Cambio climático: El sinuoso camino a París

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En la ronda de negociaciones climáticas que concluyó el 11 de junio en Bonn han surgido profundas divisiones Norte-Sur. Hay dos requisitos para llegar a un buen acuerdo en diciembre en París: debe ser ambicioso en materia ambiental y también debe ser justo y equitativo.

En diciembre próximo en París debe alcanzarse un nuevo acuerdo mundial para luchar contra el cambio climático, pero antes deberán superarse numerosos obstáculos. En la ronda de negociaciones que concluyó el 11 de junio en Bonn han surgido viejos problemas no resueltos, con profundas divisiones entre los países desarrollados y en desarrollo.

Hay dos requisitos para llegar a un buen acuerdo en París, en la 21ª Conferencia de las Partes (COP 21) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: debe ser ambicioso en materia ambiental -lo que significa que debe conducir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para que la temperatura media mundial no aumente más de 2° C respecto de la era preindustrial- y también debe ser justo y equitativo.

Les corresponde a los países del Norte tomar la iniciativa tanto en la reducción de emisiones -por haber sido los principales responsables de las emisiones históricas y estar económicamente más avanzados-, como en la transferencia de fondos y tecnología a los países del Sur para ayudarlos a buscar vías de desarrollo sustentable.

Este principio de equidad está incluido en la Convención de las Naciones Unidas y los países del Sur insisten en que debe estar en el centro del nuevo acuerdo climático. Pero los países del Norte se resisten, arguyendo que el mundo ha cambiado y que todos los países deben tener las mismas obligaciones de reducción de emisiones, ahora o en el corto plazo.

Mientras tanto, todos los países deberían reducir sus emisiones presentes y futuras, aun cuando no reciban ni los fondos ni la tecnología que reclaman. Esto equivale a que el Norte eluda cumplir las obligaciones establecidas en el acuerdo vigente.

El paso del actual sistema energético basado en el petróleo barato a uno basado en las energías renovables requiere una revolución social, económica y tecnológica muy costosa.

¿Afectará a los objetivos de desarrollo? ¿Quién va a pagar estos costos? ¿Cómo lograr que las tecnologías sean lo suficientemente baratas? ¿Qué obligaciones deberían asumir los países en desarrollo en el marco del acuerdo de París si los países desarrollados no cumplen con su obligación de ayudarlos?

El período de sesiones en Bonn lidió con un texto de negociación que contiene los diferentes puntos de vista. Entre las cuestiones clave figuran:

* Tratamiento igualitario o diferente. ¿Los países deberían tener las mismas obligaciones para hacer frente a las emisiones y proporcionar financiamiento (posición del Norte) o deberían tener diferentes obligaciones, de acuerdo con sus responsabilidades históricas y el nivel actual de desarrollo (posición del Sur)?

* Enfoques sobre mitigación, adaptación, y pérdidas y daños. El Norte está más interesado en enfocar el acuerdo en que existan obligaciones en materia de mitigación (reducción de emisiones), mientras que el Sur está igual o incluso más preocupado por las medidas de adaptación (para reducir los efectos del cambio climático) y las pérdidas y daños (para hacer frente a los daños causados por el cambio climático, como tormentas, lluvias fuertes, inundaciones, sequías, etc.). El Norte se resiste especialmente a las pérdidas y daños.

* Financiación. El Norte se comprometió a movilizar 100.000 millones de dólares al año para el Sur, para la adopción de medidas climáticas para 2020, pero por el momento sólo está disponible una pequeña fracción. El Sur pretende un compromiso firme sobre financiamiento en el acuerdo de París y una hoja de ruta sobre cómo se incrementará el dinero a 100.000 millones de dólares de aquí a 2020, pero el Norte se resiste.

* Tecnología. El Sur propone compromisos concretos del Norte en materia de transferencia de las tecnologías necesarias para la adopción de medidas de mitigación y adaptación, en especial la eliminación de barreras, como la falta de fondos y de conocimientos, y la propiedad intelectual, que puede aumentar los costos. El Norte quiere que el Sur obtenga la tecnología en condiciones comerciales, y que el acuerdo no mencione el tema de la propiedad intelectual o los conocimientos.

* “Contribuciones”. Los países del Norte quieren que los países del Sur presenten cifras sobre sus obligaciones máximas de mitigación, pero estos últimos les reclaman que comprometan cifras en materia de financiación. Mientras tanto, los compromisos de mitigación presentados por varios países desarrollados muestran un bajo nivel de ambición.

* ¿Jurídicamente vinculante? El resultado de París podría ser un protocolo u otro acuerdo jurídicamente vinculante o un resultado con fuerza legal. Cuán vinculante sería para los países y qué ocurriría si no cumplieran, será una de las cuestiones finales a resolver.

Éstos son algunos de los temas clave en los que existen grandes diferencias Norte-Sur.

Queda por ver si pueden ser zanjadas antes o durante la cumbre de París. El destino de nuestro clima, y el futuro de la humanidad, depende de ello.

Fuente: Red del Tercer Mundo

Temas: Crisis climática

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