Uchunya: La lucha por la tierra y el medio ambiente
A pocos kilómetros de Pucallpa, la comunidad indígena Santa Clara de Uchunya, aún resiste. El conflicto territorial que sostienen con una empresa de palma aceitera es su defensa eterna por la tierra y el medio ambiente.
La serie documental de la emisora internacional de Alemania, Deutsche Welle (DW), titulada «La palma aceitera que hizo de la selva peruana un desierto» da cuenta de la disputa en el corazón de la Amazonía por el reconocimiento de 118 hectáreas entre el pueblo indígena y la empresa de palma aceitera Ocho Sur P.S.A.C. del Grupo Melka.
Las causas que hoy motivan la lucha del pueblo Uchunya, se remontan hacia 1997. Según el informe, desde aquel año y hasta el 2009, la Dirección Regional de Agricultura de Ucayali concedió a diversos colonos —sin considerar la ley— constancias de posesión y títulos de propiedad sobre 222 parcelas ubicadas en los territorios ancestrales de la comunidad indígena.
El grupo empresarial
Hacia el 2014, los comuneros de Uchunya advertieron la presencia en sus tierras de la empresa Plantaciones de Pucallpa Sociedad Anónima Cerrada. Los terrenos que entonces se adjudicaba esta compañía, hoy son propiedad de Ocho Sur P.S.A.C.
Esta empresa que forma parte del Grupo Melka, ha sido acusada de deforestar en torno a unas 7.000 hectáreas de selva para su plantación de palma aceitera. Sin embargo, esta no es la primera vez que una empresa del conglomerado empresarial se ve envuelta en denuncias por actividades ilícitas en la Amazonía
En julio de este año, la empresa ex Cacao del Perú Norte S.A.C. (hoy Tamshi SAC), fue sentenciada en un fallo histórico para el Perú a un pago de reparación civil de 15 millones de soles (casi 4,5 millones de euros) por tráfico ilegal de madera en caso de deforestación en la región de Loreto.
Un informe de El Comercio, señala que ex Cacao del Perú Norte S.A.C. es la subsidiaria peruana de United Cacao Limited SEZC, la cual forma parte del grupo empresarial del ciudadano checo-estadounidense Dennis Melka, investigado además por la Fiscalía Ambiental de Loreto.
Las afectaciones
Según el testimonio de los pobladores de la comunidad de Santa Clara de Uchunya, desde que la palma aceitera llegó a sus tierras, todo cambió. «Cuando entró la palma, la empresa deforestó toditos nuestros bosques; nosotros vivíamos de eso antes, antiguamente», le dijo a DW Peter Benavides, comunero de la zona.
El jefe Uchunya, Efer Silvano, también relata los cambios que han sufrido desde entonces. «Ahora ya no podemos acceder a donde antes pescábamos, cazábamos y recogíamos nuestras medicinas tradicionales, a nuestro territorio ancestral», señala.
Además de las afectaciones ambientales y a las actividades ancestrales, los indígenas de Uchunya denunciaron que vienen sufriendo ataques por parte de los guardias de la plantación palmera. «Ahí te meten bala», les dijeron a DW.
El informe señala que, en setiembre del 2007, seis agricultores fueron asesinados en el caserío colindante de Bajo Rayal. Se trataba de una zona que mantenía problemas con otra plantación también de propiedad del grupo Melka.
Exigencias del pueblo
El pedido de los pobladores de Santa Clara de Uchunya es claro: anular las 222 inscripciones iniciales otorgadas a los colonos y que la compañía de palma aceitera reconozca el derecho sobre las 118 hectáreas de tierras en la comunidad indígena.
A la fecha, el Gobierno regional de Ucayali le ha ofrecido a la comunidad la entrega de 1.500 hectáreas; mientras que el Ministerio de Agricultura —que no quiso responder a las preguntas de DW sobre el caso— registra en su historial una multa impuesta el 2015 contra Plantaciones de Pucallpa por impedir el acceso de sus inspectores e incumplir una orden de suspensión laboral.
En tanto, la disputa territorial actualmente se encuentra en el Tribunal Constitucional. Para el presidente de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes (Feconau), Miguel Guimaraes, de darse un resultado favorable se «va a marcar un hito histórico para otras comunidades en el tema de despojo de territorios ancestrales».
Si el escenario fuese contrario, los Uchunya aseguran que acudirán a «instancias internacionales», en referencia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La sentencia que se preveía para hace semanas, se ha retrasado y puede llegar en cualquier momento.
Mientras tanto, algunos comuneros de Santa Clara de Uchunya como Walter, mantienen firme su convicción. «Tenemos nuestra dignidad. Somos dueños de nuestra lucha y vamos a enfrentar hasta morir aunque sea. No nos acobardamos», aseguró.
Fuente: Servindi