Argentina: San Juan: NO a la contaminación de las explotaciones mineras
Calingasta tendrá su consulta popular el tres de julio próximo. Todo indica que las movilizaciones populares detendrán la mega minería metalífera, mientras los gobiernos ofrecen el deplorable papel de interpretar y escuchar tardíamente al verdadero soberano
“¡A VOTAR! DESPUÉS DEL TRES DE JULIO EL CIANURO NO ENTRARÁ”
Con ésta y otras consignas, marcha por los calles de Barreal gran parte del pueblo de Calingasta, en franco enfrentamiento con el gobierno provincial sanjuanino de José Luis Gioja, quien seguramente imaginó que prohibir el plebiscito sobre la mega minería metalífera no le traería mayores complicaciones, advirtiéndole al pueblo cordillerano que no está en sus atribuciones opinar sobre esta actividad.
Todos los días a las seis de la tarde, es la cita para concentrarse frente a la delegación municipal de uno de los tres distritos más importantes del departamento calingastino, los otros dos centros urbanos destacados son Tamberías y la propia villa Calingasta, separados por una distancia que les imposibilita a los pobladores desfilar juntos exigiendo la consulta popular negada por el tribunal electoral del gobernador Gioja. El regente provincial, intenta prohibir además toda libertad de expresión, al impedir que la escuelas y colegios reciban a los simpatizantes que rechazan el método extractivo de “tajo abierto con cianuro o con cualquier compuesto tóxico”, mientras una legión oficial de “especialistas” y mineros ven franqueadas las puertas de instituciones y medios periodísticos sin impedimento alguno. En toda la provincia de San Juan se repiten estas medidas antidemocráticas que no pueden evitar la movilización popular y las manifestaciones de repudio.
El pueblo entendió que debía fortalecer y apoyar al municipio -intendente y concejo deliberante- colocándose al frente mediante organizadas asambleas de ciudadanos auto convocados. A las marchas por el casco céntrico de Barreal no le faltan los ruidos de tamboriles, redoblantes y cánticos de marcada aversión giojista. En tanto el gobernador reclama públicamente un encuentro negociador con el intendente de Calingasta, José Adolfo Ibazeta.
La preocupación por el referéndum de Calingasta alcanza al gobierno nacional. Este pueblo de 8.000 habitantes entiende que rechazar la contaminación de las explotaciones mineras, aguas arriba en la Cordillera de los Andes, significa un jalón histórico en línea con los patagónicos de Esquel. El presidente Néstor Kirchner deberá replantearse su política minera porque cada vez son más los pueblos que discuten sobre el saqueo de los recursos naturales, el pasivo ambiental que les deja y la incompatibilidad del método extractivo con las economías regionales, agropecuarias y turísticas. “El agua vale más que el oro” se potencia incansablemente por los valles mendocinos donde ya se hizo hábito leer gráficos callejeros con la antinomia “malbec o cianuro”. Las frases que denuncian el daño ambiental de la minería química circulan ahora por Chile, cuando hace poco más de un año las transnacionales mineras no sospechaban que habría de tambalear su poder omnímodo de destruir glaciares sin rendir cuenta de ello. En el parlamento trasandino se instaló la discusión sobre las leyes tributarias mineras y del lado argentino cada vez son más los municipios o provincias que se oponen al cóctel químico para lixiviar metales, recursos no renovables girados hacia las arcas de los países del norte, a cambio de un puñado de puestos de trabajo, con escaso respeto a la legislación laboral vigente.
Todo indica que las movilizaciones populares detendrán la mega minería metalífera, mientras los gobiernos ofrecen el deplorable papel de interpretar y escuchar tardíamente al verdadero soberano. Calingasta tendrá su consulta popular el tres de julio próximo, “así haya que colocar la urna en la plaza pública”, expresión literal que su asamblea pública ratificó con cerrada ovación.
Javier Rodríguez Pardo, Calingasta, San Juan, 5 de junio de 2005
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