Ecuador: la Iniciativa Yasuni-ITT no es REDD
La Iniciativa Yasuní-ITT nació como una apuesta por una sociedad post-petrolera, como una alternativa efectiva que respete y proteja la vida de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y la biodiversidad, en el caso del combate al cambio climático, se presentaba como la única forma efectiva de lucha contra este.
La no extracción del crudo es la única manera de enfrentar los problemas ambientales locales, nacionales y globales, no es REDD, propuesta con la que se pretende permitir que los países del norte sigan contaminando y encima hagan negocio de nuestros bosques.
El Yasuní no se protegerá a través de los llamados “mecanismos de conservación” ni de una “explotación responsable”, no existe tecnología (aunque se la llame de última generación) en el mundo que sea infalible, el accidente de Brithish Petroleum en el Golfo de México en 2010 lo demuestra, las operaciones de Texaco en las Provincias de Orellana y Sucumbíos son un claro ejemplo de sus consecuencias y los ataques al estado Ecuatoriano por parte de Chevron (antes Texaco) en estos últimos días, develan los verdaderos intereses y la forma de actuar de las Compañías Petroleras.
“No es novedad este hecho: toda actividad económica que se realiza basándose en la extracción de recursos naturales, aunque se diga que se utilizará la tecnología más amigable posible con el ambiente, genera un nivel de alteración o daño irreparable en el entorno natural”. ( El Telégrafo. “Una empresa que insiste en no reconocer sus irresponsabilidades”. 12 de agosto de 2013)
Lo hemos dicho antes y lo continuaremos diciendo: no hay nada que evaluar, la sociedad ecuatoriana ya decidió, la opción es la vida en el Yasuní. Ni una, ni cien personas pueden o les corresponde decidir sobre el futuro del lugar con la mayor biodiversidad del planeta y hogar de los últimos pueblos libres del Ecuador, si queda duda, entonces es tiempo de convocar a una consulta popular para que el pueblo del Ecuador ratifique su voluntad de dejar el petróleo del Yasuní en el subsuelo.
Fuente: El Ecuatoriano