Brasil: campaña internacional contra la violencia en el campo

Varios expositores abordaron la problemática del trabajo esclavo, la reforma agraria, la exclusión y la violencia originadas por los monocultivos de eucalipto de la empresa Aracruz Celulose en el estado de Espíritu Santo, así como los derechos humanos y la problemática ambiental.

Alberto Broch, vicepresidente de la CONTAG, destacó la labor de sensibilización y denuncia de la Campaña ante las autoridades de gobierno: “Desde que Gerardo Iglesias lanzó la idea en el marco del último Congreso de la CONTAG, la Campaña Internacional contra la Violencia en el Campo ha ingresado con fuerza en la pauta de nuestro trabajo con las autoridades de gobierno”.

Por su parte, Paulo de Tarso Caralo, secretario de Política Agraria y Medio Ambiente de la CONTAG, en diálogo con el SIREL manifestó: “En nuestro último 'Grito de la Tierra' la CONTAG mantuvo audiencias con los ministerios de Medioambiente, de Justicia y de Desarrollo Agrario, con el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), con la Secretaría de Derechos Humanos, y en todas ellas la violencia en el campo fue un tema de la pauta de trabajo. Todas las autoridades asumieron el compromiso de contribuir políticamente con las demandas de la Campaña. Tal es así, que el Ministerio de Justicia expresó su decisión de retomar con fuerza el Plan Nacional de Violencia en el Campo. También está el compromiso de parte del Presidente de la República, Luis Inacio “Lula” da Silva, de crear una comisión interministerial para abordar esta pandemia, a lo que se agrega la propuesta del presidente de la Cámara, Aldo Rebelo, de conformar una comisión parlamentaria con los mismos fines”, concluyó Caralo.

Alacir Bernardote De'Nadai, de la Federación de Órganos para la Asistencia Social y Educacional (FASE), realizó una exposición que resultó de gran interés para el plenario. Alacir advirtió sobre las plantaciones industriales de eucalipto que están ocupando áreas cada vez mayores en los estados de Bahía, Espíritu Santo y que también están en pleno crecimiento en Río Grande do Sul. “Los monocultivos dedicados a la producción de celulosa son responsables de numerosos impactos que van desde la extinción de recursos hídricos, el desplazamiento violento de las comunidades tradicionales y de millares de trabajadores rurales debido a la concentración de la tierra”, comentó Alacir.

Según la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), Aracruz Celulose, que posee 250 mil hectáreas de eucalipto en el país, recibió 2.000 millones de reales (1.000 millones de dólares al cambio actual) del gobierno brasilero.

Aunque la empresa, líder mundial en la producción de celulosa de eucalipto, gasta millones en campañas publicitarias que intentan presentarla como una institución respetuosa del ambiente y de los pueblos indígenas Tupiniquim y Guaraní del estado de Espíritu Santo, la realidad camina por otros senderos. En su conferencia, Alacir aseveró que “antes de la llegada de Aracruz había 40 aldeas indígenas en el estado de Espíritu Santo, y hoy quedan apenas siete”.

Perly Cipriano, subsecretario de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de la Presidencia de la República, saludó la iniciativa de la Campaña Internacional contra la Violencia en el Campo expresando que “se debe articular con todos los sindicatos rurales y urbanos, con las organizaciones ambientalistas y de promoción y defensa de los derechos humanos. Solo así, tejiendo una gran red solidaria podremos avanzar. Si se va a la iglesia a rezar, está bien, pero hay que traer al cura para que apoye la Campaña. Todos y todas debemos contribuir”, enfatizó Cipriano.

El acto contó además con la presencia de José Gerônimo Brumatti, director del Instituto de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), y de Narciso Celso Vargas, de la Delegacia Regional del Trabajo (DRT/EP), entre otras autoridades y dirigentes.

En Vitoria, Gerardo Iglesias
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14 de julio de 2006
SIREL # 1309
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