¿Qué hacemos con el litio en Argentina?

Nuestra situación contemporánea encuentra a Sudamérica, y particularmente al área del altiplano que comparten Argentina, Bolivia y Chile, con el 68% de las reservas de litio en salares, la de más fácil y rentable extracción. La existencia de la materia prima ha despertado la avidez de las grandes corporaciones globales dedicadas a la minería, a la industria automotriz, al comercio químico, a las tecnologías de frontera, para lograr una presencia decisiva en el control y el acceso a las reservas litíferas.

En términos de disputa política, la puja por controlar el “excedente futuro” que ofrece el nuevo armazón de la energía no-fósil en la región será central: o bien quedará fuera de nuestra órbita o bien podrán tallar las fuerzas público-sociales locales de producción y gestión de la nueva tecnología renovable. O bien se democratizará, descentralizará y desconcentrará y despratriarcalizará el sistema energético, promoviendo la generación pública, comunitaria y social de la energía, o bien se emplazará un nuevo formato de acumulación neoconcentrado en la estela de la debacle de la combustión fósil.

Pero hay más, Sudamérica puede participar en las cadenas de valor ofreciendo las materias primas para una transición socio-energética llevada adelante a nivel global por los países centrales o apostar por potenciar sus propias capacidades científico-técnicas para crear una industria verde a partir de “fronteras tecnológicas locales”.

Y por último, nuestros territorios continuarán siendo zonas de sacrificio de un nuevo colonialismo verde o se considerará de manera firme los modos de participación, gestión y decisión de las comunidades y poblaciones con recursos, cualquiera de ellos, sea litio, sol, cobalto, viento o silicio. Por esta vía, en términos de la vital creación de una narrativa emancipatoria del sur.

Fuente:  Fundación Rosa Luxemburgo

Temas: Extractivismo, Megaproyectos

Comentarios