Chile: Agricultura Familiar Campesina para proteger el agua
La estrategia nacional para un uso responsable del recurso agua, es un desafío ineludible para la Agricultura Familiar Campesina y es una tarea de primer orden para que sus dirigentes desarrollen todas las iniciativas que sean necesarias para influir positivamente en los actores políticos públicos y privados para encontrar una respuesta inteligente antes que sea demasiado tarde.
Las conclusiones de la mayoría de las investigaciones científicas que se realizan a escala mundial concuerdan en subrayar que el agua constituye un elemento estratégico articulador de los sistemas de vida del planeta, además es un recurso natural, único, finito, indispensable para todo organismo viviente y para gran parte de las actividades económicas y productivas del hombre y muy especialmente para la agricultura.
Los estudios realizados concuerdan que más de dos tercios de la superficie terrestre está cubierta por el agua, de esa cifra el 0,74% se halla en lagos, ríos, pantanos, depósitos subterráneos, atmósfera y sistemas biológicos, lo que supone unos 1.400 millones de km2 de agua, de los cuales sólo 9.000 km2 anuales se estiman disponibles y utilizables para la población humana.
La magnitud de estas cifras aparentemente indicaría que no hay porque preocuparse, pero el acelerado desarrollo que estamos viviendo, tiene como uno de sus puntos débiles la creciente escasez de recursos hídricos a escala mundial y nuestro país no escapa a esta realidad.
El agua en gran parte del territorio nacional y no solo en el norte grande aceleradamente se esta convirtiendo en un recurso escaso como producto del irracional aumento de las actividades humanas y muy particularmente por la colosal contaminación ambiental que golpea a casi todo el territorio nacional.
Por otra parte, especialistas de centros universitarios y ambientalistas vienen señalando el impacto negativo que ha tenido y tiene el crecimiento demográfico y económico que ha significado el aumento de la demanda a escala doméstica, agrícola, industrial y minera.
Al respecto la Red Ambientalista del Norte sostiene que desde el año 1900 hasta el año 2000 el consumo de agua aumento en diez veces.
Como el agua tanto para el consumo humano como para todas las actividades que se desarrollan en medio rural es de vital importancia, es clave que los responsables de la conducción de los intereses generales de la Agricultura Familiar Campesina (AFC), asuman desde ya la tarea de obligar al conjunto de los sectores privados para generar un gran acuerdo que permita desarrollar una estrategia de largo alcance para encarar con visión de Estado el uso racional e inteligente de los recursos hídricos.
Este marco, los líderes del MUCECH se han planteado este desafío con el propósito de provocar una invitación a todos los sectores que más demandan el uso del agua para actividades productivas con la perspectiva de encontrar un enfoque amplio, serio, común a los intereses mayoritarios, bien elaborado con criterios científicos, que apunten a cuidar los recursos hídricos y actuar con sensatez y responsabilidad.
Esta iniciativa es importante que sea promovida en el corto plazo, porque la tendencia que se puede observar es que está disminuyendo peligrosamente la utilización de agua dulce en el agro, mientras en las ciudades y en la industria esta crece sin ningún control racional.
La estrategia para un uso responsable del recurso agua, debe en lo inmediato imponer medidas prácticas para hacer más eficiente su manejo, tanto en la captación como en la disponibilidad y paralelamente sancionar las irresponsabilidades en su uso.
Este enfoque audaz para dotar al país de un método para aprovechar el agua debe fijar además un procedimiento solvente que permita controlar las aberraciones que se cometen en el medio ambiente.
En este contexto, la creciente contaminación se erige como uno de los problemas más graves, ya que reduce gradualmente los caudales disponibles. En Chile, como en el resto del mundo, los cauces están recibiendo una carga creciente de residuos y desechos, muchos altamente tóxicos, provocando situaciones de riesgo permanente y un alto costo de recuperación, cuando ésta es posible.
La Red Ambientalista del Norte asegura que “La sobreexplotación en aumento y la contaminación han significado un abastecimiento de agua cada vez más inadecuado en cantidad y calidad. Se estima que alrededor del 80% de las enfermedades son causadas hoy por el agua”.
Los movimientos ecologistas y diversos académicos de las universidades estatales vienen sosteniendo que en nuestro país el 85 por ciento de las aguas servidas son vertidas a los ríos y el mar.
Por esta razón las aguas servidas son la principal fuente de contaminación de los ríos y la costa. El servicio de alcantarillado alcanza al 82,7% de la población y, a través de él, los vertidos de más de once millones de personas se descargan directamente sobre el medio ambiente.
Un 84,8% de ese material no recibe ningún tipo de tratamiento, sí lo tiene el 8,3% y el 6,9% se evacua a través de emisores submarinos.
El 79% de las aguas servidas va a dar a los ríos y el 21% al mar. El total descargado en el país alcanza a 672,4 millones de m3/año, con un peso orgánico asociado de 166,9 millones de toneladas al año.
En la actualidad 600 mil hectáreas se están regando en Chile con aguas servidas o contaminadas con fecas, con serias repercusiones para la salud de las personas.
En la elaboración de la estrategia nacional para un aprovechamiento inteligente del recurso hídrico deben participar junto a todos los sectores privados que participan en la agricultura, los grupos empresariales de las industrias forestales, de la minería, las universidades, municipios, colegios profesionales, parlamentarios y el gobierno.
El desarrollo del país requiere tener recursos hídricos de calidad para atender al consumo humano, en segundo lugar para la agricultura y la ganadería así asegurar una producción limpia y competitiva, en tercer lugar para las faenas mineras, industriales y forestales.
Dotar a las direcciones de obras municipales de sistemas adecuados para captar las aguas de lluvias y evitar que se sigan perdiendo especialmente en las grandes ciudades. Generar un estilo de trabajo que nos permita defender las aguas subterráneas de la contaminación que provocan los desechos químicos.
Iniciar un potente trabajo de educación ciudadana para evitar el despilfarro de aguas, en los ámbitos rurales para tener un moderno sistema de almacenamiento de aguas y de canales cubiertos para impedir la perdida por evaporación y por filtraciones.
La estrategia nacional para un uso responsable del recurso agua, es un desafío ineludible para la Agricultura Familiar Campesina y es una tarea de primer orden para que sus dirigentes desarrollen todas las iniciativas que sean necesarias para influir positivamente en los actores políticos públicos y privados para encontrar una respuesta inteligente antes que sea demasiado tarde.
Fuente: Radio del Mar