¿Ecuador, país de las plantaciones forestales? el MAGAP dice que sí
El Programa de Incentivo para siembra de plantaciones con fines comerciales propone la siembra de 120.000 hectáreas de monocultivos de árboles de rápido crecimiento en 5 años. Según el MAGAP se utilizarán tierras “no productivas” o “degradadas”, para supuestamente recuperarlas.
Con este objetivo el gobierno ha destinado un fondo de $323 millones de dólares que será entregado a empresas privadas y comunidades indígenas y campesinas que estén dispuestas a comprometer sus tierras y territorios para estas plantaciones forestales, por tiempo indefinido y asumir ambientales los impactos de las mismas, como disminución de agua y pérdida de fertilidad del suelo.
El argumento de que las plantaciones forestales permiten aprovechar y mejorar tierras degradadas es promovido por las mismas empresas que se benefician de esta actividad a través de la venta de insumos o la comercialización de la madera o la celulosa, pero es absolutamente falso.
Primero, porque las plantaciones forestales a gran escala rara vez se instalan en tierras degradadas. La razón es sencilla: en estos suelos los árboles no crecen bien, por lo que plantar allí no resulta rentable.
Para el común de la gente, la expresión “tierra degradada” despierta una visión de tipo lunar, con suelos gravemente erosionados y escasa o nula vegetación. En estos casos, toda actividad que apunte a recuperar esos suelos, ya sea con un monocultivo de árboles o por otros medios, puede ser considerada como positiva. Por otro lado, una “tierra degradada” puede ser un área de bosque que fue talada o un área agrícola de subsistencia, que conserva su potencial productivo. El engaño radica en que son las empresas las que definen -en forma directa o camuflada- qué tierra está degradada o sub-utilizada y de esa manera justifican la expansión de sus plantaciones.
En cuanto a las “tierras no productivas” es una expresión que debe ser debatido ampliamente. Recordemos que fue justamente en esta misma línea cómo años atrás el IERAC mediante la Ley de Tierras Baldías y colonización, incentivó la deforestación de vastas áreas de bosques en Esmeraldas y en la Amazonía.
Cabe preguntarse ¿cuáles son las áreas donde el Estado planifica sembrar 120 mil hectáreas con plantaciones forestales? ¿Podrían las tierras ocupadas por bosques ser consideradas como no productivas y ser reemplazadas por plantaciones forestales? ¿Podrían ser tierras campesinas, ocupadas con cultivos de subsistencia a las que se cataloguen como “no productivas”? ¿Son acaso las empresas privadas a quienes el Estado financiará el costo del 75% del gasto total de la plantación las verdaderas beneficiadas? ¿Quiénes realmente asumirán la pérdida de salud, agua, biodiversidad y fertilidad del suelo?
Nota:
1- Ver aquí
Fuente: gro.acigolocenoicca@atserof