Argentina: Los pueblos fumigados avanzan hacia un modelo agroecológico
Más de 300 integrantes de diversos movimientos sociales y organizaciones populares de la provincia se reunieron el fin de semana en Cazón, Saladillo, para construir el camino hacia la soberanía alimentaria.
En la tarde noche del sábado, una procesión llena de banderas, cantos y colores invadió las calles de la ciudad de Saladillo, en el corazón de la provincia de Buenos Aires. Los pueblos fumigados de la provincia festejaban la muerte del modelo de agrotóxicos y el nacimiento de un movimiento que busca impulsar a la agroecología como modo de producción de alimentos respetuoso de la vida, la salud y el ambiente.
La caravana de automóviles empezó en la localidad de Cazón, donde tuvo sede el 9° Encuentro de Pueblos Fumigados y 2° Encuentro de Agroecología de la Provincia de Buenos Aires, y llegó hasta la plaza central de Saladillo. Al compás de la murga Flores del Desierto, niños/as, jóvenes y adultos/as se movilizaron desde allí hacia la Escuela Secundaria N°5, bautizada por la comunidad con el nombre de Andrés Carrasco.
“Justamente por ser escuela periférica y estar en el borde de la ciudad linda con el campo y la fumigación de agroquímicos. Hace tres años que estoy en la escuela y desde ese momento le empezamos a dar otro enfoque porque entendíamos que estábamos en un estado de riesgo permanente”, contó Luis Fernández, director de la secundaria.
En San Andrés de Giles, sede del encuentro anterior, la novedad fue que los mismos pueblos organizados en rechazo al envenenamiento de la tierra y la población comenzaron a debatir en profundidad el modelo agroecológico como una alternativa posible y necesaria. En Cazón se continuó ese debate y se sumó otra cuestión fundamental: la necesidad de poner en diálogo a este modelo de producción, comercialización y consumo para la vida junto con el movimiento feminista.
“El debate fue largo e intenso dada la complejidad del tema que abordamos”, explicó Antonella Dicandia, integrante de la organización anfitriona Ecos de Saladillo, y continuó: “Lo que nos planteamos al momento de incluir este tema fue la ausencia del debate de dos cuestiones que se están debatiendo fuertemente, por el lado de los movimientos socioambientales la cuestión de la agroecología y el modelo extractivista y por el lado de los movimientos feministas la cuestión del patriarcado y la violencia de género”.
Durante la jornada de cierre se escuchaba entre los participantes del encuentro la frase “la naturaleza está de nuestro lado”. Es que a pesar de los malos augurios climáticos la tormenta apareció durante la madrugada del domingo y, en sugerente señal de reconocimiento, dio paso al sol de la mañana con el que continuaron los debates previos al plenario final.
En esa instancia, cada grupo de trabajo expuso sus propuestas de acción ante el resto de los participantes. Uno de los equipos que mayor debate colectivo propició fue el denominado “Camino de la militancia desde lo legal y los derechos”, espacio que nuclea a militantes que asesoran y patrocinan legalmente a comunidades afectadas por el agronegocio. “En los últimos encuentros hemos tenido más actividad porque este modelo se viene profundizando”, relató el abogado Fernando Cabaleiro. El integrante del colectivo Naturaleza de Derechos opinó: “Son necesarios estos encuentros para ejercer una democracia comunitaria y participativa frente a un poder político que legitima un modelo genocida que se sustenta en el uso de agrotóxicos y semillas modificadas genéticamente”.
El encuentro reunió a organizaciones de distintos puntos de la provincia: Chivilcoy, Junín, Pehuajó, Roque Pérez, Nueve de Julio, Las Flores, Bolívar, San Andrés de Giles, Luján, Escobar, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Quilmes, La Plata, Guernica, Valeria del Mar, San Antonio de Areco, Pinamar y Mar del Plata. Luego de las propuestas de los distintos grupos de trabajo, el plenario decidió de forma unánime que la sede del próximo encuentro sería la ciudad de Bolívar.
Con mucho trabajo y organización por delante, los pueblos fumigados y las organizaciones populares continúan a paso lento pero firme un camino que iniciaron hace ya nueve años, con la convicción de construir la alternativa a un modelo de envenenamiento y muerte, y la fuerza de quienes tienen a la Madre Tierra a su favor.
Fuente y foto: FM Futura