Ucrania: laboratorio neonazi, gas y petróleo
"Los tambores que anuncian el inicio de una gran guerra mundial continúan repicando en Ucrania. La injerencia a fondo por parte de EE.UU./UE/OTAN en la desestabilización de Ucrania entraña unas connotaciones geopolíticas que van más allá del golpe de estado inducido para instalar un régimen/laboratorio neonazi a las puertas de Europa. Esta peligrosa jugada por parte de EE.UU./UE/OTAN es producto de la pérdida de influencia y de poder global de EE.UU., cuyo declive acelerado viene acompañado de una profunda crisis económica y energética sin retorno."
Por Víctor Wilches / Agropolis
Los tambores que anuncian el inicio de una gran guerra mundial continúan repicando en Ucrania. La injerencia a fondo por parte de EE.UU./UE/OTAN en la desestabilización de Ucrania entraña unas connotaciones geopolíticas que van más allá del golpe de estado inducido para instalar un régimen/laboratorio neonazi a las puertas de Europa. Los acontecimientos conducen a conjeturar que con esta agresión se busca alterarle el rumbo al orden internacional multipolar gestado en la última década e impedir su consolidación, y en su lugar imponer un orden internacional hegemónico, opresor, militar/mercenarizado y violento capitaneado por la plutocracia de EE.UU.
La agresión político-militar desplegada por EE.UU./UE/OTAN para forzar un nuevo orden internacional que responda a los intereses de EE.UU. está develando que inevitablemente todos los caminos conducen finalmente a una guerra frontal con China. Para llevar a cabo este arriesgado sueño imperial, Washington y Bruselas tienen que controlar/derrotar tres lugares emblemáticos: La Plaza Maidan, la Plaza Roja, y la Plaza Tiananmen. Tarea no fácil, pero el desespero puede llevar a cualquier demencial aventura, así ésta sea una pugna intercapitalista.
Esta peligrosa jugada por parte de EE.UU./UE/OTAN es producto de la pérdida de influencia y de poder global de EE.UU., cuyo declive acelerado viene acompañado de una profunda crisis económica y energética sin retorno. El modelo capitalista de producción depredó, destruyó y agotó los recursos naturales y energéticos, y contaminó todos los ecosistemas del planeta en su afán de acumulación. El crecimiento económico es cosa del pasado. Sin energía es imposible crecer. Para crecer económicamente se requiere aumentar el consumo de energía, y a la inversa, sin aumento del consumo de energía es imposible crecer económicamente.
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