Argentina: agronegocio atendido por sus propios dueños
"No hay dudas de que Argentina está insertada en el mundo. Como un siglo atrás, mantiene la misión de ser el granero del mundo, aunque ya no se trate mayoritariamente de trigo sino de soja. Aunque el sector haya cambiado, y ya no se hable tanto de alimentos, sino del grano como un nuevo tipo de moneda de cambio. Y, en tercer lugar, aunque los grandes compradores ya no sean países europeos, sino la emergente China."
Mientras en Córdoba, la compañía estadounidense Monsanto se resiste a retirarse de la provincia y promueve la criminalización de los movimientos sociales, otras compañías también hacen su juego. Dow Agrosciences hace lobby para lograr la aprobación de un nuevo cultivo transgénico resistente a agrotóxicos más potentes. Y en una noticia trascendente, la corporación china COFCO compra la mayoría accionaria en Nidera, una empresa emblemática en la introducción del paquete de la soja resistente al glifosato en Argentina, junto con la propia Monsanto.
China avanza en el mercado del agronegocio
No hay dudas de que Argentina está insertada en el mundo. Como un siglo atrás, mantiene la misión de ser el granero del mundo, aunque ya no se trate mayoritariamente de trigo sino de soja. Aunque el sector haya cambiado, y ya no se hable tanto de alimentos, sino del grano como un nuevo tipo de moneda de cambio. Y, en tercer lugar, aunque los grandes compradores ya no sean países europeos, sino la emergente China.
Este hecho parece confirmarse con la novedad de las últimas horas. El holding COFCO (China Grains and Oils Group Corporation) está a punto de comprar el 51 por ciento de las acciones de la multinacional Nidera. COFCO se trata de la mayor compañía de agronegocios en China y una de las principales del mundo. Nidera es otra gran compañía fundada en Holanda pero que desde el comienzo su principal plaza de acciones es Argentina.
Ámbito Financiero eligió un título algo sencionalista que no se explicaría si se tratara de una empresa occidental. Al decir " China va por todo" se trasluce parte de la percepción que se tiene del renacimiento del gigante asiático, transformado en la nueva locomotora del capitalismo global. No está demás decir, por caso, que Argentina acaba de recibir un nuevo tren, industria nacional china, como mostró orgulloso el ministro Florencio Randazzo.
No obstante este temor propio del desconocimiento, un análisis más objetivo vuelve a destacar el hecho evidente que China, por diversos factores, se convirtió en el principal importador de granos de soja. De esta forma, como estrategia geopolítica, el gobierno asegura su suministro de alimentos en un mercado altamente inestable. Sobre todo, compite en este terreno con las corporaciones de Estados Unidos, como la propia Monsanto.
En una nota de 2004, el ingeniero agrónomo Adolfo Boy, miembro del Grupo de Reflexión Rural, explicaba que cuando Monsanto inició una estratégica para introducir la soja transgénica en Argentina, tuvo un "socio local" importante que fue Nidera. Allí se destaca como el negocio en un principio no estuvo orientado a la venta de semillas, sino a introducir el producto para lograr una dependencia de los "insumos" como el glifosato.
La soja recargada de agroquímicos
El negocio de la venta de agrotóxicos, en tal sentido, no se detiene. Diversas organizaciones, como la RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista) se pronunciaron "contra la aprobación de la SOJA GM DAS-444Ø6-6 presentada por la empresa Dow AgroSciences Argentina S.A. que confiere tolerancia a los herbicidas 2,4-D, glufosinato de amonio y glifosato".
El glufisinato de amonio tiene historia propia. En la nota sobre la presentación del Plan Estratégico AgroAlimentario (PEAA), desde ComAmbiental destacábamos que el gobierno nacional había decidido la "liberación" del paquete tecnológico de soja resistente al glufosinato de amonio. Así fue, entre 2011 y 2012 se aprobaron cinco semillas, entre soja y maíz, propiedad de Bayer, Syngenta, Monsanto y la propia Dow AgroSciences.
Sobre la nueva semilla aún no aprobada se destaca: "El 2,4 D es un herbicida más peligroso que el glifosato, por lo que los impactos ambientales y en la salud de este nuevo cultivo transgénico serán aún más devastadores". Esto sucede sobre todo porque el transgénico se diseñó con una resistencia especial, para enfrentar el problema de las "súper malezas", como se llama a las especies que se adaptaron al glifosato.
Dow AgroSciences se trata de una subsidiaria de la importante corporación estadounidense The Dow Chemical Company. En un dato que pasó algo desapercibido, en 2013 esta compañía realizó un acuerdo con Monsanto para trabajar juntos en nuevas licencias de maíz transgénico. Si bien no se trata de este caso puntual, es uno de los antecedentes para decir como las corporaciones del agronegocio también trabajan juntas.
En el año 2012, Dow AgroSciences avizoró, luego del anuncio de Monsanto, la posibilidad de radicarse en Córdoba. También lo hizo otra compañía global como Syngenta. Sin embargo, tal y como interpretó La Voz del Interior, el peso de las protestas sociales sientan un precedente para toda la industria. Por supuesto, el interés último de este medio es que avance el agronegocio, por eso las críticas puntuales al decir " demasiados errores".
Una ciudad sitiada por Monsanto
El conflicto desatado por la intención de Monsanto de construir una mega planta semillera en Malvinas Argentinas se transformó, entonces, en un caso testigo para la industria del agronegocio. Es por ello que el rechazo a la evaluación de impacto de impacto ambiental de la planta se transformó en una noticia global. Ello, a pesar de que muchos diarios "nacionales" de Argentina no reflejaron el hecho, lo hicieron tarde o de modo parcial.
Del mismo modo, lo que se observó esta semana es como las escenas de la resistencia contra la megaminería se repiten ahora en la resistencia contra el agronegocio. Malvinas Argentinas se transformó en una ciudad sitiada, por la presencia de las fuerzas policiales, instaladas para desalojar el acampe de resistencia contra Monsanto. Y, sobre todo, para impedir que se acerque la solidaridad al pueblo a través del bloqueo de caminos.
Las posiciones están claras. Confirmada una vez más la ilegalidad de la presencia de Monsanto, se pide la expulsión definitiva. Desde la Asamblea "Malvinas lucha por la Vida" lanzaron una campaña dirigida especialmente al intendente Daniel Arzani, para que anule las ordenanzas donde da la bienvenidad a la corporación. También desde el Acampe sostuvieron: "El Bloqueo sólo se levanta si Monsanto se retira definitivamente. Exigimos que los responsables políticos se expidan".
El lunes los hechos se precipitaron de forma acelarada: "La ciudad sitiada por la policía, nos vamos al panal", declararon desde la Asamblea. La decisión se basaba en el hecho de que estaba prevista una reunión entre el indente Arzani con el el gobernador de Córdoba Juan Manuel de la Sota, con cita en la Casa de Gobierno en la capital provincial. Por supuesto, la situación preocupa a las autoridades políticas. También a las corporaciones del agronegocio.
El miércoles un comunicado de la Asamblea de Malvinas Argentinas denunció una situación de "violación a nuestros derechos". Recordó el ataque a Daniela Pérez, herida por un policía vestida de civil la semana pasada. También alertó sobre la persecución que sufre Cristian Ariel Astrada. Y expresaron Advertimos que todos los esfuerzos gubernamentales no están dirigidos a dar una salida al conflicto de la instalación de Monsanto, sino a criminalizar la protesta social".
Fuente: Comunicación Ambiental