Cinco claves sobre el valor de la reforma agraria para Brasil
El miembro del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), João Pedro Stedile, expuso cinco claves para comprender la importancia de adelantar la reforma agraria en Brasil.
Brasil, como la mayoría de los países en América Latina, empleó durante mucho tiempo la mano de obra esclava para el cultivo de la tierra. La abolición de este flagelo en 1888 representó la primera oportunidad para el país de promover la reforma agraria, garantizando el acceso a la tierra para los exesclavos.
Una segunda oportunidad surge en 1964 cuando se produce la primera crisis del capitalismo. Por lo que el ministro de Planificación en Brasil, Celso Furtado, sugirió al presidente de la nación, Joao Goulart, que la solución a la crisis era la promulgación de una reforma agraria, porque generaría un gran mercado interno para abastecer a la industria brasileña. La respuesta de la burguesía no se hizo esperar: el golpe militar.
El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil, durante sus 41 años de existencia también se ha dedicado a defender la agroecología y a reclamar el derecho de los campesinos sobre la tierra en la que vive y cultiva, de cara a las disparidades sociales existentes, donde una sola persona puede poseer innumerables extensiones de tierra. Este miércoles el MST se pronunció a favor de la defensa del Programa Nacional de Educación sobre Reforma Agraria, uno de los programas educativos más grandes en la historia del país.
Este lunes el economista, fundador y miembro de la dirección nacional del MST, João Pedro Stedile, conversó con el exalcalde de Sao Paulo y excandidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT) en 2018, Fernando Haddad, y expuso cinco claves para comprender la importancia de adelantar la reforma agraria en Brasil.
Una cuestión de todos
La reforma agraria es importante para toda la población brasileña y no solo para quienes viven en el campo. Es una cuestión que debe interesar a quienes se alimentan de la tierra, a quienes la cultiva, a quienes viven de ella, a los movimientos sociales y populares feministas, a las instituciones religiosas, a todos en su conjunto.
Bolsonaro y sus políticas
El principal problema relacionado con la agricultura en Brasil es el modelo económico adoptado por el gobierno de Jair Bolsonaro, que busca el desmantelamiento total del sistema productivo para poner la tierra en mano de grandes transnacionales.
El modelo económico y de explotación de la tierra que promueve el Gobierno neoliberal de Bolsonaro es frágil en su concepción porque legitima la explotación capitalista indiscriminada a expensas del desempleo y atenta contra la naturaleza.
Los agronegocios
El principal beneficiario de los agronegocios no es el pueblo brasileño, ni la burguesía, ni el agricultor, son las empresas agroimportadoras, las que registran un promedio anual de 20 millones de toneladas de insumos agrícolas entrados al país.
El Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra), creado precisamente para tomar posesión arbitrariamente de tierras públicas en la región de la Amazonía, y el ministro de Agricultura de Brasil, liberarán la venta de tierras en la Amazonía a extranjeros y autorizarán el empleo de 600.000 nuevos tipos de pesticidas, acciones que solo favorecen a los agronegocios.
Una tierra, tres modelos
En Brasil se enfrentan tres modelos agrícolas: el latifundio especulativo; agronegocios y agricultura familiar. El primero busca especular con el valor de la tierra para luego venderla. El segundo son grandes extensiones de tierra dedicadas al monocultivo, basado en una alta mecanización, reemplazando la mano de obra por el empleo de pesticidas perjudiciales para la salud humana. El tercero representa la agroecología, la agricultura popular.
La agroindustria
La única forma para que el campesino tenga acceso a los valores agregados que genera su trabajo es organizarse en forma de cooperativas y participando en el proceso de creación de una agroindustria.
La agroindustria es la única forma de garantizar el empleo y la permanencia de los jóvenes en el campo, los que en muchas ocasiones al verse sin oportunidades deciden emigrar a la ciudad.
Fuente: TeleSur