Argentina: "¿Vamos a continuar calando y depredando más el río Paraná?"
El agroecólogo Walter Pengue propone debatir el modelo de producción y exportación sojera. Acusa a los poderosos grupos de la agroindustria de definir "un perfil de país" y asegura que no existe un Estado que "planifique". Por eso, advierte que tanto el río Paraná como la Pampa tienen "un techo", más allá de que el imaginario colectivo los considere recursos interminables
En ese marco, pide y propone barajar y dar de nuevo. Walter Pengue estuvo el jueves en Rosario para disertar sobre "El modelo agroexportador, la hidrovía Paraguay-Paraná y sus consecuencias socioambientales". El analista, obtuvo un doctorado en agroecología, es especialista en políticas ambientales y territoriales e investigador de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, trabaja con el grupo Gepama en el estudio de los procesos de desarrollo de los recursos económicos y sus impactos ambientales.
-Estamos en una región eminentemente exportadora de granos y en ese marco también el Paraná está comprometido. ¿Qué variables maneja sobre esta realidad?
-Estamos trabajando y tratando de que la población comprenda el problema del crecimiento sojero y de la expansión de este cultivo en áreas marginales. El boom sojero trae aspectos positivos en nuestro país y también muchos negativos, existe una necesidad de reordenamiento que no se está realizando. Esa es nuestra preocupación básica, la soja creció aprovechando una coyuntura nacional favorable y otra internacional más favorable todavía. Es así como el boom en un primer momento se instala en la región pampeana y hoy en día está de lleno en las extrapampeanas. Se está desforestando de modo intensivo, a pesar de que los representantes más duros del sector (sojero), dicen que son exclusivamente áreas marginales.
-¿Hay alternativas para planificar la producción agrícola de un país sin que signifique la depredación del suelo o del medioambiente todo?
-Totalmente. Cuando hablamos de pampeanización (desertificación de bosques o deforestaciones indiscriminadas), lo hacemos con un fenómeno que ya fue descripto hace casi una década; lo mismo pasa con la incorporación fuerte de la tecnología sojera. Nadie puede decir alocadamente que la soja con el buen precio que tiene no ha resuelto algunas situaciones puntuales, por ejemplo la economía de algunos productores, pero también hay que reconocer que un país que no planifica el desarrollo de todo el territorio nacional es un país que va a tontas y a locas. Hoy en día hay que entender que hay sectores muy poderosos, muy poderosos, que no permiten plantear ni debatir estas cuestiones de fondo.
-En ese marco, ¿cómo evalúa la situación del Paraná en donde se está desforestando el delta ya sea para sembrar soja o para pastoreo de vacas? Por otro lado, se continúa con el proceso de profundizar el calado del río, es decir la hidrovía que ya erosionó la costa rosarina y no se han hecho públicos estudios de impacto ambiental por este proceso.
-El avance de la soja por encima de las otras producciones significa también el traslado del vacuno a zonas marginales. Además a nivel de la hidrovía y de la necesidad de incrementar el dragado del Paraná nos parece preocupante porque se hace exclusivamente para la exportación de materias primas, aquí no se está pensando una resolución de muchos conflictos regionales que tienen pueblos y ciudades del interior que no están integrados a este proceso.
-¿Esta inversión o gasto debería ser en todo caso compartida?
-Claro y además se debe pensar: ¿Vamos a calar y depredar más el río?, o podemos pensar en otros puertos que saquen otro tipo de producción que no sea a granel. Por qué no pensar en productos orgánicos, en productos industriales con mayor valor agregado. ¿Por qué nadie piensa en las industrias dentro del corredor rosafé?
-Pareciera que hay un imaginario colectivo que dice que la Pampa es la Pampa; el Paraná, el Paraná, y no se van a terminan nunca...
-Sí, se van a terminar. Todos los recursos tienen un techo, justamente estuve en Europa y leí un trabajo sobre el agotamiento del suelo del llamado granero del mundo, ese granero del mundo que se va a terminar.
I.B.
Fuente: La Capital