Brasil: Indios tremembés versus proyecto Nueva Atlántida
En los últimos 12 años, la paz y la tranquilidad del pueblo indígena tremembé, que vive en el municipio de Itapipoca (Estado de Ceará), a 136 kilómetros de la capital del Estado, Fortaleza, han sido comprometidas por una tensa e intensa disputa por el territorio, cuyos protagonistas son el emprendimiento español Nueva Atlántida y la comunidad indígena tremembé.
Desde hace tres meses, la disputa tuvo consecuencias delicadas, incluyendo amenazas constantes de invasión, agresión y coacción y casos todavía más graves, como amenaza de muerte de los líderes y, recientemente, el incendio de las casas y la destrucción de las plantaciones del pueblo indígena, que resiste y está en contra de la construcción del proyecto turístico.
La razón que ha motivado esta intensa lucha es el proyecto Nueva Atlántida, de la empresa española. Afirma Housing Group, que pretende construir un complejo turístico constituido por varios hoteles y campo de golf. Los indios, por su parte, comprenden que las tierras son las raíces que los identifican, pues allí se encuentran sus antepasados y guardan su ancestralidad. El área en cuestión está compuesta por una extensión territorial de 3,1 mil hectáreas de área litoraleña con dunas, manglares, nacientes de agua dulce y área marina. Está considerado el mayor proyecto turístico del país, por un monto de cerca de 15 mil millones de dólares para la construcción de 13 hoteles cinco estrellas, 14resorts, seis condominios residenciales y tres campos de golf.
Adriana Carneiro de Castro (Adriana Tremembé), 43 años de edad, es líder de ese pueblo y concedió una entrevista a Adital, presentando su posicionamiento en relación con los últimos acontecimientos que han marcado la vida de los indígenas, retratando la triste división producida dentro de la comunidad tremembé. Dice que lamenta el hecho de que el emprendimiento ha conseguido provocar la discordia donde hasta entonces se vivía en paz y armonía.
Según la líder indígena, los últimos tres meses han sido de intensa tensión para ella y su pueblo, pues representantes del complejo turístico invadieron sus tierras dos veces seguidas –en septiembre y octubre de este año– prendieron fuego en las casas y destruyeron los cercos que protegían las plantaciones. No bastando esto, habrían amenazado con volver y cortar la cabeza de los líderes.
La líder tremembé habla también sobre la fuerte relación de su pueblo con la Madre Tierra y con cada ser vivo que allí reside. El emprendimiento argumenta que posibilitaría un desarrollo económico para la región, pero, en la visión los tremembés, la preservación de sus antepasados es más importante que cualquier posibilidad de ascenso económico y jamás van a aceptar un proyecto que mataría las vidas que se encuentran allí.
Adriana retrata que siente la falta de la intervención de los gobiernos para comprender la causa de su pueblo. "No es que estemos en contra del desarrollo económico, la generación de empleo y el ingreso. Todo lo contrario. El hecho es que, para nosotros, no hay riqueza mayor que estar en armonía con las tierras que guardan nuestra historia. Si permitimos la instalación del emprendimiento, seremos cómplices de la destrucción de muchas vidas que están allí. Sin mencionar que, lejos de allí, nos sentiríamos como peces fuera del agua”, dice.
ADITAL – Me gustaría que comenzara hablando sobre quién es Adriana y su relación con su pueblo.
Adriana Tremembé- Mi nombre es Adriana Carneiro de Castro, nací y me crié allá [Playa de la Ballena], tengo 43 años y hoy mi relación con mi pueblo es de liderazgo. Somos el pueblo tremembé, pero el pueblo tremembé se encuentra en tres municipios aquí en Ceará: Itapipoca, Acaraú e Itarema. En nuestro caso, formamos parte de los tremembés de Itapipoca.
ADITAL - Cuéntenos el conflicto desde el comienzo, cuándo comenzó y las razones que más los han motivado a resistir a todo esto.
AT– Allá, en el municipio de Itapipoca, el conflicto que estamos viviendo se debe a la construcción del complejo turístico Nueva Atlántida, que es una construcción de hoteles. Esa red hotelera va a producir un impacto económico, seguido de un gran impacto ambiental. Ellos querían que aceptáramos el emprendimiento y que tendríamos que salir de nuestras tierras y dirigirnos hacia otras tierras, para que el emprendimiento pudiera instalarse, pero no lo aceptamos porque allí están nuestras raíces, nuestros ancestros. ¿Cómo podríamos salir de allí para irnos a un lugar que no conocemos y dejar atrás nuestro pasado?
ADITAL - Esta propuesta de instalación del emprendimiento turístico no es reciente. ¿Desde cuándo están en esta disputa por la regularización de sus tierras?
AT - Bueno, ya venía de algunos años atrás pero todo se intensificó. En realidad, en 2002, cuando tuvimos el coraje de decir lo que éramos, nos asumimos como indígenas; fue ahí que comenzó el conflicto. Hasta entonces, nuestros padres eran esclavos de los propietarios. Para hacer un cultivo, había que pedirlo [a los propietarios de tierras] y debíamos entregarles la mitad de lo que se producía. A partir de 2002, comenzamos a terminar con eso y ser independientes de ellos, fueron muchas conquistas, pero también mucho sufrimiento y mucha lucha, y nuestra resistencia ha sido lo más importante en el momento. Estamos intentando fortalecernos, unirnos.
ADITAL - Basado en lo que dijo usted hasta el momento, las razones que motivan su lucha es el vínculo que ustedes tienen con sus tierras y con sus antepasados. ¿Cómo evalúa la postura del emprendimiento Nueva Atlántida?
AT- Es claro que ellos quieren el lucro, porque a ellos no les importa el medio ambiente, no les importa el pueblo que está allá. Para ellos, lo que importa es el crecimiento económico del emprendimiento. Pero para nosotros es diferente; tenemos una relación directa e intensa con nuestra Madre Tierra. Eso es mucho más fuerte; estamos relacionados con la naturaleza, con nuestros manglares, con nuestros ríos, con nuestra tierra, con nuestras florestas y la convivencia con cada ser que vive allá. Éste es el foco para nosotros. Es mayor que cualquier riqueza financiera y de ninguna manera vamos a aceptar que alguien venga a dañar ese patrimonio que es nuestro. Por eso estamos sufriendo todo esto, viviendo en constante amenaza por ser una barrera para los intereses del emprendimiento.
ADITAL - Pudimos acompañar el caso, que estuvo marcado por algunos momentos de calma en esa disputa, pero también por una intensa conturbación. ¿Cómo está la situación del conflicto actualmente?
AT- En 2004, el conflicto comenzó a crecer cada vez más. El emprendimiento, en ese período, contrató a policías para invadir nuestras tierras, golpear y agredir a nuestro pueblo, nuestros niños, nuestras mujeres. Hoy vivimos un momento bastante difícil, marcado por mucha agresividad por parte de ellos. Desde septiembre [de 2014], estamos en un conflicto intenso, porque hicimos la reocupación de un sitio que estaba en posesión de la empresa, donde pusieron un matón para cuidar el terreno y nosotros lo expulsamos de allá. Pero ellos no se conformaron. El 10 de septiembre invadieron nuestra tierra y destruyeron las chozas que habíamos construido, las incendiaron todas. Entramos en contacto con la Funai [Fundación Nacional del Indio], fuimos a la comisaría, denunciamos al Ministerio Público; ahí se calmó, pero después de un mes vinieron nuevamente con agresividad y destruyeron una casa de material de albañilería que estábamos construyendo, sin hablar de las amenazas de muerte que los líderes estamos recibiendo constantemente por mensajes de terceros.
ADITAL - Cuando usted dice "ellos vinieron”, ¿a quién se refiere, quiénes son "ellos”, a través de quién invaden?
AT- El grupo empresarial, a través de un abogado llamado Henrique Rocha Trigueira, que se dice representante de la empresa, conjuntamente con los empleados que los apoyan en el trabajo sucio. Somos un total de 230 familias, pero 100 familias en nuestra aldea están a favor del emprendimiento, y ellos confrontan con nosotros. La empresa llegó a convencer a esas familias de que deben confrontar con nosotros, prometiéndoles empleo y mejora de la calidad vida. Nuestra mayor preocupación es que lograron provocar la discordia dentro de nuestro propio pueblo e hicieron que algunos se volvieran los unos contra los otros.
ADITAL- Con todo esto, ¿cómo funciona la convivencia entre ustedes, los que están en contra del emprendimiento y los grupos que están a favor?
AT– Simplemente, no tenemos otra convivencia. Ellos viven amenazándonos, están en desacuerdo con todo lo que estamos defendiendo, deforestan la naciente que nosotros decidimos que íbamos a preservar, todo como forma de provocar alguna pelea entre los dos grupos.
ADITAL - Durante este largo proceso de disputa, ¿cuántas personas están afectadas directamente? ¿Alguien tuvo que salir de su casa, obligado por el grupo empresarial?
AT- No, felizmente estamos muy unidos, ésa es nuestra mayor fuerza y hemos reaccionado para no salir de nuestras casas. Hoy somos 130 familias reconocidas por la Funai y tenemos su asistencia en ese sentido.
ADITAL -¿Cuál ha sido el posicionamiento de los gobiernos [estadual, municipal y federal] sobre la disputa y cómo evalúan la situación?
AT- Hablando del gobierno, de él queremos tener un apoyo mayor y no lo tenemos. Sabemos que la relación de los gobiernos no es muy buena con la cuestión indígena aquí en Ceará, no toman en serio nuestra relación con la naturaleza. Están más preocupados en realidad por el progreso del municipio, por la generación de empleo, ingresos. El actual gobernador, Cid Gomes [Partido Republicano de la Orden Social – Pros], fue uno de los que visitó la comunidad y dejó bien claro que no iban a apoyarnos, alegando que estábamos en contra del progreso y el desarrollo económico y que su gobierno era el gobierno del progreso. Pero, aun así, queríamos que se sensibilizaran y comprendieran nuestra relación con nuestras raíces y antepasados y que, lejos de allí nos sentiríamos como peces fuera del agua.
ADITAL -¿Cómo son las condiciones de vida en la comunidad Tremembé? Salud, educación, empleo, etc.
AT– Allá, nuestra vida es la agricultura, la pesca y también estamos amparados por beneficios sociales como el Subsidio Familiar [programa del gobierno federal para apoyar a las familias más pobres y garantizar su derecho a la alimentación y el acceso a la educación y a la salud]. Hoy, tenemos una escuela y casi todos los profesores son indígenas; tienen una fuente de ingresos. En salud, tenemos cuatro personas de la comunidad insertadas en el trabajo con la salud; así estamos.
ADITAL - ¿Cómo funciona la especulación inmobiliaria en la región de la comunidad Tremembé?
AT- Es muy fuerte aquí. Apuntan bastante a esa área porque es muy bonita y bastante codiciada, de gran extensión litoraleña, con encuentros de ríos con el mar. Tenemos un bello paisaje natural y ellos lo entienden como un fuerte potencial de inversión. No es que estemos en contra del progreso, como afirmó el gobernador. Estamos a favor, sí, pero de un progreso que no destruya nuestra naturaleza, los seres vivos, los manglares, los árboles, y si aceptamos el emprendimiento, seremos cómplices de toda esa destrucción de la vida y de nuestro paisaje natural.
ADITAL - El pueblo tremembé no es el único que lucha por esta causa. ¿Hubo algún otro grupo, que usted pueda citar, que logró la regularización de sus tierras? ¿Cuál es la expectativa de ustedes sobre este proceso?
AT– Hoy para el pueblo tremembé existe sólo una tierra demarcada, que es de los tremembés del arroyo de João Pereira [entre los municipios de Itarema y Acaraú, Estado de Ceará]. Esa tierra hoy se encuentra demarcada y regularizada. El resto de las tierras indígenas continúan en la misma pendencia y ellos pasan por sufrimiento muy parecidos a los nuestros. Nuestro proceso se encuentra en análisis, para ser dirigido al Ministerio de Justicia, analizado y firmado y abrir el decreto demarcatorio. Nuestra expectativa es que el proceso finalice, que tengamos nuestras tierras homologadas, demarcadas y reglamentadas, para así poder vivir en paz con nuestro pueblo.
ADITAL -¿Cuales son sus próximos pasos?
AT - Nuestro próximo paso es continuar en la lucha por la solución en forma pacífica en la justicia, sin dificultades. Buscar asociaciones y el apoyo de los gobiernos e instituciones que puedan solidarizarse con nuestro caso.
ADITAL - ¿Hay alguna otra consideración que usted quiera hacer en el sentido de los últimos acontecimientos?
AT- Bueno... Hoy estamos viviendo bajo una fuerte tensión, pues estamos siendo constantemente amenazados por ellos, diciendo que van a decapitarnos. Ya fueron en septiembre y destruyeron nuestras casas, prendieron fuego a todo, inclusive tenemos los registros fotográficos, destruyeron las cercas que protegen nuestras plantaciones y amenazan con volver. Por eso pedimos a las organizaciones, a los gobiernos y a los derechos humanos que tomen alguna medida que pueda protegernos de estas amenazas, pues sentimos miedo de que se produzcan consecuencias mayores y alguien pueda salir marcado de manera más fuerte.
Colaboró Marcela Belchior.
Fuente: Adital