Argentina: soja y hambre
Argentina es un buen espejo donde el resto de los países de Latinoamérica deberían mirarse para darse cuenta lo que no deben hacer con sus propios recursos. Uno de los principales factores que llevó al país a semejante situación fue la reforma agraria producida en los años noventa.
12-12-02
Argentina es un buen espejo donde el resto de los países de Latinoamérica deberían mirarse para darse cuenta lo que no deben hacer con sus propios recursos. Uno de los principales factores que llevó al país a semejante situación fue la reforma agraria producida en los años noventa. Una reforma que en poco tiempo transformó a una gran parte del campo argentino, donde cientos de miles de pequeños agricultores sembraban sus pequeñas y medianas chacras con gran diversidad de especies frutihortícolas, en interminables extensiones de soja forrajera.
Esos pequeños y medianos agricultores son ahora desocupadas y desterradas víctimas de la tan mentada reforma. Con ellos sus familias y toda la cadena de producción y distribución de sus productos ha sido devastada. Y todo porque a estos señores se les ocurrió llenar el país de soja, y entonces ahora no hay otra cosa que comer, porque tampoco podemos venderla debido a que Estados Unidos subvenciona a sus agricultores y que la Unión Europea acaba de aprobar las disposiciones de rotulado de piensos. La soja ésta forrajera y transgénica es basura, nos afeminiza con sus isoflavonas y nos anticipa la pubertad de las niñas, nos irrita el aparato digestivo, nos aumenta las alergias, mata a los niños anémicos porque les inhibe la absorción del calcio y nos aumenta la resistencia a antibióticos. Ahora en lugar de vacas ordeñamos porotos de soja, haciendo una supuesta leche que no es leche, ni tiene calcio ni hierro y que deja sin dentadura a nuestros niños o liquida a los más pequeñitos y desnutridos.
Llegamos hasta aquí respondiendo a intereses externos como los de Monsanto y hasta los de Conaprole del Uruguay que seguramente pronto se convertirá en nuestro proveedor de leche, ya que no tendremos los tambos suficientes para mantener cubierto este mercado nuestro cada vez más insignificante. Una de las principales causas por las que hay hambruna en la Argentina, son los monocultivos de soja. O creen que los chicos de Tucumán se mueren solo porque el Gobernador se queda con las raciones o porque el padre tuvo la mala suerte de no encontrar trabajo? Nos han transformado en un país sojero, una republiqueta insignificante que produce forrajes y como no tiene a quien venderlos se los da de comer a sus habitantes.
Los alimentos que debemos consumir son carne pastoril, maíz blanco, zapallo criollo, papa buena no forrajera, batata amarilla, habas, repollo, tomate platense, eso es lo que comimos siempre y es nuestra cultura, todo lo demás es verso auspiciado por alguna empresa transnacional. La tierra debe estar en manos de sus verdaderos dueños, los que la aman, la cuidan y la conocen y respetan, esos mismos cuyas manos muestran las antiguas cicatrices del trabajo al alba y sus corazones las nuevas de ver cada día a sus hijos sin fuerzas para enderezar sus descarnados cuerpos.
Nos debemos a nosotros mismos una lucha por recuperar la dignidad de nuestros pueblos y la debemos dar hasta las últimas consecuencias.
Ricardo Natalichio, Director
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