Argentina: Marchas del campo trabajador

En el Día Internacional de la Lucha Campesina, organizaciones rurales del país se manifiestan en las calles, repudian las políticas del gobierno nacional (y de los provinciales) que sólo benefician a las grandes empresas, denuncian el vaciamiento de las áreas del Estado dedicadas a la agricultura familiar y alertan por un aumento de la conflictividad en la disputa por la tierra. La agricultura campesina-familiar produce el 80 por ciento de los alimentos y, en Argentina, existen al menos nueve millones de hectáreas en conflicto.

El 17 de abril de 1996, en Brasil, la policía disparó contra campesinos del Movimiento Sin Tierra que reclamaban por su territorio. Asesinó a 19 personas e hirió a 70. La Vía Campesina, organización internacional que nuclea a agricultores de 70 países, conmemora cada 17 de abril como día de memoria y lucha por los derechos.

“Este día estamos de pie y en lucha. Alzamos nuestras voces en defensa de la tierra, de la vida campesina, por trabajo digno y producción de alimentos sanos”, explicó Miriam Samudio, de Productores Independientes de Piray (PIP) de Misiones, que desde hace catorce años enfrentan a la multinacional forestal Alto Paraná-Arauco y, en un caso inédito, lograron expropiarles 600 hectáreas.

La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) se hizo conocida en sectores porteños por la entrega de verduras en Plaza de Mayo. Siempre denunciaron la alianza gubernamental con las grandes empresas del agronegocio, de transgénicos y agrotóxicos.

Agustín Suárez, de la UTT, anunció que hoy habrá movilizaciones, radios abiertas y feriazos en una decena de provincias (Jujuy, Corrientes, Chaco, Misiones, Mendoza, Chubut y Río Negro, entre otras). “No hemos tenido ningún tipo de repuesta del Poder Ejecutivo ni del Legislativo, por lo tanto decidimos radicalizar la acción del verdurazo con un acampe en Plaza Congreso, para poner en agenda la necesidad de políticas concretas para el sector”, destacó Suárez.

Alertó que la situación campesina es “crítica”, con aumento del precio de insumos, incremento de la tarifa de electricidad, liberación del precio del gasoil e incremento de los alquileres de charcas. “Las pocas políticas públicas que nos beneficiaban se encuentran paralizadas o directamente no existen más. Es el propio Gobierno quien nos acorrala, y obliga a salir a la calle a reclamar”, advirtió la UTT.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoció en 2014 que la agricultura familiar-campesina produce el 80 por ciento de los alimentos del mundo. La organización internacional Grupo ETC (Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración) publicó en 2017 la investigación “¿Quién nos alimentará? ¿La red campesina o la cadena agroindustrial?”. En base a datos de FAO y otros organismos internacionales, reveló que campesinos, indígenas y agricultores familiares producen el 70 por ciento de los alimentos del mundo, a pesar de contar con sólo el 25 por ciento de la tierra.

Diego Montón es un referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina). Señaló que la semana pasada comenzaron las actividades por el Día de la Lucha Campesina, desde charlas en universidades, hasta ferias agroecológicas y movilizaciones en una decena de provincias: Mendoza, Buenos Aires, Córdoba, Jujuy, Salta y Neuquén, entre otras. “Denunciamos el ajuste contra el pueblo argentino y, en particular, la crisis agropecuaria de campesinos y agricultura familiar. Se ha profundizado la presión sobre la tierra, con más intentos de desalojos y criminalización”, alertó Montón. Destacó el rol del Poder Judicial: “Cada día más parcial, en beneficio de intereses del gobierno y de grandes empresas, que viola los derechos de campesinos y pueblos originarios”.

Según el informe “Relevamiento y sistematización de problemas de tierras de los agricultores familiares en Argentina” (del Ministerio de Agricultura en 2013), en Argentina existen al menos 9,3 millones de hectáreas de campesinos e indígenas que son pretendidas por el sector privado y estatal. Son 857 casos y afecta a 63.843 familias. En la mitad de los casos, las familias campesinas e indígenas sufrieron violencia para que abandonen sus campos. “Sin dudas que (el inicio de las disputas) debe leerse a la luz del cambio e innovación tecnológica y el impacto de la expansión de la frontera agrícola sobre los agricultores familiares”, afirmó la investigación.

Desde el MNCI puntualizaron que el Gobierno desfinanció por completo el área del Ministerio de Agroindustria dedicado a la agricultura familiar (incluso con despidos y quite de rango de secretaría), denunciaron la desaparición de las políticas campesinas en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y la falta de políticas para el sector desde el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Las organizaciones campesinas remarcaron que continuarán en la lucha por la permanencia en la tierra, por la aplicación de las Ley de Agricultura Familiar (sin presupuestos desde hace cuatro años) y advirtieron por un aumento de la conflictividad. Los campesinos exigen redistribución de tierras, freno al extractivismo y agroecología como modelo agropecuario. Una de las consignas que será bandera resume el sentir de los sectores populares del campo: “Territorios en manos de campesinos e indígenas. Alimentos sanos para el pueblo”.

Fuente y foto: Página 12