Argentina: cuando la tierra habla

Por Colectivo La Minga

Domingo por la mañana y los ojos nos encuentran muy temprano en la terminal de ómnibus de Mendoza rumbo a aquello que llaman desierto. Porque la arena se hace presente. Porque son las tierras donde fue confinado el pueblo Huarpe con la conquista y saqueo de la corona española por estas tierras. Son 50 kilómetros desde la capital mendocina hasta Jocolí, pueblo donde está la sede de la Unión de Trabajadores y trabajadoras Rurales Sin Tierra (UST), aunque el viaje es largo: dos horas que nos llevan del cemento prolijo del centro al chañar y algarrobo de las tierras norteñas.

Miembros del Movimiento Nacional Campesino Indígena, la UST es una organización campesina que comenzó a organizarse en el año 2001, a partir del encuentro de distintas organizaciones populares del departamento de Lavalle. Hoy tiene presencia en Mendoza y el sur de la provincia de San Juan. En febrero se sumaron a la propuesta de talleres integrales de radio de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), donde construyeron el transmisor que, a través de la 107.1, permite que se escuchen los programas: "El Mate y la Sopaipilla" y "Las Huellas de la Memoria". Coordinado por el área de prensa y difusión el primero y de formación, el segundo; intentan reflejar lo que es la UST y los proyectos que hoy llevan adelante desde lo productivo hasta la formación histórico-política.

La puerta abre el mundo de una gran habitación en cuyo interior se mezcla una cama cucheta con frascos y botellas de vino. Al fondo se ve otra puerta. Solo se refleja en la pared una tenue luz que dice que algo vive en el interior. Parece dibujar el programa de salida al aire, pero es solo los deseos de conocer la radio Sin Tierra de Mendoza. Al entrar, como no podía ser de otro modo, los frascos de conservas, junto a un armario del área de administración, muestran que no se trata de tener mucha plata para tener medios de difusión propios, sino la decisión política y las ganas de construir un medio que permita que otras voces sean las que se expresen. Juan, que es parte del área de prensa y difusión, nos cuenta que "acá compartimos tres áreas el lugar, pero pronto tendremos una ventana y una puerta que de al otro lado, para que la radio tenga un poco más de libertad para salir y entrar las personas que laburan en la radio".

Jorge, quien participa del programa "El Mate y la Sopaipilla", cuenta que "es un gran desafío llevar adelante la radio y que ha sido muy importante porque hemos tenido que comenzar a formarnos y hay mucha expectativa por parte de los compañeros". Este programa es el central en la programación de Radio Tierra Campesina, en la cual se comparte actualidad de la organización, noticias, literatura y bloques musicales que son seleccionados por un grupo de 10 personas que trabajan a lo largo de la semana para que salga al aire. El otro programa de la grilla, "Las Huellas de la Memoria", rastrea los caminos de las luchas populares en Latinoamérica, a la vez que propone recorrer no solo la historia de la UST sino la historia de la lucha campesina en la región. Sostenido por el área de formación, busca socializar esa otra historia que es ocultada no solo por los medios masivos de difusión sino también muchos de los libros de historia.

¿Ahí se escucha?, es la pegunta que adelanta la artística de la radio e indica que transmiten. Pero la pregunta es a quiénes transmiten. Entre un picadito con una pelota plástica pinchada, las risas cómplices cuentan la historia del otro Jorge, el gallego, el que habla a lo península ibérica. Sí, es Jorge que nos cuenta que con un arnés prestado se había subido a la torre donde está la antena para subirla unos cuantos metros más. Las sonrisas se multiplicaron cuando la respuesta a la pregunta fue: a los que estamos debajo de la radio y a dios. En este proceso de aprendizaje, recién al otro día se habían dado cuenta que tenía que estar en otra posición.

Entre fábrica, bodega, vivero; en la 107.1 MHZ Radio Tierra Campesina no solo acompaña las mañanas y las tardes de la UST sino de todo el pueblo de Jocolí. Entre chacareras, tonadas; pero también cumbia y rock; la tierra comparte sus frutos al paso de un tractor que sintoniza desde su radio portátil la voz de la compañera, que cuenta el día que va siendo.

Fuente: Agencia Walsh