Argentina: pobladores y territorio en peligro
El 2 de diciembre de 2009 la Policía de la Provincia de Neuquén entró en el territorio de la comunidad mapuche Paicil Antreao, sobre las laderas del cerro Belvedere, y destruyó tres rukas (casas) a machetazos y con motosierras; desde entonces permanecen en el lugar bajo las órdenes de quien pretende apropiarse de las tierras, el norteamericano William Henry Fisher.
Casi como un susurro, Rosa Paicil enumera a la familia que nació y se crió en el cerro, “yo nací y mis abuelos y mis bisabuelos, el Lonko… y ahora tenemos a la policía adentro del territorio, hace dos meses que se hicieron los desalojos y entró el privado. Ese día tiraron las rukas, quemaron una bandera, sacaron dos ñorquín (instrumentos musicales sagrados) y comenzaron a avanzar, y si nosotros seguimos quedándonos tranquilos van a seguir avanzando.
"Tenemos al seños Fisher que ha pasado una topadora por el medio del Rewe, un lugar sagrado donde se hacen las rogativas, un lugar donde hay mucha fuerza de la naturaleza.”, cuenta Rosa. Esa noche, la familia de Rosa, los hijos y los nietos que no viven en la ladera, fueron amedrentados en sus casas: “iban a los lugares donde estaban ellos a amenazarlos para que no estén con nosotros y mis hijos no pueden venir a vernos porque está la policía y los para y les dice ustedes no son del lugar”.
Estas tierra, invadidas por fuerzas de seguridad estatal, pertenecen a la comunidad desde 1902, cuando el gobierno nacional creó la Colonia Pastoril Nahuel Huapi y cedió el lote 9 - de más de 600 hectáreas – a José María Paicil e Ignacio Antreao, en recompensa por sus servicios como baquiano ante la Comisión de Límites. Hoy, gran parte de estos territorios constituyen Villa La Angostura, mientras que los Paicil Antreao, son perseguidos y hostigados por emprendimientos inmobiliarios y empresarios privados que pretenden sacarles lo poco que les queda.
Ester Paicil recuerda que a los 10 años de edad participó por primera vez de una rogativa mapuche, su ruka está cerca del Rewe, “donde nosotros vamos a buscar el newén (fuerza) y este señor Fisher pasó la topadora y lo destruyó totalmente. Donde yo vivo – cuenta Ester – hay otro señor que se llama Pérez Catán, que vive en Buenos Aires, y esperamos que salga porque esas tierras son ancestrales y comunitarias.”
La permanencia de la policía neuquina en el territorio mapuche no los deja vivir. “Yo no tengo agua porque íbamos a buscarla a un estero donde hay una vertiente pero este señor Fisher está con toda la policía y no nos deja pasar, nos tirotea - cuenta Ester -. Tuvimos tres represiones después del mes de diciembre, tres veces nos tiró la policía, nos llevaron a tres jóvenes presos, a uno (Fausto Huala de 17 años) lo mutilaron, le pegaron y ahora tiene un problema en el pulmón porque este señor Fisher lo atajó con parapoliciales y lo llevaron a la rastra hasta adentro del predio de él. No podemos salir del territorio, no podemos trabajar, no podemos hacer nada porque nos atajan por las cortadas, nos quieren llevar presos, nos balean, es un desastre.” Rosa se suma al reclamo: “lo que pedimos, lo más urgente es que la policía se retire del territorio, porque muchos perdieron sus trabajos, son albañiles, carpinteros, de todo, y como está la policía en la entrada los empieza a insultar, la policía los provoca para que ellos reaccionen (…) y se han quedado sin trabajo por el sólo hecho de ser mapuches. El hospital muchas veces ha subido muy buena atención y de repente desde que está la policía ya no, los medios ya no, fotocopia ya no, estamos aislados.”
Fuente: Prensa de Frente