Día Mundial de la Alimentación en Venezuela: "Agricultura y diálogo de culturas"

Idioma Español
País Venezuela

Con la Revolución Verde se empezó el proceso de sustitución de variedades locales por variedades de alto rendimiento pero dependientes de plaguicidas y fertilizantes. La diversidad de estos cultivos sigue perdiéndose con la introducción de los cultivos transgénicos que también introducen nuevos riesgos para la salud y el ambiente. En el Día de la Alimentación, aprovechamos la ocasión para exigir que, en Venezuela, se prohíba la liberación al ambiente de transgénicos y su uso en la agricultura y alimentación

"Agricultura y diálogo de culturas" es el lema elegido para el Día Mundial de la Alimentación en este año, lema que recuerda la contribución de las diferentes culturas a la agricultura mundial.

A través de la historia, el intercambio de cultivos y animales ha enriquecido los hábitos alimentarios de las diferentes culturas. Por ejemplo, la papa, se introdujo en Europa del Norte desde América del Sur en el Siglo XVI. El maíz, originario de América Latina, se ha incorporado en la dieta de muchos pueblos. Sin embargo, cada país tiene sus propios alimentos que les han permitido alimentarse y mantener la libertad de cultivar especies adaptadas a las condiciones ambientales y climáticas de cada región. Así, los pueblos se alimentan con cultivos que les son propios.

Con la Revolución Verde se empezó el proceso de sustitución de variedades locales por variedades de alto rendimiento pero dependientes de plaguicidas y fertilizantes. Lamentablemente, la diversidad de estos cultivos sigue perdiéndose con la introducción de los cultivos transgénicos que también introducen nuevos riesgos para la salud y el ambiente. Además, contaminan genéticamente variedades tradicionales como es el caso del maíz en México, centro de origen y diversidad del maíz. 60% de la soya producida en el mundo es transgénica. La contaminación genética significa que se incorporan los transgenes en la descendencia de las plantas vía la polinización de plantas no-transgénicos por plantas transgénicas. Esto atenta contra el derecho de las actuales y futuras generaciones a consumir alimentos no-transgénicos.

En Venezuela se importan alimentos para el consumo humano y animal derivados del maíz transgénico y de la soya transgénica. Las denuncias que RAPAL-VE hizo en junio de 2002 sobre la venta de alimentos de soya y de maíz en los mercados venezolanos yacen aun en la Fiscalía sin resolución y sin que se haya adoptado medidas preventivas.

En la actualidad, son 5 corporaciones transnacionales que producen las semillas transgénicas lo que significa la entrega de nuestra soberanía alimentaria , ya que quienes van a decidir qué vamos a comer y qué se va a cultivar son las transnacionales que producen las semillas y que, a su vez, son las mismas que producen los agrotóxicos.

Es alarmante que las empresas ocultan información sobre los riesgos de sus productos. Recientemente se reveló que la empresa transnacional Monsanto, productora de 90% de las semillas transgénicas ocultó estudios en que r atas alimentadas con una dieta rica en su maíz genéticamente manipulado, variedad MON 863, desarrollaron anormalidades en órganos internos y cambios en su sangre, lo cual ha suscitado temores por una posible afectación en la salud humana amén de la falta de ética y control en la evaluación de los transgénicos.

Cumplimos un año de haber entregado al gobernador del Estado Mérida, Florencio Porras, el proyecto de decreto, revisado por la Procurador del Estado, para regular actividades con transgénicos en el Estado Mérida, pero el gobernador no se ha pronunciado al respecto.

En el Día de la Alimentación, aprovechamos la ocasión para exigir que, en Venezuela, se prohíba la liberación al ambiente de transgénicos y su uso en la agricultura y alimentación.

Lorna Haynes
Centinela y Coordinadora Programa Transgénicos de RAPAL-VE
(Red de Acción en Alternativas al Uso de Agrotóxicos de Venezuela)
ev.ten.leclet@socinegsnart

Fuente: Revista Rebelión

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