América Central trabaja unida contra los transgénicos

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Diferentes organizaciones pertenecientes a Amigos de la Tierra Internacional que trabajan en distintos países de América Central, comienzan a realizar este viernes un conjunto de actividades -dentro de lo que denominan "Gira de la Mazorca Inflable"- en su continente en contra de los organismos genéticamente modificados (OGM)

El objetivo de las sedes centroamericanas de Amigos de la Tierra es informar nuevamente a la población de la región y a sus distintos gobiernos sobre los impactos negativos causados por los cultivos y productos transgénicos en el continente.

Las diferentes acciones contra los OGM serán coordinadas por Amigos de la Tierra Guatemala (CEIBA), Amigos de la Tierra El Salvador (CESTA, trabajando conjuntamente con la Red Ciudadana frente a los Transgénicos), Amigos de la Tierra Honduras (Madre Tierra), Amigos de la Tierra Nicaragua (Centro Humboldt) y Amigos de la Tierra Costa Rica (COECOCeiba), con la cooperación de la Asociación de Ecología Social de Costa Rica (AESO) y Amigos de la Tierra Alemania (BUND).
Entre las actividades programadas hay diferentes tipos de movilizaciones, ruedas de prensa, ferias de semillas, charlas y conciertos musicales. Cada una de las sedes nacionales de Amigos de la Tierra exhibirá durante las manifestaciones una mazorca inflable de seis metros de altura que fue transportada desde Alemania.

Las organizaciones de Amigos de la Tierra, además de subrayar las consecuencias negativas sociales, ecológicas, económicas y culturales de los transgénicos, proponen defender y proteger la biodiversidad del medio ambiente y la soberanía alimentaria de los pueblos (derecho de cada población a decidir qué comer y a producir su propio alimento).

Otro de los propósitos de la "Gira de la Mazorca Inflable" es subrayar el nexo entre los tratados de libre comercio (TLC) en América Central, como el Acuerdo de Libre Comercio de América Central (CAFTA), con la introducción de transgénicos. Los TLC incluyen políticas que fomentan la liberalización de los productos agrícolas, facilitando la introducción en los países centroamericanos de productos transgénicos agrícolas provenientes de grandes corporaciones estadounidenses y europeas.

En este sentido, las organizaciones centroamericanas de Amigos de la Tierra y BUND, trabajan con el objetivo de defender el derecho de cada país de América Central a establecer prohibiciones a las importaciones de OGMs y a negarse a que se experimente con organismos transgénicos en la región.

El sistema implantado por el cultivo de transgénicos provoca graves consecuencias contra el ambiente, la salud humana, la soberanía y libertad de los pueblos. Entre otros impactos negativos, se destacan: la instalación de monocultivos transgénicos y el desplazamiento de especies nativas daña la biodiversidad del ambiente; el monopolio de las empresas biotecnológicas que se adueñan de las semillas por medio de patentes, que luego les permiten vender esas semillas, conlleva a que los agricultores campesinos no puedan guardar semillas para cosechas siguientes; la pérdida de poder de los campesinos sobre las semillas perjudica la soberanía alimentaria de los pueblos; contaminación genética de cultivos no transgénicos (se ha probado científicamente que cultivos transgénicos y no transgénicos no pueden coexistir en un mismo espacio físico sin que los primeros alteren genéticamente a los segundos); incremento de uso de agrotóxicos necesarios para mantener en buen estado los cultivos transgénicos.

Fuente: Radio Mundo Real

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