Biodiversidad de las especies medicinales
Las causas que ocasionan la pérdida de la biodiversidad son numerosas, tanto directas como indirectas, pero no hay dudas de que el empobrecimiento biótico es consecuencia del uso y abuso que el hombre hace del medio
La destrucción de los hábitat de muchas especies, y la velocidad con la que este fenómeno ocurre, constituye un proceso que con frecuencia es abordado por los diferentes medios de propaganda masiva; sin embargo, a fuerza de recibir información constante sobre tan grave asunto, ha ocurrido una especie de acomodamiento en las personas y en las naciones, que parecen resignarse a un fatalismo inevitable, que cada vez resulta más inminente.
A pesar de que esta llamada de alerta va generalmente enfocada a prever la destrucción de los animales y plantas de los diferentes hábitat, no siempre deja expresar claramente que es el hombre la especie más amenazada.
El ritmo de pérdida de especies, muchas de las cuales desaparecen sin que haya sido posible conocer sus posibles utilidades, y sin que ni siquiera hayan sido nombradas por el hombre, resulta verdaderamente alarmante.
Las causas que ocasionan la pérdida de la biodiversidad son numerosas, tanto directas como indirectas, pero no hay dudas de que el empobrecimiento biótico es consecuencia del uso y abuso que el hombre hace del medio.
Para la salud humana, el deterioro de la biodiversidad resulta igualmente dañino si consideramos que a pesar del amplio desarrollo de la síntesis química, aún las plantas continúan siendo indispensables para la atención primaria de la salud. El 80 % de los habitantes de los países en desarrollo, unos 3 000 millones de personas, tienen en las plantas su principal fuente de medicamentos. Algunos países como China, emplean más de 5 100 especies para la producción de medicamentos herbolarios. Es esta una de las razones por la que la Organización Mundial de la Salud, promueve cada vez con más intensidad el estudio de las plantas utilizadas en la Medicina Tradicional Herbolaria.
Si bien una gran parte de las especies que se utilizan como medicinales, son plantas cultivadas, no es menos cierto que una considerable cantidad de plantas silvestres poseen propiedades medicinales comprobadas o atribuidas. No hay que olvidar que los parientes de esas especies, tanto de las silvestres como de las cultivadas, constituyen fuentes potenciales de medicamentos.
En el caso de Cuba, que posee una rica flora con un 51 % de endemismo, más de 1 300 especies vegetales posee algún grado de amenaza, la mayor parte de las cuales, no ha sido estudiada desde el punto de vista medicinal, ni de otros posibles usos.
La conservación de las plantas medicinales, como del resto de las especies vegetales, depende fundamentalmente de la conservación de los ecosistemas en las cuales las mismas se desarrollan naturalmente.
La confección de inventarios de las especies amenazadas, los estudios de la biología reproductiva de las mismas, y la educación de las nuevas generaciones en las tareas de conservación del ambiente, son de vital importancia para la evaluación, conservación y utilización de esas especies como un recurso terapéutico.
El Jardín Botánico Nacional, como parte de las tareas que desarrolla para la evaluación y conservación de la flora de Cuba, ejecuta proyectos encaminados a la conservación de algunas especies amenazadas, así como a la confección del inventario de las especies presentes en el país, que presentan algún grado de amenaza.
Sin embargo, estas tareas, no sólo corresponden a los jardines botánicos y a las instituciones científicas relacionadas con el medio ambiente, sino que son tareas de todos los ciudadanos.
DrC. Víctor Fuentes Fiallo
Comité Editorial