Colombia: nuestra Palabra
Ponencia del Tejido de Comunicación de la ACIN al aceptar el reconocimiento de la Casa de América en nombre del misionero y defensor de los indígenas Bartolomé de las Casas en Madrid, España. El Premio, entregado por primera vez por la Reina de España, en compañía del Ministro de Cooperación Internacional, al que se postulara el Tejido de Comunicación, ha sido otorgado a la ACIN.
Estas, las palabras de Edgar Yatacué a nombre del Tejido y de los pueblos que no hemos sido sometidos, en las que en un hecho histórico los indígenas le recuerdan a su majestad más de 5 siglos de Conquista y persecución desde un pasado y presente de colonización, proclamando el valor de la palabra indígena como indispensable para que haya futuro en la Madre Tierra. UN futuro en el que seamos libres en armonía y en equilibrio.....Escuchemos:
El Camino de la Palabra Digna
Premio Bartolomé de las Casas 2009
Cordial saludo para todos y todas. Para nosotros los indígenas no son ni buenos días, ni buenas tardes, ni buenas noches, porque la alegría y las riquezas nuestras las arrebataron a nuestros mayores, como víctimas y esclavos en nuestro propio territorio.
Soy indígena del Pueblo Nasa, vengo en representación del Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida –ACIN, al norte del Cauca en Colombia. Vengo en nombre de civilizaciones destruidas, de pueblos y de naciones conquistados, colonizados, sometidos y silenciados por los antecesores de la misma Reina que ahora entrega el premio. Por el mayor genocidio físico y cultural-territorial en toda la historia de la humanidad. Represento un proceso QUE NO PUDO SER SOMETIDO y que a pesar de todo resistió, sobrevivió no solamente en lo físico, sino, esencialmente, preservó la semilla de culturas imprescindibles para la pervivencia de la humanidad. El Tejido de Comunicación representa en el contexto de la ACIN y de la lucha indígena de las Américas, una de las primeras ramas de la planta renacida a partir de la conquista y de la colonia avasalladoras y destructoras que llegan de otras formas (talvez peores) hasta nuestros días.
Los abuelos, los líderes y los mayores, resistieron en la primera fase, recuperaron la tierra en la segunda, empezaron a avanzar en autonomía y otra manera de convivir en y con los territorios, y luego empezamos la dura tarea con hermanos indígenas y movimientos sociales de todo el Continente, de superar la crisis y la decadencia del sistema mundo que llegó con la conquista hasta el decrépito Neoliberalismo en el empeño de crear Alternativas o nuevos nacimientos viables. Allí, a la hora de nombrar la palabra que vamos a caminar en un tejido de unidad entre pueblos y procesos del continente y del mundo, recordando la historia que truncó la codicia de Europa, surge el Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida. Somos fruto de nuestro renacer y de nuestra Madre, la Tierra, que preservó la semilla para estos tiempos de crisis en los que lo que existe ya no sirve y se hunde, y lo que debe ser y será, aún no aparece.
Entendemos que se intenta por todas las vías silenciarnos, comprarnos, confundirnos, matarnos y someternos de nuevo. Por eso sabemos que solos no podemos y que ante la disyuntiva entre un mundo peor, con menos gente para que unos pocos puedan alimentar su codicia insaciable, un mundo controlado por mafias y poderes corporativos que todo lo quieren para explotarlo y convertirlo en mercancía sirviéndose de la violencia y del terror; de las políticas enmarcadas en el Libre Comercio y de la ocupación con la propaganda del territorio del imaginario colectivo; y el sometimiento de la subjetividad a la conquista embrutecedora del afán de poder y ganancia para unos pocos, nos declaramos abiertamente ante el mundo, ante la humanidad, ante los espíritus de los mayores y de la vida, como hijos de la Madre Tierra y no de ningún sistema ni de ningún régimen y de ningún patrón o transnacional. Como hijas e hijos de la tierra reconocemos que enfrentamos contradicciones y persecuciones constantes. Que nuestras luchas se fortalecen y se debilitan por ataques externos y contradicciones internas provenientes de quienes a nombre de ayudarnos nos someten y de quienes en nuestra representación se equivocan y confunden el camino.
Así es la lucha. Pero hoy, aceptamos este reconocimiento a quienes como nosotras y nosotros, hemos decidido tejer territorios libres de codicia y de muerte, dedicados a la vida, la justicia y la armonía. Por eso Liberamos la Madre Tierra y convocamos a que lo hagan con nosotras y nosotros para que no muera. Hemos establecido que la solidaridad y la ternura reemplacen para siempre a la competencia y al afán de poder. Esto lo aprendemos de nuestras hermanas, abuelas, madres y compañeras.
Un mundo en el espíritu de las mujeres para que la vida persista y siga engendrándose con dignidad y belleza. Nos venimos organizando por eso como Tejidos de Vida. No somos instituciones, como la mayoría ha entendido esto hasta hoy. Somos Tejidos de vida y para la vida con ella. Esa es nuestra organización que se viene tejiendo en Planes de Vida para que el desarrollo que alimenta la codicia, quede atrás como un mal recuerdo que no debe volver. Los pueblos tenemos Planes de Vida, los codiciosos tienen “proyectos de muerte”.
Estamos rehaciendo la economía, para que las condiciones materiales necesarias para hacer realidad nuestros sueños de armonía entre la Madre Tierra y la Historia, nos permitan disfrutar la felicidad sin excesos ni limitaciones injustas e innecesarias en un mundo que tiene límites que no el sistema-mundo que no ha sabido reconocer ni respetar. Por eso nuestra economía no acepta Libre Comercio cuya condición es la explotación y el despojo del trabajo y de la vida.
Porque la libertad y la economía de la vida requieren de la producción campesina, indígena y familiar que garantice el bienestar y no se someta a los mercados que enriquecen a unos pocos, estamos pensando en tejer no una, sino muchas economías que dignifiquen el trabajo no como castigo, sino como el Buen Vivir. No vamos a trabajar para quienes nos roban la vida sino a hacer Minga para que todas y todos estemos mejor. Nos entristece la pobreza de otras y otros y por ello en nuestra economía, nadie será feliz mientras no lo seamos todas y todos, y ello requiere acabar con los excesos y aprender a disfrutar la austeridad y la felicidad que da el afecto, la amistad, la música, la celebración y la lucha colectiva. Pero entendemos, finalmente, que solos no podemos y por eso hoy, al entregarnos este reconocimiento en nombre de Bartolomé de las Casas, no nos reconocen a nosotros sino a nuestra vocación y voluntad de tejer entre pueblos y procesos para superar el tiempo amargo de la modernidad decadente y de la codicia moribunda del capital y reemplazarlos antes de que sea demasiado tarde, por un tejido de pueblos en territorios persiguiendo sueños diversos en armonía con nuestra Madre Tierra y todas sus criaturas, nuestros hermanos y hermanitas.
El Tejido y el proceso que acá se reconocen, no son instituciones ni conceptos. No somos propietarios del Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida. Le hemos dado vida y lo compartimos. Por eso nos postulamos y para eso nuestra palabra y camino. Les convocamos a liberar la palabra y a liberar el espíritu y la acción de tejer palabra libre que se convierta en camino para la verdad y la vida. Nos amenazan, nos desplazan, nos atacan, nos exilian, nos dan órdenes, intentan silenciarnos y seguimos informándonos para reflexionar, decidir en colectivo y actuar, porque la Palabra sin acción es vacía, la acción sin palabras es ciega y la acción y las palabras por fuera del espíritu de la comunidad son la muerte. Podrán destruirnos a nosotras y nosotros en sus afanes egoistas y enfermos de conseguir, pero no podrán ya destruir el tejido, Viene de la tierra; del espíritu de nuestros pueblos y brotará de nuevo como la vida misma. Si hemos pervivido es porque siempre hemos entendido la comunicación como el camino de la palabra libre. Entender la agresión de quienes vienen a despojarnos y a explotarnos para resistir y defender lo nuestro, ha sido nuestra estrategia. Como lo dice el Mandato Indígena y Popular, ese es el desafío que nos convoca.
Por eso hoy, estamos construyendo un Tejido desde la comunicación con hilos, nudos y huecos fuertes que nos permitan defender la vida desde los medios propios y ancestrales, como la Minga, Asambleas, las movilizaciones. Tejiendo con medios apropiados como video, radio, internet y otros. Porque no confundimos comunicación con medios. Porque diferenciamos en el camino entre medios y fines. Por eso estamos estructurados con áreas funcionales de comunicación en torno de lo que debemos lograr: una comunicación para la verdad y la vida y no informada de terceras personas, sino una información desde esa comunidad que protege la vida y la Madre Tierra y que también ha sido víctima de los actores armados que creen ser dueños de la vida y del territorio. Comunicamos desde los pueblos indígenas buscando la armonía con otros pueblos y procesos. Sabemos de los grandes desafíos para lograr una comunicación democratizada, libre y autónoma. Arduo trabajo que debemos asumir desde la comunidad en aras de la transformación de nuestra realidad para la defensa de la vida toda.
Agradecemos con humildad y dignidad este reconocimiento, después de más de cinco siglos de conquista. Agradecemos que se reconozca que seguimos vivas y vivos y que además y sobre todo, somos ya el futuro, si es que lo habrá. No nosotros y nosotras, sino Tejer para la verdad y la vida y superar de una vez por todas, un orden de muerte que acabará con la vida si no liberamos el territorio de los imaginarios y de las conciencias para Vivir Bien. O tejemos para la verdad y la vida, o caminamos la palabra de armonía, o no hay futuro. No tenemos respuestas, sino principios y memoria. Hemos venido a compartirlas. Necesitamos de cada conciencia, de todas las experiencias y memorias, de todos los pueblos. Venimos a invitar, a incluir, con humildad y respeto, pero también con firmeza. No nos van a robar y a mentir y a engañar más. Este no es un problema nuestro, de indígenas en el Cauca. Este es un desafío de todas y todos en el planeta que nos alimenta y nos cobija. Aceptamos que acá y ahora, en nombre de un misionero que nos defendió en su tiempo del proyecto que hasta nuestros días nos desprecia, se reconoce no a un grupo de personas, ni siquiera a un proceso, sino al camino de los saberes para defender la vida que tanta falta nos hace.
Convocamos con humildad y premura a que le hagamos Minga, trabajo colectivo, a esta agenda que propusimos como pueblos y procesos en el 2004 y que defendemos como Tejido:
1. Superemos el Libre Comercio y la codicia global del poder corporativo transnacional porque beneficia a unos pocos a costa de la vida y por tanto, ni siquiera quienes acumulan se benefician.
2. Reemplacemos las leyes y las políticas que despojan por leyes que garanticen bienestar y armonía
3. Terminemos con el terror para la explotación y el despojo. Nos matan y persiguen para robarnos. Que se haga justicia, que se sepa toda la verdad y que, por lo menos, se repare en lo material tanta deuda acumulada.
4. Que todos los estados cumplan con sus obligaciones para con los pueblos conquistados con lucha, entrega y heroísmo, sin importar quienes estén en los gobiernos, porque los gobernantes deben mandar obedeciendo.
5. Que hagamos una agenda de la humanidad, de los pueblos, porque mientras no tengamos propuestas propias, siempre estaremos sometidos a las de quienes nos despojan. Si ya se agotó el sistema mundo que nos conquistó, llega la hora de pensar y de caminar el mundo que viene.
Esta es nuestra palabra y el camino que reconocen al otorgarnos este honor. Muchas gracias en nombre del país de los pueblos sin dueños que tanto anhelamos.
Madrid España, septiembre 9 de 2010
Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida
Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca-ACIN
Fuente: Enlace Indígena