Cuatro razones para no autorizar la siembra de maíz transgénico en México
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) celebró el foro Análisis crítico de la siembra de maíz transgénico en la agricultura mexicana, en la sede del Colegio de Postgraduados (CP), Montecillo, estado de México, este 7 de febrero. Las autoridades del CP autorizaron la celebración de este foro en el recinto institucional, en congruencia con su mandato de apoyar la búsqueda y difusión del conocimiento científico.
Por la UCCS, se expresó que agrupa a científicos, académicos, profesionistas, artistas, intelectuales y estudiantes, a quienes une la convicción de que el conocimiento científico ha de ser aprovechado para el bien de la sociedad, declarando no resguardar conflicto de interés alguno. El foro duró nueve horas y contó con la asistencia hasta de 400 académicos, investigadores, directivos de la Sagarpa, estudiantes de pre y posgrado, campesinos productores de grano y empresarios nacionales de semilla de maíz. Hubo 14 presentaciones en formato Power Point de 20 minutos, reunidas en cuatro bloques, cada uno seguido por su sesión de preguntas y respuestas. Las cuatro razones discutidas del rechazo a la siembra de maíz transgénico en México son:
La biodiversidad del maíz es un derecho humano amenazado. Se analizó la evidencia de que: a) todo el país es centro indivisible de origen y biodiversidad del maíz y sus parientes silvestres; b) se ha encontrado contaminación moderada y persistente de ADN transgénico en maíces nativos de 14 estados de la República; c) una autorización de maíz transgénico en el norte del país acarrearía inevitablemente la contaminación masiva de los maíces nativos, con posible y muy probable reducción de biodiversidad a mediano plazo; d) la autorización del cultivo de algodón transgénico desde los años 1990 en el norte del país y la consecuente contaminación de poblaciones de algodón silvestre del sureste y sur del país, distantes más de 2 mil kilómetros de la fuente, es un adelanto de lo que le ocurriría al maíz nativo, y e) los tribunales federales de primera y segunda instancia ordenaron la medida precautoria de suspender cualquier permiso de siembra de maíz transgénico a cielo abierto en México, mientras progresa el juicio de la demanda de acción colectiva para proteger el derecho humano a la biodiversidad del maíz.
La trasnacionalización oligopólica del mercado de semilla de maíz. Se analizó el riesgo de desaparición o trivialización de: a) la industria nacional de semilla de maíz; b) la investigación pública institucional y la enseñanza de posgrado en mejoramiento genético de maíz. También se examinó la incompatibilidad entre la uniformidad genética de los maíces transgénicos y la diversidad de la comida pluricultural mexicana.
Las promesas fallidas de la tecnología transgénica para el maíz.Se presentó evidencia reciente de que: a) el maíz consumido como grano –caso del MON NK603–, lejos de ser inocuo para la salud, se asocia con daño letal crónico subclínico en ratas de laboratorio, y que el herbicida glifosato acompañante se asocia con malformaciones fetales humanas entre otros daños (ver carta del doctor David Schubert en www.uccs.mx); b) comparado con el maíz común mejorado, el maíz transgénico que vende la industria multinacional no incrementa el rendimiento, no es más amigable a la ecología, ni es respuesta a la mitigación del daño por sequía.
La transgenización del maíz es el camino errado hacia la autosuficiencia. Se presentó evidencia de que: a) se puede realizar mejoramiento genético exitoso del maíz común y a la vez conservar gran parte de la biodiversidad, y b) el campo mexicano cuenta con reservas de tierra de labor, de agua dulce y con clima invernal benigno en ocho estados del sureste, que permitirían recuperar la autosuficiencia de maíz a pesar del cambio climático. No se necesita tecnología transgénica.
Las intervenciones de los asistentes mostraron el acuerdo implícito, ampliamente mayoritario, de que es necesario prohibir la siembra de maíz transgénico a cielo abierto en México. Las intervenciones se orientaron a cómo se puede lograr que las autoridades nacionales dicten esa prohibición. Asistieron al foro varios investigadores, conocidos entusiastas y colaboracionistas de la transgenización de la agricultura que, a pesar de la oportunidad de expresión que les ofrecía un foro académico, optaron por no intervenir en el análisis.
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Fuente: La Jornada