Argentina: Las semillas en el centro de las disputas
Aunque aún no se hizo público el anteproyecto de modificación de la Ley de Semillas (“Ley Monsanto”), diversos actores ya salieron a posicionarse al respecto.
El nuevo texto ya tuvo la opinión favorable de la industria semillera, de la Asociación de Productores de Siembra Directa (AAPRESID) y también de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), de la Sociedad Rural Argentina, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y de Coninagro, aunque estas últimas con algunas objeciones. La Federación Agraria, en cambio, formuló su rechazo y se retiró de la mesa de negociaciones.
Del 23 al 25 de octubre se realizó en Rosario el “3° Congreso Nacional e Internacional de agrobiotecnología, propiedad intelectual y políticas públicas”, del que participaron investigadores, funcionarios, estudiantes, profesionales y productores de todo el país con la finalidad de intercambiar opiniones en torno al anteproyecto.
El congreso concluyó con la redacción de una declaración firmada por varios expositores y participantes donde se manifiesta la “preocupación por anuncios sobre un Proyecto de Reforma de la Ley de Semillas que consideraron grave para los intereses del país y de los agricultores argentinos”. Asimismo, expresa cierta “opinión negativa a que se regule una actividad tan importante para el país, de modo que pueda facilitar prácticas monopólicas que ya se consideraban desterradas”. Sin embargo, y a pesar de las posturas divergentes, la gran mayoría de los expositores coincidieron en que es necesario que las semillas estén protegidas bajo algún tipo de propiedad intelectual.
Con una mirada más crítica al respecto, se realizó el 9 de octubre una charla debate en el Hotel BAUEN con el fin de avanzar en estrategias conjuntas para resistir a los intereses de las grandes corporaciones. Durante la charla se compartió el documento “¡NO a la privatización de las semillas en Argentina! 10 motivos para luchar contra el proyecto de ley que pretende privatizar las semillas enla Argentina” elaborado por el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) junto a otras organizaciones. Asimismo, se denunció que la nueva Ley de semillas que se impulsa desde el Ministerio de Agricultura de la Nación, se encuentra en etapa de negociación a puertas cerradas con sectores del agronegocio.
Carlos Vicente, de la organización GRAIN, enfatizó el “rechazo de plano a cualquier tipo de ley, incluso como la que ya tenemos. Las semillas deben circular libremente, ya que, como dicela Vía Campesina, son un patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad". Raymundo Laugero del MNCI subrayó que "cuando se trata de la semilla, de la tierra, el agua tenemos que estar todos juntos ya que la semillas es donde empieza y termina la vida campesina, apropiarse de ellas es apropiarse de nuestra vida". Finalmente, para Miguel Fernández del FONAF (Federación de Organizaciones de la Agricultura Familiar), con esta Ley se “perjudican a los que ponemos la comida fresca y sana en la mesa de los argentinos".
¿Qué dice el anteproyecto de ley?
Según se pudo consignar en algunas de la versiones del anteproyecto que lograron filtrarse, al igual que la versión actualmente vigente, condensa en un mismo cuerpo legal todo lo referido a producción, certificación y comercialización de semillas por un lado; y la protección de la propiedad intelectual en semillas por el otro.
Una de las consecuencias más importantes que tendrá es el impacto directo en los derechos de los productores agrarios a guardar, conservar, intercambiar y reproducir sus propias semillas. La industria semillera durante mucho tiempo cuestionó la libre utilización por parte de los agricultores de las semillas reservadas de su cosecha para la nueva siembra, práctica que se conoce como “uso propio”. Para este sector, esta práctica viola sus derechos de propiedad intelectual sobre la variedad sembrada. Su búsqueda, estuvo orientada a impedir esa reutilización, o al menos limitarla lo más posible mediante el pago de regalías compensatorias por las bolsas de semillas propias reservadas.
En este sentido, la nueva legislación apunta a reglamentar y restringir el “uso propio” remarcando que solo podrán hacer uso de esta prerrogativa los denominados “agricultores exceptuados”, quienes deben estar debidamente inscriptos en el “Registro Nacional de Usuarios de Semillas”. De esta manera, la ley pone a los productores agrarios como simples “usuarios” de sus propias semillas, cuando durante miles de años fueron (y aún lo siguen siendo), productores y reproductores de las mismas.
Fuente: Marcha