Carta de la Red Alerta sobre Transgénicos de Argentina a Caritas

Le escribimos en relación a la campaña llamada Soja Solidaria que ya está llamando a la puerta de los comedores de CARITAS a fin de que esta organización eclesiástica se sume a la distribución de la soja donada por los grandes productores y exportadores, con la finalidad de remediar una creciente indigencia.

Sr. Presidente de CARITAS
Obispo Jorge Casaretto

 

Estimado Padre Obispo:

Le escribimos en relación a la campaña llamada Soja Solidaria que ya está llamando a la puerta de los comedores de CARITAS a fin de que esta organización eclesiástica se sume a la distribución de la soja donada por los grandes productores y exportadores, con la finalidad de remediar una creciente indigencia.

Nosotros pensamos que para comprender las razones de esta campaña es preciso tener en cuenta primero el modelo de país sojero en que se nos ha convertido y segundo analizar el productivismo agropecuario, unas de las causas centrales de la crisis argentina.

En el último decenio fueron abandonadas las prácticas amigables de producir alimentos, y se optó por el degradante monocultivo de commodities para la exportación. Estos sistemas agrícolas industriales de producción extractiva y a gran escala, son expulsores de población rural y al hacerlo pulverizan comunidades, valores y culturas, para dar lugar a fenómenos crecientes y alarmantes de salvaje urbanización. En la Argentina sólo un escaso 10 % de los habitantes se encuentra ocupando el interior del pais, no ya necesariamente trabajando en el campo. En menos de diez años este modelo rural dejó sin trabajo, sin tierra y sin esperanzas a más de 200.000 familias rurales. El único horizonte fue siempre el de bajar los costos. Así se continúan batiendo récord de cosechas, pero el despoblamiento del campo se mantiene con su correlato de miseria urbana.

 

Las principales provincias exportadoras de granos y donde se han ensayado estas revoluciones tecnológicas en la aplicación de agrotóxicos y nuevas maquinarias son las provincias de Buenos Aires, Córdoba y de Santa Fe. Son provincias con profundas crisis locales y con altos índices de desnutrición y de indigencia, provincias en que la agricultura en gran escala integrando tecnologías de siembra directa, de herbicidas Roundup y semillas transgénicas, ha estado presentes en todos los programas de investigación, de desarrollo y de producción.

Hoy esa agricultura es más dependiente que nunca de los insumos y de las patentes, y sufren los fuertes impactos de la devaluación. Los productores han dejado de ser dueños hasta de las semillas, y deben pagar tasas técnicas y derechos de propiedad, so pretexto de someterse a estos modelos productivos basados en tecnologías "de punta".

Estamos en verdad encerrados en el corralito de la soja, que se destina en el 90% para aceite, y que ningún argentino utiliza. Ahora se habla de repartir milanesas de esa misma soja cuando es el cultivo que mas agrotóxicos contiene y que por otra parte jamás formó parte de nuestros hábitos alimentarios. Por primera vez la pobreza de los argentinos viene acompañada por un hambre africano, un hambre que jamás se había vivido en este país. Ese hambre es la contracara de un modelo de exportaciones récords de commodities y las raciones de soja donada por los exportadores son las migajas de un banquete en que muy pocos se sientan a la mesa mientras el país estero se hunde. Lo que es aún peor, mucho peor, las milanesas de soja son el soborno de los exportadores que especulan en el mundo financiero con más de tres mil millones de dólares en divisas que retienen, el soborno a los pobres, a los indigentes, para implicarlos en el modelo de exportaciones que es como un adoquín al cuello en este país que parece ahogarse irremisiblemente.

Por otra parte debemos recordarle Padre Obispo, que en los países de Oriente donde el cultivo de la soja es milenario, no se la consume más que unas pocas veces al año debido seguramente a su cantidad de fitoestrógenos o a la relación que contiene de sodio-potasio que la hace tan difícil de digerir y además peligrosa para ciertos organismos. Por ello se la consume habitualmente fermentada y con el agregado de algas o de otros elementos alcalinizantes.

En la Argentina experimentamos el impacto de una campaña masiva y bien orquestada de los productores y exportadores de soja. Numerosas revistas se han prestado a esta campaña, también unos cuantos periodistas cómplices o inadvertidos y hasta el Padre Grassi se ha permitido dar su bendición a este supuesto maná para indigentes. Las consecuencias de esta campaña alimentaria brutal y masiva son preocupantes, en particular porque se ejerce sobre niños y seres disminuidos en su aparato inmunolúgico. En ningún país del mundo se ha ensayado semejante plan de alimentar seres humanos con sojas transgénicas que en países como Inglaterra no se le daría ni siquiera a los perros de compañía. Esta soja es un commoditie de exportación para forrajes. Las consecuencias de su ingesta habitual sobre seres humanos nos crea graves incertidumbres que queremos compartir con la dirigencia de CARITAS personalmente si se nos concede la oportunidad de una reunión a esos efectos.

La REDAST es una suma de grupos no gubernamentales, muchos informales y otros con personería, pero todos ampliamente conocidos por su desinteresada lucha en favor de la Soberanía Alimentaria, el Desarrollo Sustentable y las prácticas de Agricultura amigables con el suelo. Nos organizamos como red en el año 1998 y dimos nacimiento a las primeras campañas de denuncias sobre la habilitación de OGMs en la Argentina, cuando la clase dirigente ignoraba absolutamente el tema y también que nuestro país se transformaba rápida y silenciosamente en el segundo productor mundial de transgénicos. Actualmente nos reunimos periódicamente en el café Tortoni de la Avenida de Mayo y si bien nuestras anticipaciones se fueron materializando en forma cada vez más dolorosa para el país, seguimos manteniendo la fe y las convicciones con que iniciamos estas luchas y creyendo que es posible discernir una salida a la crisis y enfrentar esta catástrofe del hambre de un modo ético y con responsabilidad.

Aguardando la palabra del Sr. Obispo y esperando se nos conceda una oportunidad para el diálogo que solicitamos nos es grato saludarlo afectuosamente.

Por la Red Alerta sobre Transgénicos de la Argentina:

Guillermo Gallo Mendoza
Jorge Eduardo Rulli
Nora Meras

REDAST-Red Alerta sobre Transgénicos de la Argentina: 0220-4773545
moc.liamtoh@larurnoixelferedopurg
ra.moc.aivofni@arreitr

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