Consecuencias del cultivo de transgénicos en los países en vías de desarrollo
A través de este vídeo de la BBC podemos conocer algunas de las consecuencias del cultivo de transgénicos en los países en vías de desarrollo, al parecer, en la India han muerto muchos agricultores durante los últimos años por una misma razón, no poder hacer frente a sus deudas.
El elevado índice de suicidios obliga a prestar especial atención a las causas que los motivan, algo que la mayoría de campesinos tienen en común es la solicitud de un crédito para poder comprar semillas transgénicas. Se supone que las semillas son más productivas y por tanto se garantizaría la rentabilidad y la seguridad alimentaria.
Las semillas son caras y su rentabilidad depende de la cosecha, si esta no es suficientemente productiva los campesinos terminan arruinándose, muchos de ellos deciden tomar un camino que no tiene vuelta atrás. La valoración de las miles de muertes acaecidas es motivo suficiente para sopesar las consecuencias del cultivo de transgénicos. En el documental nos hablan del algodón transgénico y de sus consecuencias, pero también hablan de alimentos como las berenjenas transgénicas, como podemos comprobar, existe la posibilidad de que finalmente sean aprobadas para su producción y comercialización.
Recordemos que en agosto de 2008 se trabajaba en el desarrollo de una nueva variedad de berenjenas transgénicas en la India, la empresa india Mahyco (Maharashtra Hybrid Seed) en colaboración con Monsanto, trabajaba en una berenjena capaz de soportar las plagas y enfermedades utilizando material genético proveniente de la bacteria Bacillus thuringiensis, concretamente la inclusión de la toxina Cry1Ac, toxina relacionada con diferentes tipos de alergias en seres humanos y la muerte de miles de ovejas.
El caso es que a finales del año pasado se preveía una inminente producción de berenjenas transgénicas tras conocer que el Comité indio de Aprobación de Ingeniería Genética (Genetic Engineering Approval Committee (GEAC)) había dado luz verde al cultivo, sólo faltaba la respuesta definitiva del Gobierno indio. Posteriormente, a primeros de este año, dicho Gobierno tomaba una decisión, se había suspendido el cultivo de berenjenas transgénicas porque el Ministerio de Medio Ambiente de la India tomaba el principio de precaución ante la falta de consenso científico sobre la salubridad, viabilidad y seguridad de las berenjenas transgénicas, tanto para el medio ambiente como para la alimentación humana.
Jairam Ramesh, Ministro de Medio Ambiente de la India, decía que pretendía preservar el patrimonio agrícola del país, recordemos que las berenjenas son uno de los cultivos importantes del país. Ahora nos sorprende saber, a través de este vídeo, que existe la posibilidad de que finalmente se aprueben las berenjenas transgénicas en la India. Los investigadores indican que los cultivos transgénicos son seguros y que son la solución más efectiva para atajar el hambre, luchar contra el cambio climático o contra las enfermedades que atacan a los cultivos, el objetivo es alcanzar la seguridad alimentaria del país. ¿Qué ocurriría si las consecuencias fueran las mismas que las sufridas con el algodón transgénico?
Como dicen en el vídeo, ¿vale la pena el riesgo?, recordemos que en el caso del algodón y la berenjena transgénica, ambos cultivos se han modificado con el mismo material genético, dados los problemas producidos por el algodón, se podría deducir que el resultado sería el mismo para las berenjenas. Por otro lado, será interesante recordar que algunos estudios como el realizado por investigadores de la Universidad de Kansas, ponían al descubierto que los alimentos transgénicos no son tan productivos como aseguran otros investigadores. No nos queda más que augurar un posible cambio de postura por parte del Gobierno de la India, algo que no nos extraña dado que los intereses económicos son muy significativos y las empresas biotecnológicas mantienen una fuerte presión sobre aquellos Gobiernos que poseen carencias legislativas y necesidades económicas.
Fuente: Gastronomía y cía