Brasil: Represión, la respuesta del gobierno al pueblo Munduruku
"Nosotros y nosotras, mujeres y hombres del pueblo Munduruku, regresamos con nuestros chamanes para cerca de nuestra Dekuka’a y Karubixexe. Venimos hacer nuestro ritual. Estuvimos en julio aquí para platicar con los pariwat (no indígenas) que destruyeron nuestro lugar sagrado. El lugar donde viven nuestros ancestros".
El 13 de octubre de 2017, alrededor de 80 indígenas Mundurukus desembarcaron en la zona de obras de la Central Hidroeléctrica de São Manuel, en el estado de Mato Grosso. Después de un viaje de siete días desde el estado de Pará a través del río Teles Pires, los Mundurukus arribaron para exigir el cumplimiento del acuerdo celebrado en julio pasado con las empresas responsables de la construcción de las Centrales Hidroeléctricas de São Manuel y Teles Pires. Las empresas constructoras fueron responsables de la destrucción de los dos principales lugares sagrados de la nación Munduruku (Dekuka´a o Cerro de los Monos y Karobixexe o las Siete Cascadas del Teles Pires, casa de la Madre de los Peces), además de la profanación de más de diez urnas funerarias que fueron removidas del lugar donde se construyen las presas.
Al llegar al lugar de la represa, los indígenas fueron recibidos por un operativo de la Fuerza Nacional de Seguridad, que disparó bombas lacrimógenas en contra de la delegación del pueblo Munduruku, compuesta por hombres, mujeres y niños. La acción fue autorizada por el Ministerio de la Justicia y Seguridad Pública, en atención a una solicitud hecha por el Ministerio de Minas y Energía.
Un acta prohibitoria –orden judicial que anticipadamente criminalizó a tres líderes indígenas e impuso una multa en caso de que alguna acción fuera emprendida en la zona de obras de São Manuel– había sido expedida el día 11 de octubre por el juez Marcel Queiróz Linhares, del Segundo Juzgado Federal de Sinop. Las obras son de responsabilidad de tres empresas: EDP Brasil, Furnas Centrais Elétricas y China Three Gorges Corporation. De acuerdo con los medios locales, el embarque del operativo en Brasiliael 14 de octubre, fue acompañando por el Secretario Nacional de Seguridad Publica, General Carlos Alberto Santos Cruz, y por el director de la Fuerza Nacional, Coronel Joviano Conceição Lima.
La principal petición de los Mundurukus es que las constructoras de las dos centrales hidroeléctricas les pidan formalmente perdón por los daños ocasionados a sus lugares sagrados y a sus urnas funerarias. Esta demanda había sido presentada a las empresas y al Gobierno Federal ya en el julio pasado, cuando tuvo lugar una primera acción del pueblo Munduruku en la Central Hidroeléctrica São Manoel.
En aquel entonces se acordó la realización de una audiencia pública para los días 28 y 29 de septiembre, en la aldea Missão Cururu, a las orillas del río Cururu, en Jacareacanga, a la cual supuestamente iban a participar el Ministerio Público Federal (MPF), la presidencia de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y algunos representantes de las empresas. Sin embargo, solo el MPF se presentó a la cita. Las empresas, en cambio, enviaron una nota en la cual se deslindaban de responsabilidades y daños, lo cual provocó una nueva movilización indígena.
“Estamos volviendo porque es una determinación de los espíritus. Nosotros tenemos que reverenciarlos con nuestros rituales, pero mientras la empresa no asuma su responsabilidad y no pida disculpas, ni nosotros y ni lo espíritus van a tranquilizarse. Entonces, nosotros vamos allá con la protección de nuestros ancestros”, explica uno de los chamanes del grupo.
Negociaciones:
El pasado 13 de octubre, además de la Fuerza Nacional de Seguridad, los Mundurukus fueron recibidos por un funcionario del poder judicial que, con la intermediación de un comisario de la Policía Federal, presentó la notificación judicial que les prohibía adentrarse en la zona de obras.
Los Mundurukus explicaron que iban a visitar a sus espíritus ancestrales, a realizar su ritual y a exigir de las empresas el cumplimiento de los acuerdos firmados durante la última ocupación de la Central Hidroeléctrica de São Manoel.
Los indígenas están en plena disposición de dialogar, pero piden reunirse con autoridades con poder decisional, es decir con las instancias máximas de cada entidad, para que los atropellos a sus lugares y seres sagrados no queden impunes.
En la noche del viernes se llegó al acuerdo de que los Mundurukus serían escoltados para una segunda visita a las urnas funerarias en el Museo de Alta Floresta, después de la realización del ritual nocturno en Dekoka’a, donde luego pudieron descansar en la tierra alrededor de la hoguera, cerca de la antigua casa de la Madre de la Caza.
El día sábado, representantes de la FUNAI de Brasilia llegaron a Alta Floresta y comunicaron la imposibilidad de una reunión inmediata con la presidencia de los órganos federales, sugiriendo que se reagendara para noviembre. El domingo, los Mundurukus fueron a visitar nuevamente a las urnas funerarias de sus seres queridos y tuvieron una tensa reunión con representantes de la FUNAI de la cual, sin embargo, no obtuvieron nada.
El impás sigue. Los Mundurukus permanecen en la región de las represas, mientras la Fuerza Nacional tiene autorización hasta el 31 de diciembre para “prevenir cualquiera ocurrencia que pueda poner en riesgo la seguridad de los involucrados, el orden público, la continuidad de las obras de conclusión de la Central Hidroeléctrica de São Manoel”.
Lee la última carta del Movimiento Iperegayu del pueblo Munduruku
¡El pueblo Munduruku regresó!
Nosotros y nosotras, mujeres y hombres del pueblo Munduruku, regresamos con nuestros chamanes para cerca de nuestra Dekuka’a y Karubixexe. Venimos hacer nuestro ritual. Estuvimos en julio aquí para platicar con los pariwat (no indígenas) que destruyeron nuestro lugar sagrado. El lugar donde viven nuestros ancestros.
Primeramente, queremos los dapixiat (mentirosos) lejos de nosotros. Que no aparezcan más aquí, las mentiras que ustedes nos dijeron en julio oscurecieron nuestros ojos, peros nuestros chamanes están con nosotros y ahora no van a dejar que el cauxi de sus bocas enferme nuestro pueblo. Queremos hablar con gente seria.
Ustedes, pariwat, no entienden lo que escribimos, nos escuchan, pero no saben escuchar. Hicimos la audiencia sobre nuestros lugares sagrados y la FUNAI y los representantes de la empresa no vinieron, ¡son dapxiat!
Estamos aquí para defender nuestro derecho, luchar contra las amenazas a nuestro territorio, denunciar las presas en nuestro rio, somos como el Poy que derrotó al anta, el pueblo Munduruku es como una tortuga, vamos a derrotar nuestros enemigos más grandes que nosotros.
El ataque de las represas en contra nuestros lugares sagrados tendrá respuesta. No vamos a parar hasta que el IBAMA cancele la licencia de la hidroeléctrica, hasta que las dos empresas pidan disculpas a nuestros ancestros y a nuestro pueblo y cumplan el acuerdo para la segunda visita a nuestras urnas funerarias.
Cuando llegamos fuimos recibidos con bombas, un bloqueo de la fuerza nacional y un papel del juez que nos impedía de entrar en nuestro propio territorio, que fue robado por la empresa. Estamos esperando la justicia hasta hoy por la destrucción del Dekuka’a y la justicia funciona para proteger a la hidroeléctrica y nos trata como criminosos. En este papel también estaba el nombre de nuestros líderes, diciendo que teníamos que pagar una multa de R$ 5 mil por día se nos quedáramos aquí.
Queremos aclarar que no somos criminosos. Nunca matamos, nunca destruimos y tampoco invadimos el territorio de ustedes. Estamos en nuestro lugar sagrado y tenemos el derecho de quedarnos aquí hasta que seamos atendidos. Nos entregaron un papel escrito con lapicero diciendo que nos van traer el director de la DPDS de la FUNAI. No fue esto que pedimos y una vez más nos quieren engañar con un trozo de papel que no vale de nada. Para contestar al Ministerio Publio Federal y para hablar con lospariwat, los abogados trabajan y escriben oficios. Pero el pueblo Munduruku es tratado con esta falta de respecto.
No vamos aceptar más esta maniobra de ustedes.
La reunión solo ocurrirá con la presencia de los representantes del Gobierno, empresa y los líderes indígenas que exigimos. Queremos al presidente del IBAMA, al presidente de la FUNAI, al presidente del IPHAN, al director-presidente de la Empresa de Energia São Manel y al director-presidente de la Companhia Hidrelétrica Teles Pires para dialogar con nosotros.
Si Miguel Setas y Antonio Mexia están en otro país, que se envíen los representantes más grandes de la EDP en Brasil o envíen nuestros líderes para allá para hablar con ellos en el país de donde viene esta empresa que nos está matando.
¡Nuestro bosque y nuestro río no son dinero, son vida!
El Idixidi es el río del pueblo Wuyjuyu, nosotros dejamos que los wuyḡuybuḡun se quedaran en el río, solamente los campesinos ribereños y los pescadores saben respectar el río.
¡No elegimos esta guerra, pero la vamos a vencer!
Movimiento Iperegayu
- Foto por Fernanda Moreira.
Fuente: Avispa