Argentina: Voces/ Semillas para la vida - Carlos Mestres
En contrapunto con la propuesta de una nueva Ley de Semillas, desde distintas organizaciones se destaca la importancia del mantenimiento de las semillas criollas, del material genético nativo, como parte del patrimonio social y genético de toda la población, fundado en el trabajo y la herencia cultural de los agricultores familiares, de los campesinos.
Incluso, desde algunas esferas del Secretaría de Agricultura Familiar se reconoce que “la preservación de las semillas nativas está relacionada con un tema fundamental que es el de la soberanía genética, directamente enraizado con la soberanía alimentaria“.
En ese sentido,desde hace unos años, la realización a lo largo el país de encuentros nacionales y provinciales de intercambio de semillas adquiere relevancia frente a la presión que ejercen las grandes empresas productoras de semillas híbridas y transgénicas para que se les reconozcan “derechos de propiedad intelectual” que les permitan apropiarse de derechos sobre las semillas, para condicionar económicamente su utilización, su conservación y multiplicación.
El valor de las semillas es inmenso. A lo largo de los siglos el trabajo de seleccionar, intercambiar y guardar la semillas para el año siguiente fue sumando miles de variedades adaptadas a las micro regiones del planeta. En algún momento en Los Andes se han llegado a plantar más de 3 mil variedades de papa y en China diez mil variedades de trigo.
Como explican desde el movimiento semillero de Misiones, esta enorme diversidad ha sido la base de nuestra alimentación hoy amenazada por los monocultivos y el monopolio transnacional. Cuando una antigua variedad se extingue nuestra alimentación se empobrece.
“Se conoce la existencia de unas quince mil plantas comestibles. Sin embrago hoy solo 30 especies proporcionan el 90 por ciento de la alimentación mundial y solo cuatro, arroz, maíz trigo y soja aportan la mayoría de las calorías y proteínas que consume la población mundial”, informan.
Desde laolla.tv, hablamos con Carlos Mestres, del Movimiento Semillero de Misiones, quien repasó una larga trayectoria en la conservación de semillas nativas:
“Este movimiento surgió en 1997, cuando hicimos la primera Feria Regional. Desde entonces todos los años hacemos ferias de semillas campesinas y lo que buscamos es que la gente pueda intercambiar libremente sus semillas, que no son híbridas sino que son semillas de variedad. Hemos presenciado reencuentros con semillas que las tenían sus abuelas o sus madres y las perdieron y es como reencontrase con un ser querido”.
Como cuentan desde el Movimiento “crear un banco de semillas con 50 mil sucursales: las chacras de los pequeños agricultores” fue uno de los ideales luego de aquella 1ra. Feria Regional de Intercambio de Semillas realizada en 1997 en el que participaron 200 agricultores de Misiones, Chaco, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Formosa y se inscribieron más de 500 variedades de semillas.
Aquel momento fundacional, consecuencia de acciones en defensa de la biodiversidad iniciadas en 1994, fue seguido y potenciado por más de 10 años de trabajo en pos de la revalorización y recuperación de las semillas campesinas.
“Las ferias de semillas son un esfuerzo socio organizativo para mostrar y mostrarnos como una alternativa posible contra la apropiación privada de la riqueza en biodiversidad, la manipulación del material genético, contra los cultivos industriales, la explotación irracional de los recursos naturales y en claro apoyo a la agricultura familiar ecológica” explican los integrantes del movimiento.
Asimismo, Mestres enfatizaba: “Lo importante no es sólo el intercambio de las semillas sino todo el intercambio de saberes entre pares de toda la cultura y la sabiduría que tiene cada semilla: cómo cuidarla, como multiplicarla y cómo utilizar los frutos de esas semillas”.
“Este movimiento está constituido por técnicos de diferentes instituciones públicas o privadas, productores y organizaciones. Es un movimiento amplio donde buscamos esto: rescatar las semillas de variedad, rescatar los saberes y toda la cultura que está asociada a eso”.
“Los productores, los agricultores, tiene derecho a decidir qué plantan, qué semilla necesitan: si uno va en la provincia a un comercio que vende semillas no consigue semillas de variedad, lo único que consigue son semillas híbridas y transgénicas. Estas semillas tienen lo que se conoce como el paquete tecnológico, es decir, para que estas semillas produzcan bienes tienen que tener la tierra preparada de una manera determinada, cierta fertilización y la aplicación de diferentes agrotóxicos y de todo este paquete tecnológico que además de ser costoso es contaminante”.
“Semillas de variedad, que son las que los agricultores han cultivado por generaciones, en los comercios, no se consiguen. Estas ferias de semillas son espacios donde la gente consigue estas semillas y además son espacios donde podemos informarnos, donde la gente siente que tiene un lugar para compartir sus experiencias”.
Finalmente, Mestres nos ofrecía su mirada sobre la posibilidad de una Nueva Ley de Semillas, la llamada “Ley Monsanto”:
“Son las grande semilleras que están queriendo empujar esto haciendo lobby. Una de las cuestiones más fundamentales que están en juego ahí es que están queriendo eliminar la cláusula de la Ley vigente, del derecho del agricultor, que es que un productor puede cosechar sus semillas y volverlas a sembrar sin ningún tipo de restricciones”.
“Las grandes semilleras encabezadas por Monsanto pretenden eliminar este derecho y que el agricultor que haya comprado alguna vez semilla de su semillera siga pagando año a año los derechos. Incluso, hay casos, como en Canadá, donde una persona producía con semillas de variedad y vio contaminado su cultivo por cultivos de agricultores vecinos y Monsanto pidió una investigación en su plantación y fueron a juicio y finalmente este productor tuvo que pagar una multa porque su cultivo estaba contaminado con genes propiedad de Monsanto”.
“Por eso nosotros lo que decimos es que la semilla es patrimonio de la humanidad. Esto históricamente fue así. El tema es que el capitalismo lo que siempre ha buscado es mercantilizar, que todo lo que el hombre usa y consume sea mercantilizado y por lo tanto lucrar con eso y las semillas. Pero la vida del ser humano en este planeta no puede ser mercantilizada de la manera que ellos quieren, nadie es dueño de las semillas, nadie es dueño de la vida”.
Fuente: La Olla Tv