Argentina: La tierra para quien la trabaja, un reclamo vigente
Durante dos días más de cien familias acamparon en un predio de La Plata solicitando tierras para trabajarlas dignamente. Las autoridades provinciales y nacionales, respondieron con un compromiso de entrega de tierras para ochenta familias.
El 31 de marzo pasado alrededor de cien familias de horticultores y floricultores del Cordón hortícola platense comenzaron un acampe a la vera de la Autopista Buenos Aires La Plata, en reclamo de tierras y créditos para poder producir dignamente.
Los productores, organizados en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) sostuvieron la medida durante dos días con el fin de denunciar toda una vida de sacrificio a merced de un modelo de producción que entiende a la tierra y a la siembra de alimentos como un negocio, donde los trabajadores son sólo peones que están lejos de acceder a la propiedad de la tierra que trabajan y cultivan junto a su familia.
Durante el acampe diversas organizaciones sociales y políticas se solidarizaron con la medida y estuvo presente Carlos Vicente de Grain en un taller.
En octubre del año pasado, presentaron ante funcionarios del Ministerio de Agricultura de la Nación, del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia y de la Municipalidad de La Plata, el Proyecto de “Colonia Agrícola Integral de Abastecimiento Urbano” (CAIAU) que contempla un modelo de trabajo y producción más justo.
A la fecha no sólo no recibieron respuesta alguna sino que al contrario, se vieron seriamente perjudicados por la situación económica que atraviesa nuestro país elevando los costos de los alquileres de la tierra y de los agroinsumos utilizados en la producción, dependientes del precio del petróleo y por lo tanto fijado en dólares.
Al cierre de esta edición, los productores definieron levantar el acampe de más de 36 horas luego de la firma de un convenio con autoridades que se hicieron presentes en el lugar para escuchar los reclamos. Representantes de las carteras de Asuntos Agrarios y Agricultura de la provincia bonaerense así como del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno nacional, se comprometieron a entregar tierras fiscales para ochenta familias a ejecutar en los próximos meses, así como maquinaria para el trabajo y un camión para la comercialización de los productos.
En los próximos 45 días dichos funcionarios se comprometieron a establecer cuales serán las tierras a adjudicar. El acuerdo se refrendó en presencia del jefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura de la Nación, Miguel Angel Rosetto.
Marcha dialogó con Virgina Crispin, integrante de la UTT. ”Estamos pidiendo crédito para tierras, no pedimos que nos regalen nada. Tierra para seguir produciendo verdura y flores. Poder vender nosotros mismos lo que producimos, también venderle al Estado, porque el Estado compra verdura para los hospitales, las escuelas… y a ¿quién le compra? A los grandes, no a los pequeños agricultores. Principalmente esta lucha es por la tierra, por un pedazo de tierra para vivir con nuestros hijos y cultivar. Nuestra vida es muy sacrificada, trabajamos desde la mañana hasta al anochecer, nuestro descanso es sólo al mediodía. Así toda la semana. A veces a la noche también trabajamos. Así y todo con el precio de los remedios, las semillas, las plantas -que es todo en dólares- no ganamos nada, trabajamos para los patrones, para los dueños de la tierra y los dueños de las semilleras.
“El martes se presentó el Ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, (Alejandro Rodríguez) que en ese momento no dijo nada. A partir de esto, algunos compañeros elegidos de nuestro acampe fueron a Capital (Federal) y se reunieron con funcionarios del Ministerio de Agricultura de la Nación. A partir de esa reunión se abrió un canal de diálogo. Pero con el dialogo no hacemos nada, con el dialogo no hay trabajo ni comida. Por eso continuamos el acampe” sostuvo enfáticamente.
En el transcurso de la primer jornada de acampe, varios patrulleros se acercaron con la intensión de desalojar, sin orden judicial. El segundo día, las presiones vinieron de mano de otras fuerzas de seguridad como la bonaerense y la Gendarmería Nacional así como desde los mismos funcionarios provinciales y nacionales, que sin ofrecer soluciones a los productores, amenazaron con desalojar el predio.
En este sentido Crispin detalló que “vinieron y nos dijeron que teníamos que irnos, nos dieron 30 minutos y nos amenazaron con llevarnos a todos detenidos. Lo hicieron para asustarnos –sostiene convencida- y algunas compañeras se asustaron. Pero después nos reunimos, nos dimos fuerza y eso nos alentó para seguir luchando”.
El proyecto CAIAU tiene como objetivo final que los pequeños agricultores tengan su propia tierra a través de compras colectivas, con el fin de producirlas con verduras, frutas y flores. La mayor rentabilidad en la comercialización propia, beneficiaría tanto a los productores como a los consumidores locales y regionales, porque instalaría un mercado que posibilitaría un producto final más económico.
Durante el acampe Crispin menciona que fue duro porque pasaron “frío, viendo a nuestros hijos desabrigados”. Pero se recupera aclarando que “es una lucha dura pero a la vez con fuerza, con ganas de seguir adelante justamente por nuestros hijos y por el futuro de nuestros nietos. Mi sueño sería trabajar flores, porque me encantan –aclara entusiasmada- y que a partir de eso mis hijos puedan estudiar”. Las cosas suenan simples como las dice, suelen tener ese nivel de claridad que cae pesado sobre cualquier elocuencia que se haga por fuera. Crispin sueña con algo que es fundamental pero que en la Argentina actual aún tiene el carácter de una esperanza más que de un derecho: “quiero tener una casa de material y dejar al fin la casa donde vivimos ahora, que es de madera y nylon”.
Fuente: Marcha