Argentina: meganegocios
La explotación de minas a cielo abierto produce contaminación y serias consecuencias para la población. Enfrentarse a las multinacionales que se instalaron en los 90 no parece simple.
La megaminería combina la explotación minera a cielo abierto con el uso de sustancias contaminantes como el cianuro o el ácido sulfúrico. Para realizarla se necesitan grandes cantidades energéticas, aproximadamente un millón de metros cúbicos de gas natural por día e importantes volúmenes de agua por largos períodos. Además contribuye a la generación de pasivos ambientales importantes, como escombreras, diques de cola, y pilas de sal.
En el proceso, para volar las montañas, se utilizan por día nueve toneladas de explosivos, 10 toneladas de cianuro para separar el oro de la roca, y 300 mil litros de agua potable. Esa misma agua, contaminada con tóxicos y metales pesados se deposita en piletones denominados “Diques de Cola”, que al fracturarse terminan depositándose en ríos, arroyos y acuíferos, lo que genera severos daños a la población que la utiliza como recurso. Tan sólo un anillo de oro equivale a18 toneladas de desechos tóxicos.
En Argentina, la megaminería se ha desarrollado gracias a la modificación de las leyes mineras en la década del 90. Con la Ley 24196 se estableció la doble deducción de gastos de exploración, por la cual las empresas dedujeron del impuesto a las ganancias el 100 por ciento de la inversión destinada a determinar la factibilidad de un proyecto, la estabilidad fiscal y cambiaria por 30 años, la amortización acelerada de maquinarias, construcciones, vehículos e infraestructura, y numerosas exenciones de aranceles y tasas aduaneras.
Para citar un ejemplo, la empresa canadiense Barrick Gold es una de las multinacionales más grandes del mundo. Posee más de 27 minas operativas en 15 países. En 2005 instaló en San Juan la mina Veladero y actualmente se encuentra en construcción en la frontera con Chile el proyecto Pascua Lama, que presenta reservas de oro por 17.8 millones de onzas. Ambos proyectos aplican el sistema de minería a cielo abierto, una modalidad prohibida en Canadá pero permitida en Argentina.
Los principales accionistas de Barrick Gold, son a su vez accionistas de AngloGold Ashanti y de Goldcorp, las dos mineras que operan en Santa Cruz y Catamarca, los yacimientos Cerro Vanguardia, Cerro Negro y Bajo de la Alumbrera. También son socios de las compañías petroleras instaladas en Malvinas, y de la pastera UPM-Botnia. Lograron conformar una fuerte estructura en Argentina avalados por las leyes vigentes, por lo que entrometerse en su negocio no es tarea sencilla para ningún gobierno ni dirigente político.
Si bien en todo el territorio confluye una gran suma de movimientos sociales, agrupaciones civiles y comunidades aborígenes que pugnan por el fin de la explotación de minas a cielo abierto, resulta difícil para los dirigentes provinciales y nacionales hacerles frente a las multinacionales instaladas desde hace años en el país. Algunas provincias, como Mendoza dieron lugar al reclamo ciudadano y acabaron con la actividad minera, pero otras como La Rioja o San Juan tienen relación directa con las multinacionales.
El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, tiene fuertes vínculos con la Barrick Gold. De hecho los presidentes del Mercosur firmaron una declaración a favor de la actividad en su provincia. Uno de los principales proyectos sanjuaninos es compartido con Chile -el que se refiere al Pascua-Lama- primer emprendimiento minero binacional del mundo que consiste en desarrollar una mina de oro a cielo abierto en la frontera y a más de 4.000 metros de altura, a cargo de Barrick Gold.
Por otro lado, el gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, también se relaciona directamente con la multinacional.
Carina Díaz Moreno, integrante de Asamblea Famatina, uno de los movimientos sociales que reclaman por el fin de la megamineria, explicó que “Beder Herrera ganó las elecciones en 2007, con un fuerte discurso que apuntaba a controlar la minería. Incluso cuando era vicegobernador impulsó una ley que frenaba la minería a cielo abierto, y dos días después de llegar al poder se dio vuelta”.
“Dijo que iba a habilitar el llamado a consulta popular y a crear una comisión investigadora para indagar sobre los convenios del anterior gobernador, Ángel Mazza, quien fue destituido por la venta de tierras estatales y la entrega de recursos mineros, pero eso nunca se cumplió”, explicó Diaz Moreno sobre Beder Herrera, quien actualmente en su rol de gobernador no sólo está favor de la Barrick, sino que también hace acuerdos con mineras chinas.
En respuesta a las denuncias, en especial a las de Fernando “Pino” Solanas, Beder Herrera sostuvo que “es el único recurso que tenemos, es como si a ustedes les quitáramos las vacas, la soja". A su vez, dijo que no aceptará que las empresas mineras dejen sólo el tres por ciento de regalías a la provincia, como establece la ley, ni que las zonas de explotación sean de propiedad privada. "En La Rioja las minas son propiedad del Estado, ahora los convenios son del 20 y del 30 por ciento por regalías”, aclaró el gobernador.
Tampoco debe dejar de observarse que, si bien están correctamente fundamentadas, las denuncias sobre la actividad minera tienen un alto componente político que busca señalar falencias del gobierno nacional y de las jurisdicciones provinciales implicadas.
El secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, ha pronosticado que en la próxima década la Argentina será el "gran jugador minero del mundo" y estará entre los principales productores mundiales de plata, cobre, oro, litio, y potasio, por lo que se prevén inversiones internacionales por encima de los 130 mil millones de pesos.
Así continuará la puja entre multinacionales y ciudadanos por la explotación de las minas, y un Estado presionado por ambas partes y que -por ahora- tiene pospuesto establecer el equilibrio entre la necesidad de los minerales explotados, la contribución al erario que ésta debería proporcionar y el cuidado del medio ambiente.
Porque en un contexto complejo donde cada medida de la Casa Rosada es atacada ferozmente, tanto por sus flancos expuestos como por los sólidos, la oportunidad de establecer los momentos adecuados para desatar batallas requiere del tacto de un ajedrecista. La megaminerìa es una cuestión pendiente, pero seguramente no ignorada, sólo pospuesta y pendiente de resolución.
Fuente: APAS