Desagravio a las campesinas gaúchas. Sumisión y perversión social de la televisión brasileña
El mundo vio asombrado las imágenes de enfurecidas mujeres campesinas de Río Grande del Sur destruyendo mudas de eucaliptos en un predio ubicado muy cerca de la capital estatal, Porto Alegre. Lo que la televisión no dijo es que las mudas destruidas estaban financiadas por dinero público del Fondo de Ayuda al Trabajador, en beneficio de una gigantesca empresa de las coronas inglesa y noruega: la Aracruz Celulosa
Cualquiera supondría que esta transnacional no necesita el dinero público de un pueblo pobre, digamos… casi miserable, y menos aún con tasas de interés simbólicas: mientras las campesinas que se vieron por televisión pagan tasas de entre 8 y 12% anual, la empresa de sus majestades paga un 2% con una gracia de 27 meses.
La violencia no está en las imágenes de las campesinas: ¿dónde está la violencia, entonces? En la hipocresía de algunos parásitos que presumiendo de científicos dicen que no se puede destruir algo que pertenece a una investigación de la ciencia. Hay que respetar la obra de la ciencia, bien, pero ¿de cuál ciencia? ¿La de Tuskegee1, la del nazi doctor Mengele, la de la Brigada 731 del Ejército Japonés?2
Nuevamente eligen ignorar que aquellas mudas de eucaliptos eran clones genéticamente modificados cuya existencia nunca fue autorizada por las normas y órganos de bioseguridad del Estado, ni tenían autorización para ser plantadas aunque estaban listas para serlo. Cuando el responsable es cómplice, ¿qué hacer?
Por otro lado, un gobierno sumiso se obligó a crear un programa de fomento forestal que no beneficiaba a todo un sector de la economía, sino que ayudaba a una sola empresa a ocupar tierras de primera calidad (Clasificación de Uso de Suelos I, II, III, IV y V) con plantaciones de eucaliptos. Esto expulsa del medio rural a los pequeños agricultores familiares y campesinos. ¿Es esa una política pública? Estos campesinos y campesinas son considerados económicamente subversivos, pues antes de desayunar no pasan por la caja registradora de los Wal-Mart o Carrefour. Desayunan con el sudor de su frente y tienen en su casa abundancia y riqueza de alimentos, aunque no tengan los dos dólares al día recomendados por los intereses de las grandes corporaciones. En las ciudades no hay empleo, sin embargo ellos son expulsados hacia la degradación y la miseria, ¿no es eso violencia?
El "lobby ingenuo" de profesionales egresados de las universidades elitistas argumentan que no hay pruebas sobre los daños que causa el monocultivo de eucaliptos, pero lo triste es que sus maestros no les enseñaron ciencia sino solamente ideología. Y esto, señores y señoras, ¿no es violencia?
“Desconocen” la Revista Science del “23 December 2005: Vol. 310. no. 5756, pp. 1944 - 1947 DOI: 10.1126/science.1119282”, donde se publica el artículo “Perdiendo agua (en cambio de carbono) en el secuestro biológico de carbono”, realizado por varios científicos alrededor del mundo pertenecientes a:
1- Department of Biology, Nicholas School of the Environment and Earth Sciences, and Center on Global Change, Duke University, Durham, NC 27708–1000, USA.
2- Grupo de Estudios Ambientales–Instituto de Matemática Aplicada de San Luis (IMASL), Universidad Nacional de San Luis and Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), San Luis 5700, Argentina.3- Department of Civil and Environmental Engineering, Duke University, Durham, NC 27708, USA.
4- Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) Land and Water, Canberra, ACT, Australia 2601.
5- Natural Resources and Environment CSIR, Stellenbosch 7599, South Africa.
6- Department of Agricultural Economics, Texas A&M University, College Station, TX 77843, USA.
7- Center for Regulatory Economics and Policy Research, Research Triangle Institute, Research Triangle Park, NC 27709, USA.
“Las técnicas de Secuestro de Carbono proponen la plantación de árboles sin tener en cuenta sus consecuencias ambientales completas". Los autores combinaron su investigación de campo con más de 600 observaciones y modelos climáticos y económicos, para documentar las pérdidas significativas en los flujos de los manantiales y el aumento de la salinización y acidificación del suelo en los predios reforestados. Las plantaciones de estos árboles disminuirán el flujo mundial de los manantiales en 227 milímetros/año (52%), y el 13% de estos manantiales estará seco en un año.
“Los modelos regionales de las situaciones de esas plantaciones en Estados Unidos sugieren que los procesos retroactivos del clima son insuficientes para compensar las pérdidas de agua y hasta podrían aumentarlas. Las plantaciones pueden ayudar a recargar las capas subterráneas y su afloración, pero reducen los flujos corrientes y salinizan y acidifican algunos suelos”.
El gobierno brasileño, en el mínimo espacio de articulación que el Orden Internacional permite, organizó a principio de marzo la Conferencia de las Naciones Unidas (FAO) sobre Reforma Agraria en la ciudad de Porto Alegre. En la madrugada del 8 de marzo el Movimiento de las Mujeres Campesinas (MMC), conmemorando su día, destruyeron las mudas de eucaliptos.
¿Las mujeres campesinas desenmascararon el hecho consumado, el crimen ambiental, la corrupción y la codicia política servil por inversiones que en realidad son subsidios? En verdad, fueron más allá: no permitieron el “estupro ambiental” que tanto fascina a los políticos.
Las campesinas brasileñas no merecieron siquiera un atenuante, pero su acción no fue original. Ellas solamente copiaron en la conmemoración de su día internacional lo que ocurrió en India cuando los campesinos destruyeron las mudas de las empresas de eucaliptos de los mismos dueños. Pero los indios tienen una cultura milenaria, llevaron mudas de tamarindo, de jaca, de mango, de fruta-pan, de teca, para sustituir las de eucaliptos y en ese acto proyectaron hacia el mundo el término “silvicultura social”, algo que los doctos forestales brasileños desconocen. Dijo el sabio Don Quijote: “El Hambre y la Miseria son la madre de todas las ciencias”, pero parece que la televisión en Brasil obliga al ciudadano a ser bastardo.
Los medios interesados reaccionaron y difundieron la acción de las mujeres calificándola como antidemocrática y violenta, sin mencionar que las autoridades estaduales y nacionales no habían autorizado este tipo de plantaciones. Este comportamiento es la perversión de los medios de comunicación, ¿un servicio público en régimen de concesión para su transformación en mass-media? Infelizmente, nuestras mujeres no llevaron mudas de plantas nativas como en la India.
Nadie osó cuestionar la responsabilidad de (Aracruz) la empresa de las realezas europeas, por aquellas mudas y por la ilegalidad de su plantación. El Banco Mundial y la OMC funcionan por teléfono. Les basta una llamada para ordenar nuestras políticas.
¿Las mujeres campesinas desenmascararon el hecho consumado, el crimen ambiental, la corrupción y la codicia política servil por inversiones que en realidad son subsidios? En verdad, fueron más allá: no permitieron el “estupro ambiental” que tanto fascina a los políticos.
En América Latina, debajo del Río Bravo, desaparecieron todos los regímenes dictatoriales, pero los proyectos económicos continúan siendo implementados por aquellos que ayer fueron perseguidos por el sistema asesino, y que hoy ya no necesita militares sumisos y fanáticos sino economistas y diplomáticos serviles.
Llama la atención que la televisión brasileña que no tiene empacho en exhibir el orgullo de los gaúchos por haber atado sus caballos nada menos que al Obelisco de Rio de Janeiro, ponga el grito en el cielo contra las campesinas. ¿No es acaso una gloriosa página de nuestra historia la Revolución Farroupilha, que enfrentó al imperio de Brasil durante diez años? ¿Fue eso vandalismo? ¿No hay derecho a la desobediencia civil?
No seamos ingenuos, la Red Globo de Televisión ocultó a los telespectadores la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Reforma Agraria -la primera en celebrarse después de 27 años de silencio- organizada en Porto Alegre por intereses partidarios y electorales. La televisión y los latifundistas necesitaban un motivo para desviar la atención. Las mujeres campesinas fueron usadas como instrumento de tal iniquidad.
No fue la primera vez. Las madres del mundo también sufrieron una tremenda agresión en los puestos de Salud y hasta en las Pastorales cuando les recomendaban que la leche materna fuese sustituida por la leche en polvo. ¿Cuántas madres tuvieron sus hijos enfermos y hasta muertos por diarreas? El problema no era la leche en polvo, sino la mala calidad del agua disponible en los hogares pobres, principalmente en el área rural; pero la sustitución era un gran negocio.
Después trajeron los agrotóxicos, los abonos químicos, los monocultivos y otras "leches" en "polvo" que promovieron duelos, dolor e infelicidad para todos. Eucaliptos impuestos con dinero público, subsidiado, para expulsar campesinos… y el mundo no lo sabe.
Con esta televisión sí tenemos derecho a la desobediencia civil, palabras mágicas introducidas en la Constitución de Alemania para evitar las pretensiones de Julius Streicher, Joseph Goebels y otros nazis inescrupulosos y antidemocráticos.
Desobediencia civil, que aún se mantiene como centella y memoria de dignidad inclusive en las favelas, campamentos de “sin tierra”, sin miedo de los mass-media que intentan pervertir el Estado, el gobierno y la ciudadanía.
Debemos destacar y desagraviar al Movimiento de Mujeres Campesinas de Río Grande del Sur.
En Porto Alegre, Sebastião Pinheiro
© Rel-UITA
3 de abril de 2006
SIREL # 1206
NOTAS
1 Entre 1932 y 1972, las autoridades del Departamento de Salud Pública de Estados Unidos, los doctores Samuel J Brodus y J. Douglas y la enfermera Eunice Evers, realizaron un estudio sobre la sífilis al que llamaron “Experimento Tuskegee” por haberse efectuado en la localidad de ese nombre, en el condado Macon, Alabama. El experimento consistió en administrarle placebos a 412 sifilíticos negros para estudiar la evolución del Treponema hasta la muerte de los pacientes. Las víctimas no sabían que no estaban recibiendo penicilina. Hubo indemnizaciones, pero nadie fue responsabilizado criminalmente de la muerte de 285 personas en esos 40 años.
2 El coronel doctor Ishii Shiro creó a fin de los años 30 esta Brigada 731 integrada por científicos y técnicos de primer nivel. Su objetivo fue fabricar armas biológicas y su campo de experimentación fue China. Sus cobayos eran los prisioneros –chinos o no– que caían en sus manos durante la Segunda Guerra Mundial. Las atrocidades cometidas por la Brigada 731 fueron conocidas mucho más tarde, pero Ishiito Shiro recibió inmunidad para él y su equipo otorgada por Estados Unidos a cambio de los resultados de sus experimentos. Shiro murió en 1959 después de haber sido alcalde de Tokio, presidente de la Asociación Médica y del Comité Olímpico de Japón en la postguerra.
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