Bolivia: Maíz transgénico afectaría soberanía alimentaria
Dos instituciones especializadas en temas de medioambiente y producción de alimentos afirman que el posible uso de maíz transgénico, como se solicitó en la reciente Cumbre Agropecuaria, afectaría la soberanía alimentaria del país.
La Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (Aopeb) y la Fundación Tierra mostraron su alarma ante esa posibilidad. Paralelamente, un estudio de la OMS establece que el glifosato, uno de los herbicidas más utilizados en la agricultura de transgénicos, podría causar cáncer.
"Nos volveríamos dependientes de las grandes transnacionales que venden esta semilla, debemos comprar de otros lugares (si ello se aprueba) y con el tiempo ya no decidiríamos cómo producir estos alimentos", manifestó Lourdes Vargas, de la Aopeb, a ANF.
Vargas cree que la solución para no implementar estas tecnologías a los alimentos es incentivar la producción ecológica que consiste en "abonar la tierra sin destruirla, utilizando abonos orgánicos".
Agregó que Bolivia tiene distintos tipos de suelos y que, en ese sentido, tiene un buen potencial en la producción de alimentos orgánicos.
En la Cumbre Agropecuaria realizada esta semana en Santa Cruz, los empresarios de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) manifestaron su deseo de incorporar los transgénicos en el maíz, el algodón y la caña, lo cual generó rechazo de parte del sector campesino y de los pequeños productores.
Actualmente en Bolivia solo se permite un tipo de soya transgénica que resiste la acción del glifosato.
Según un estudio de la Fundación Tierra, actualmente los agricultores tienen la capacidad de autoabastecimiento y autonomía de propagar sus propias semillas después de cada ciclo productivo, lo cual da el control y poder a cada productor sobre la misma. Esa es la base de la soberanía alimentaria.
El estudio cita la opinión de un representante de la Plataforma Agroecológica del Trópico, Sub trópico y Chaco, quien refuerza esa idea: "El tener el control y poder de decisión sobre los recursos productivos es la base de la soberanía alimentaria".
Al incorporar los transgénicos al maíz, este producto ya no generaría semilla por lo que cada productor estaría obligado a comprar más semillas de las empresas de biotecnología, como Monsanto, para seguir produciendo, lo cual produciría dependencia de los agricultores.
Otro de los riesgos, según este estudio, es que las distintas variedades de semillas de maíz que existen en el país se puedan ver rebasadas por las transgénicas, homogeneizando los productos en un largo plazo, afectando así a la riqueza de la biodiversidad en semillas. El investigador de esta fundación, Enrique Castañón Ballivián, manifestó que el uso de los transgénicos también afecta a la salud de los seres humanos y que ello está probado por un estudio de la OMS.
Este estudio, publicado en marzo de 2015, categorizó al glifosato, uno de los herbicidas a nivel mundial que es utilizada en 750 productos de agricultura, como de "peligrosidad". Esto significa que probablemente puede causar cáncer en los humanos.
A su vez, Castañón manifestó que autorizar el algodón transgénico sería sentar un precedente para "abrir la puerta" a otra clase de productos y que esto no beneficiaría a la población.
"Lo único que hacen los transgénicos es reducir el costo de la producción", agregó.
Fuente: La Patria