Xi Jinping en Ecuador - Entrega 2: Xi Jinping viene ¿prepara-té?
Los movimientos sociales no van a preparar té, pero sí van a prepararse para reclamar por los graves impactos sociales, económicos y ambientales de los créditos y proyectos chinos y evidenciar la deuda ecológica de China con el Ecuador.
Xi Jinping, presidente de China, viene por primera vez al Ecuador y el Gobierno de la “revolución ciudadana” prepara té y quizá los últimos esfuerzos para concretar nuevos créditos, difíciles en un contexto de crisis económica.
Vale recordar que a principios de enero del 2015 Correa, con una comitiva del gobierno y una delegación de empresarios ecuatorianos, visitó China para fortalecer las relaciones bilaterales con el fin de seguir contando con las líneas de crédito que este país viene otorgando al Ecuador desde el 2009. En esta visita los dos gobiernos suscribieron una declaración para establecer una Asociación Estratégica en donde se propone “potenciar líneas de financiamiento concesional, comercial y de exportación ... y consolidar los proyectos conjuntos como la Refinería del Pacífico”, así también “fortalecer y diversificar la asociación bilateral en diversas esferas de la economía, para lo cual darán un nuevo impulso a tales ámbitos tradicionales de cooperación, como energía, finanzas, inversión, minería, producción de petróleo, agricultura, pesca, recursos hídricos, industria, construcción y manufactura”.
Durante el período de este gobierno autoridades ecuatorianas han realizado varias visitas a China así como autoridades chinas al Ecuador. Las primeras para gestionar créditos y ofrecer a las empresas chinas un “amplio catálogo de proyectos” (como se menciona en la página de la Vicepresidencia), que van desde los mineros, petroleros - como la Refinería del Pacífico -, hidroeléctricos y carreteras, hasta Yachay o el metro para Quito; las segundas para evaluar los proyectos, créditos y cuantificar los seguros de riesgo – como la visita de China Export & Credit Insurance Corporation (SINOSURE) -, delegados de bancos como el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Eximbank han venido a evaluar sus créditos en obras como la construcción de la Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair y Sopladora.
La China se constituyó desde el 2009 en la principal fuente de crédito para el país, que al momento llega a más de USD 8 000 millones. Este monto incluye el último préstamo por USD 2 000 millones con el Banco de Desarrollo de China que se habría contratado a propósito del terremoto acontecido en Ecuador en abril de este año, sin embargo en los medios de comunicación se informa que de este monto USD 1 500 millones es de libre disponibilidad y USD 500 millones está atado a la ejecución de proyectos a contratarse con empresas chinas.
Efectivamente, los créditos suscritos con la China están vinculados a la contratación de equipos, bienes y servicios de empresas Chinas y mano de obra de ese país para la realización de los proyectos. Así también el Ecuador tiene que pagar un seguro de riesgo de crédito a la empresa china SINOSURE y un interés alto para el monto de los mismos. Debido a acuerdos previos con China, los proyectos se entregan a sus empresas bajo el régimen de excepción, es decir sin mediar una convocatoria pública. Pero eso no es todo, los créditos chinos están atados al pago anticipado de petróleo o a compromisos de compra venta. Es así que actualmente más del 80% del petróleo exportable se vende a China. Es decir el negocio de la inversión China en el Ecuador es redondo.
Cuando el presidente Xi Jinping, junto con el gobierno, participe en la inauguración de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, como está agendado, habría que reclamarle lo que ha significado para nuestros pueblos la inversión china: lo obreros muertos y heridos, ecuatorianos y chinos, en la construcción de la hidroeléctrica que se inaugura, y los impactos de la intervención de esta obra en los ríos y ecosistemas amazónicos. Las denuncias constantes por maltratos laborales y condiciones deficientes de salubridad y seguridad en los proyectos hidroeléctricos por parte de las empresas chinas, como el caso de la CHINA INTERNACIONAL WATER & ELECTRIC CORP (CWE) a cargo de la construcción del proyecto Hidroeléctrico Toachi-Pilatón que fue sancionada entre otras cosas por incumplimiento de normas de salud y seguridad industrial.
La represión, desalojo y afectación de campesinos de Manabí para que la empresa CHINA TIESIJU CIVIL ENGINEERING GROUP LT inicie la construcción del Proyecto Multipropósito Chone. La presa inundó suelos agrícolas de alta calidad.
En la Amazonía, los derrames de petróleo por las operaciones de las empresas estatales chinas ANDES PETROLEUM y PETRO ORIENTAL, entre ellos el derrame de lodos de perforación tóxicos en la comunidad indígena Chiro Isla en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní en Orellana.
En el contexto de la ejecución del proyecto minero Mirador en la Cordillera de El Cóndor, que se ubica en territorio indígena y tierras campesinas, se dio el asesinato de José Tendenza, líder antiminero del pueblo Shuar que aún continúa impune, y cuyos dos principales sospechosos, empleados de la empresa china ECSA (consorcio entre la CHINA RAILWAY CONSTRUCTION CORPORATION (CRCC) y el grupo TONGLING NONFERROUS METALS) han sido absueltos. En este caso, se ha dado la criminalización de la resistencia al proyecto y el violento desalojo de familias en Tundayme; a más de la deforestación y contaminación de los ríos de esta zona, una de las más biodiversas del país.
La venida de Xi Jinping es entonces una oportunidad, no para endeudar más al país, ni impulsar proyectos que están destruyendo la vida de los pueblos indígenas y campesinos y sus entornos; sí, para denunciar las violaciones a los derechos humanos, de los pueblos y la naturaleza y reclamar la deuda ecológica.
Fuente: Acción Ecológica