Aportaciones de los guardianes de semillas de la Península de Yucatán en el primer Congreso mexicano de agroecología
En mayo del 2019, se llevó a cabo en San Cristóbal de las casas, Chiapas, el primer congreso de agroecología de México. Los congresos suelen ser encuentros de carácter académico, para intercambiar avances científicos sobre ciertas materias. Pero este evento tuvo un enfoque muy diferente, ya que el tema de estudio es una practica llevada a cabo por campesinas y campesinos de todas las regiones.
Es que la agroecología no solamente es una disciplina científica sino también un conjunto de practicas y un movimiento social, según la definición propuesta por Wezel (2009). Por ello, era esencial que los actores que practican las diferentes técnicas proponen e implementan las innovaciones y convierten los aprendizajes en movimientos organizados puedan expresar sus opiniones, plantear sus propuestas.
El movimiento agroecológico surgió en los años 70 en reacción a la crisis del campo, pero en la península de Yucatán, llega acoplado a la cultura Maya, quien practica este enfoque desde hace más de 3,500 años, a través del sistema Milpa. En está región, la Milpa también ha sufrido un proceso de desplazamiento a través de la llegada de la agricultura industrializada, la ganadería y procesos sociales como la migración hacia otros polos de desarrollo. Pero las raíces siguen fuerte, y muchas comunidades están aprovechando el auge agroecológico para revalorizar la agricultura campesina y proponer innovaciones para adaptarla a los nuevos contextos climáticos.
Como ejemplo podemos mencionar a la asociación Ka’ Kuxtal, con sede en Hopelchén, Campeche. Aliada con 9 comunidades y con una red de 13 cooperativas, la organización promueve la organización comunitaria a través de la educación de campesino a campesino sobre temas de producción sustentable. En la actualidad, se enfoca en la consolidación de la red de productores agroecológicos de los Chenes, a través de comités comunitarios. Promueven en 100 hectáreas la implementación de practicas asociadas con la milpa, como es el uso de microorganismos, mejoramiento de suelo, almacenamiento y conservación tradicional de semillas nativas estimulo de los policultivos y manejo integrado de plagas.
Como movimiento social, organizan la fiesta de semillas nativas y participan en redes regionales y nacionales de defensa del territorio y del agua. En el marco del congreso, presentaron tres ponencias sobre sus experiencias, destacando una sobre el rol de los jóvenes en la transición agroecológica como estrategia de reinserción comunitaria, experiencias de organizaciones de la sociedad civil en seguridad y soberanía alimentaria y agroecología maya.
Otra participación fue la de la organización Misioneros AC, la cual, a través del colectivo de guardianes de las semillas, promueve desde hace 17 años el rescate de las semillas criollas. Nacido después del impacto del huracán Isidoro en la península de Yucatán, el colectivo agrupa ahora 10 comunidades de 4 municipios del Sur de Yucatán. En esos años, ha promovido a nivel local y regional el rescate de las semillas y de los saberes asociados a la biodiversidad de la selva, de la milpa y de los solares. En el congreso, Idelfonso Yah, uno de los guardianes, compartió ante los científicos y miembros de la sociedad civil, la investigación comunitaria llevada a cabo pro el grupo, y sus principios de organización. Asimismo, los guardianes aportaron una propuesta la integración de la ciencia con las experiencias de vida, a través de la espiritualidad maya, en el marco de una ceremonia. Presentaron un poster sobre mejoramiento participativo de las semillas. A través de estas numerosas interacciones, plantearon la importancia de los movimientos de bases enfocados los saberes tradicionales en el marco de la construcción de la agenda agroecológica en el país.
Se participo también en el evento el cartel Mejoramiento participativo de maíces criollos en el Sur de Yucatán por Idelfonso Yah y Jesús Poot, ese mismo tema fue presentado en una ponencia en las mesas de trabajo se semillas y resiliencia a cargo de Carla Avilés, Humberto Matus e Idefonso Yah, donde se presentaron las bases metodológicas que están desarrollando para el rescate, producción agroecológica, mejoramiento participativo de semillas, conservación poscosecha y las ferias semillas como una estrategia de distribución de las semillas en otras comunidades de la península.
El tercer grupo participante, articulado por la organización U´yool´ché A.C., trabaja desde hace 10 años para ampliar la visión y la formación en buenas prácticas productivas agroforestales con las personas de las comunidades mayas de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, a fin de recuperar y mantener la superficie de cubierta forestal, fortalecer la biodiversidad y ampliar las capacidades locales en el territorio bajo un manejo sustentable de los recursos naturales. En el marco del congreso, participaron en las diferentes mesas y una ponencia denominada “Conocimientos plurales en encuentros de semillas de la Península de Yucatán”.
La suma de estos conocimientos contribuyó a generar amplias discusiones entre los participantes, resaltando el rol de las comunidades indígenas en la generación de propuestas e innovaciones que incidan en la construcción nacional del movimiento de agroecología. A través de donaciones en fases consecutivas del PPD, se ha acompañado a estos 3 grupos y a 170 más en los 25 años del programa, para crear está propuesta de agricultura y manejo del paisaje que conserva de forma activa la biodiversidad. En este contexto, el PPD participó en un mesa de dialogo sobre financiamiento de la agroecología, para compartir algunos resultados. En dicha mesa, resaltamos el rol de las alianzas con otras instituciones donantes, como es la fundación WK Kellog, la FAO, el INPI y la CONAFOR, como forma de lograr impulsar las innovaciones agroecológicas.
En la Fase 6 del PPD, estamos comprometidos en co-ayudar a incrementar la resiliencia de las comunidades rurales del sureste de México. El trabajo con estas 3 organizaciones de base de la península de Yucatán, y su participación activa en este tipo de evento nacional para compartir sus experiencias e incidir en la agenda nacional, son elementos claves para generar las transformaciones propuestas por las mismas comunidades hacia un manejo sustentable de los paisajes biodiversos.