELO INSUSTENTABLE. De acuerdo a la investigadora, el modelo de agronegocio lleva al mundo "al precipicio", ya que "los suelos y los recursos se van agotando". Esto trae como consecuencia "cambio climático, violencia, pobreza y guerra por recursos". En este marco, aseguró que "hay mucha presión de los lobbies empresarios", y cuestionó el rol de las principales multinacionales del sector, especialmente Monsanto. "La única razón por la que Monsanto hace transgénicos es porque son patentados, para obligar a los productores a comprar cada año nuevas semillas", denunció. "Quien controla las semillas, el primer eslabón de la cadena alimentaria, controla los pueblos", sentenció.

En esta línea, expresó su adhesión al repudio contra la instalación de la planta de Monsanto en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas. "Es muy importante que no se construya esa fábrica de semillas transgénicas, la sociedad civil tiene que apoyar el acampe", exhortó.

ALTERNATIVAS. Para Robin el cambio de paradigma debe estar basado en "la movilización de la sociedad civil" y en la creación de "una voluntad política muy fuerte" de los Estados. Además, consideró necesario "un cambio cultural, que descontamine la mente de los agricultores y los políticos".

Aseguró que "los consumidores juegan un papel muy importante" en el desarrollo de campañas contra el uso de agrotóxicos y transgénicos. Pero también, en contrarrestar la especulación con el valor de los alimentos: "Hay que sacar a los intermediarios y buscar un sistema de venta directa entre el productor y el consumidor", sostuvo.

Por su lado, aseguró que "hace falta una política pública muy fuerte" para fortalecer otros modos productivos, basados en la agroecología. "En los años 60, con la llamada revolución verde se invirtió mucho dinero en técnicos para hacer esta conversión", recordó, y reclamó "apoyo a los productores que quieren cambiar de sistema".

"En cinco años se podría recuperar bastante el suelo", estimó.

La agricultura urbana en Rosario

La autora de la trilogía de libros y documentales sobre la alimentación (que integran “El mundo según Monsanto”, “Nuestro veneno cotidiano” y la reciente “Las cosechas del futuro”) destacó la experiencia del Programa de Agricultura Urbana (PAU), que desarrolla la Municipalidad de Rosario desde 2002.

Aunque recalcó que deben complementarse con la producción agropecuaria de escala, Robin evaluó que “los programas de agricultura urbana son importantes porque reconectan a la gente con las fuentes de los alimentos”. Aseguró que le “llamó la atención la transformación personal de los huerteros y huerteras de Rosario”, en la mayoría de los casos mujeres y hombres desocupados o subempleados de los barrios más pauperizados de la ciudad, y destacó la calidad de sus productos, que pueden comprarse en ferias que se desarrollan en los distintos distritos de la ciudad.

Se puede consultar más información sobre el PAU en la web de la Municipalidad de Rosario: ver aquí.

Fuente: La Capital

Temas: Agronegocio

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