Trabajo esclavo. Boletín de la RALLT N° 412
Este boletín lo dedicamos al tema del trabajo esclavo. A inicios de este año se encontró que la empresa semillera y exportadora de granos NIDERA utiliza trabajo esclavo en Argentina, esto a pesar de las grandes ganancias que obtiene por el negocio de la soja transgénica en ese país del Cono Sur. Otra raya más al nefasto negocio de los transgénicos. Boletín N° 412 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
En este boletín compartimos algunos artículos sobre esta problemática
Coordinación RALLT
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TRABAJO ESCLAVO PARA UNA TRADER CEREALERA EVASORA
Una nueva vida
Por Horacio Verbitsky
2 enero 2011
Página 12
Una de las grandes traders exportadoras de productos agropecuarios, a la que el Estado Nacional investiga por evasión de impuestos, explotaba el trabajo esclavo de adultos y niños traídos desde provincias del norte. Los alojaba en trailers de chapa, en los que dormían hacinados de a veinte. La jornada laboral era de diez horas incluido el día de Navidad, bajo el rayo del sol, sin luz, sin agua potable salvo la que recibían en baldes. No podían salir de los límites de la propiedad en la que trabajaban ni conocían cuál sería su remuneración. La paga se difería para el último día del contrato informal, ya que no estaba registrado. Mientras, les descontaban todo lo que consumían a precios tan exorbitantes que nunca tenían un saldo favorable para cobrar. Les anotaban 80 pesos por una bolsa de papas, 65 por una de cebollas, 54 por un pollo, 17 por un atado de cigarrillos, ocho por un kilo de pan viejo y dos por recargar la batería del celular. También se hallaron fideos con la leyenda del ministerio de Desarrollo Social. Por un paquete, cuya venta está prohibida, los esclavos debían pagar 35 pesos. El titular de ese ministerio, Baldomero Alvarez de Oliveira, es el padrino político del ex intendente de San Pedro Julio Pángaro, quien este año fue designado secretario legal y técnico del ministerio de Justicia y Seguridad. También se encontraron alimentos vencidos. El único dinero que recibieron en las tres semanas transcurridas antes del allanamiento, fueron 12 pesos “para comprar pan dulce”. El ministro de Trabajo provincial, Oscar Cuartango, dijo que los hechos descubiertos rozaban el crimen de lesa humanidad.
Un millar
El campamento alojaba a 130 personas, entre ellas unos 30 niños y adolescentes, pero la justicia considera que hay por lo menos un millar en las mismas condiciones, en otros campos próximos a San Pedro. Su representación sindical corresponde a la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores, Uatre, conducida por Gerónimo Venegas, fundador junto con José Luis Barrionuevo de la denominada CGT Azul y Blanca. Los delegados de Uatre recién llegaron al lugar una vez que el titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones N0 6 de San Nicolás, Rubén Darío Giagnorio, notificó al ministerio de Trabajo de la situación. El representante de Uatre en San Pedro, Cecilio Salazar es el líder local del peornismo opositor. Una de sus actividades más notorias ha sido el auspicio de Uatre al corredor de carreras de autos Pichi Iglesias, lo cual provocó críticas en un gremio de paupérrimos afiliados. A principios de diciembre, Giagnorio ordenó a la patrulla rural del Pueblo Doyle que rondara los campos de la zona en búsqueda de situaciones irregulares en la cosecha del maíz, que son habituales a esta altura del año, cuando son traídos trabajadores temporales desde el interior para desflorar maíz, una actividad que sólo se realiza en forma manual. Giagnorio dijo que lo hizo en aplicación de la política criminal determinada por el Ministerio Público Fiscal que él integra. El 20 de diciembre la patrulla le comunicó sus observaciones sobre la Estancia El Algarrobo, ubicada en el Paraje Beladrich, a pocos kilómetros de Santa Lucía, partido de San Pedro. Se trata de una finca de unas 1600 hectáreas, de las cuales 200 están arrendadas a Nidera. El acceso es dificultoso porque está a 12 km de la ruta más próxima. El miércoles 22 el fiscal solicitó una orden de allanamiento a la titular del Juzgado de Garantías N0 1 de San Nicolás, pero la jueza María Laura Vázquez se la negó, porque adujo que no había pruebas. Giagnorio prefirió que las patrullas rurales no se acercaran demasiado, para evitar que fueran advertidas y se levantaran los campamentos antes de que pudiera intervenir. Ante la negativa judicial comunicó su presunción a los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires y a la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del ministerio de Justicia de la Nación. El ministerio de Trabajo de la Provincia tiene el poder de policía en estos casos y el miércoles 29 se presentó para inspeccionar la situación detectada por el fiscal. Giagnorio participó como veedor. Como escribió en su mensaje del 31 de diciembre un cura que ejerce en Haití su opción por los pobres, hay lugares y personas que más que un año nuevo precisan una vida nueva. Éste es el doloroso contraste con la Argentina eufórica de consumo y placeres que desde la tarde del jueves colmó todas las rutas de salida de las grandes ciudades.
Reducción a la servidumbre
Al verificar la gravísima situación en que se encontraban los trabajadores, el fiscal inició actuaciones por reducción a la servidumbre y malversación de caudales públicos. En cambio no tiene competencia para investigar el delito de trata de personas. Sin mención al desempeño del fiscal Giagnorio, el ministerio de Trabajo provincial se atribuyó el mérito. Según el subsecretario de Trabajo Carlos Molina se trató de un procedimiento habitual en la tarea que habría ordenado el gobernador Daniel Scioli para detectar trabajo infantil y controlar las condiciones de seguridad del trabajo rural. Según esa dependencia, Nidera deberá pagar 5000 pesos de multa por cada trabajador no registrado. Entre los detenidos están los ingenieros de Nidera Nicolás Martínez Allende y Diego Carballo, dos capataces y tres encargados de la distribución de alimentos. El fiscal les tomó declaración y los puso en libertad mientras continúa la investigación.
Un campo de concentración
El médico Julio Caraballo, director de Bromatología de San Pedro, dijo a una radio local que las condiciones eran las de un campo de concentración, con dos agujeros en el suelo como baños, sólo aislados por una cortina cosida con bolsas de Nidera. También vio a un adolescente que se bañaba con agua acarreada en un recipiente de agrotóxicos. “Es para pasar de la indignación a las lágrimas”, dijo. La comida era suministrada por la distribuidora Comat S.A, del ex concejal radical de San Pedro Eugenio Abel González. Al mismo grupo pertenecen la Compañía Argentina de Recursos Humanos y Soluciones Agropecuarias, que prestan servicios de tercerización de personal no permanente para empresas agropecuarias. A Comat, Nidera le pagaba a 24 pesos por día por persona. Pero los precios que les cargaba a los trabajadores eran tan altos que siempre excedían el monto diario asignado. La diferencia se anotaba, para ser debitada del salario. Comat dijo que sólo era proveedora de alimentos secos y frescos a Nidera y que la acusación en su contra equivalía a responsabilizar a Coca-Cola por “la tragedia de Cromañón, porque proveía las gaseosas”. También negó haber suministrado los alimentos del programa de ayuda social del gobierno bonaerense que el fiscal secuestró en El Algarrobo. El reclutamiento de personas muy humildes se hizo en Santiago del Estero, con la promesa de trabajar en la cosecha del maíz en Buenos Aires “en la mejor empresa”, en condiciones laborales apropiadas y un buen salario. Un colectivo los trasladó en forma directa hasta la estancia, de la que una vez que ingresaron no se les permitió salir. Nidera les hizo saber que si alguien abandonaba el predio, toda la cuadrilla de trabajo que integraba sería devuelta a su pueblo sin pago. Consultado para esta nota el fiscal agregó que estas personas “ni sabían en qué lugar estaban”. Giagnorio pasó el 31 de diciembre de la mañana a la noche en la estancia, completando el sumario. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se encargó de llevar a los trabajadores hasta sus pueblos de origen, donde quedarán a cargo de las autoridades provinciales. El mismo fiscal allanó hace poco varios prostíbulos de la zona, en los que también encontró leche de las partidas gratuitas que distribuye el gobierno bonaerense.
Empresa líder
Nidera es una compañía transnacional, líder en el mercado argentino de semillas y uno de los mayores exportadores de aceites, de cereales y de oleaginosas. Su participación ronda el 10 por ciento del total de las exportaciones argentinas de esos productos. En 1996, fue la primera que obtuvo autorización para liberar al consumo humano y animal la soja transgénica resistente al glifosato, durante la gestión como secretario de agricultura del ingeniero Felipe Carlos Solá. Tiene tres centros semilleros, en Venado Tuerto (maíz), Chacabuco (girasol) y Miramar (trigo y maíz).
Creada hace noventa años por comerciantes de granos de los Países Bajos, su nombre surge de la combinación de las iniciales de los grandes mercados cerealeros en los que actuaba entonces: Holanda (Netherlands) India, Alemania (Deutschland), Inglaterra (England), Rusia y la Argentina, donde Nidera Argentina se instaló en 1929. También comercializa insumos agrícolas, opera en fletes marítimos y produce fertilizantes, herbicidas y fungicidas. Posee terminales portuarios propios en Rosario, Quequén y Bahía Blanca. En 2010 fue el sexto exportador de granos (detrás de Cargill, Bunge, ADM, Dreyfus y Toeper) y el séptimo en los de subproductos y aceites (detrás de Cargill, Bunge, AGD, Dreyfus, Molinos y Vicentín). Nidera es la empresa líder en los mercados de semillas de soja y de girasol, está en segundo lugar en el de maíz y en el tercero en el de trigo. También opera una sociedad de garantías recíprocas, que financia siembras de sus clientes por medio de fideicomisos. Como no informa sobre volúmenes de negocios ni cotiza en bolsa, esos rankings ayudan a evaluar en forma aproximada su facturación. Según el ranking publicado hace seis meses por la revista Mercado, en 2009 Nidera Argentina facturó 3500 millones de pesos y ocupa el puesto 47 entre la cúpula de las empresas que más venden. La Escuela de Estadísticas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario estima que los salarios pagados por Nidera representan el 1,54 por ciento de esa facturación. La redacción de esta nota entre el viernes 31 y el sábado 1 dificultó la obtención de mayores precisiones.
Nidera en Acción
El presidente de Nidera global, Martín Mayer Wolf, de una de las familias fundadoras, es uno de los sostenedores de Accion International, una organización privada sin fines de lucro, cuya misión es ayudar a la gente a salir de la pobreza a través de su propio trabajo. “Al proporcionar microcréditos, capacitación empresarial y otros servicios financieros a hombres y mujeres pobres que inician sus propios negocios, ayuda a estas personas a alcanzar un nivel en la escala económica, con dignidad y orgullo”, informa en su documento “El negocio de luchar contra la pobreza”. Entre los accionistas minoritarios de Nidera Argentina está Rolgra Inversora SA, empresa presidida por Raúl Simón Loeb, presidente de la Cámara de Comercio Argentina para el Sudeste Asiático, vicepresidente de la Cámara de la Producción, la Industria y el Comercio Argentino-China, y cónsul honorario de Singapur y de Sri Lanka. El presidente de Nidera Argentina, Ricardo López Mayorga organiza concursos que otorgan premios a alumnos de escuelas agrotécnicas, estimulándolos a cuidar el suelo y utilizarlo en forma racional. En septiembre, la AFIP anunció que estaba investigando por evasión impositiva a cuatro de las mayores exportadoras de granos. Sus nombres se fueron conociendo en forma gradual: Bunge, Cargill, Molinos Ríos de La Plata y Nidera. En este último caso, la AFIP estima la evasión en 260 millones de pesos entre 2005 y 2009.
Entrevista: Adrián Vigna.
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ALLANAN EN ARGENTINA EMPRESAS AGRÍCOLAS CON PEONES "ESCLAVOS"
TRASNACIONALES EN ARGENTINA ESCLAVIZAN A SUS TRABAJADORES
La Jornada, 7 de enero de 2011 A
Stella Calloni
Corresponsal
Buenos Aires, 6 de enero. Las empresas trasnacionales de granos Nidera y Southern Seeds Production SA (SSP) mantenían encerrados a 130 trabajadores, y a otros 69, respectivamente –incluyendo adultos, adolescentes y niños–, en condiciones de servidumbre y en clara violación a los derechos humanos básicos y laborales, en establecimientos rurales de San Pedro, a poco más de cien kilómetros al oeste de esta capital.
Esos casos se descubrieron por la denuncia de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que publicó en estos días el periodista y escritor Horacio Verbitsky conmocionando a la opinión pública.
Una fotografía publicada en Página 12 fue comparada por el rabino progresista Daniel Goldman con la que se tomó al momento en que los aliados ingresaron a la barraca de Auschwitz, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, donde encontraron a "los esclavos recostados en sus literas con esos rostros y miradas donde ya nada los sorprende. Evidentemente hay un paralelismo entre ambas".
Goldman sostiene que "lo que acontece en San Pedro no es otra cosa que una variante más de las formas de nazismo en Latinoamérica".
Modelo neoliberal
Las condiciones de trabajo en las zonas rurales han sido consideradas siempre las más injustas y miserables. Pero esto se agravó en los años 90 cuando la implantación del modelo neoliberal produjo desempleo masivo y un avance de grupos de grandes y medianos productores en todo el país sobre las tierras de los pequeños productores y las comunidades indígenas.
Los ministerios argentinos de Trabajo y Desarrollo Social advirtieron en estos últimos años sobre esa situación, de la que nunca hablaron las cuatro entidades rurales, que mantuvieron al país en vilo al comenzar el año 2008, cuando se negaron a pagar un impuesto sobre las millonarias ventas de soya al exterior.
En esos momentos mantuvieron cortes de carreteras y paros indefinidos, que bordearon el golpe como se denunció aquí, pero en sus establecimientos seguían trabajando los peones contratados en forma irregular y en condiciones de esclavitud.
Una mayoría de las personas esclavizadas en estos últimos casos provenía de la provincia norteña de Santiago del Estero, donde los campesinos luchan contra productores soyeros que se apoderan de sus tierras y utilizan grupos civiles e incluso "compran policías y jueces" para apoyar sus abusos, como denunciaron los dirigentes.
En la empresa Nidera, denunciada además por la AFIP por evadir impuestos por más de 260 millones de pesos, de las 130 personas encerradas y en condiciones de servidumbre, 30 eran niños y adolescentes. No tenían luz ni agua, no podían salir a ninguna parte y le descontaban la comida de sus magros salarios.
Estaban alojados en camiones de chapa, en los que dormían hacinadas hasta 20 personas, trabajando más de diez horas a pleno sol, incluidos días feriados. No sabían cuál era su salario final y tampoco dónde estaban.
En el último allanamiento en SSP el magistrado interviniente ordenó la detención de uno de los dueños y de cuatro capataces, mientras que el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires clausuró el establecimiento.
Estos casos se enmarcan además con el delito de trata de personas en establecimientos rurales, cuya investigación encabeza desde diciembre pasado el fiscal de San Nicolás, Rubén Darío Giagnorio.
El magistrado determinó que los trabajadores son traídos bajo engaños por una empresa intermediaria, (terrcerizadas) y se les mantiene en condiciones de esclavitud.
En Southern Seeds para dormir contaban con unas 30 literas viejas dentro de una carpa de lona que debían compartir. Además, no tenían baños ni luz. El agua para bañarse la trasladaban en botes de agrotóxicos. "Si alguno se escapaba nos decían que lo iban a pagar todos", dijeron las víctimas.
Ante esta realidad el ministro de Trabajo provincial, Óscar Cuartango, estimó que la situación descubierta – que se extiende a otros establecimientos agrícolas– rozaba lo que se considera jurídicamente crimen de lesa humanidad.
Por otra parte, el fiscal determinó que estos trabajadores regresen a sus tierras con el dinero que les deben y advirtió que las víctimas "no pueden seguir trabajando con los victimarios", ante una solicitud de la empresa.
También se expuso la complicidad de la dirección sindical de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), conducida por Gerónimo Venegas, quien fundó con el gastronómico José Luis Barrionuevo la llamada Confederación General del Trabajo Azul y Blanca unida a la derecha peronista que ataca duramente al gobierno actual.
Venegas apoyó incluso a las dirigencias empresariales rurales responsables de estas y otras situaciones similares.
El viceministro de Trabajo de la provincia, Carlos Molina, dijo que urge terminar con esta y otras situaciones similares.
En los años 90 comenzaron a descubrirse cómo se utilizaba el trabajo esclavo en varias fincas o en fábricas textiles y otras en esta capital. Incluso hubo incendios en talleres de costura que provocaron víctimas fatales. "Las penas para los responsables de este tipo de delito van de tres a 15 años de prisión", explicó el fiscal Giagnorio.
Para muchos juristas este debe ser el año en que se ponga fin a la esclavitud en el trabajo rural o en las ciudades mediante fuertes campañas.
De la misma manera las investigaciones judiciales demostraron en el caso de la toma del Club Albariño en Villa Soldati e incluso en el parque Indoamericano –donde la represión dejó tres muertos recientemente– cómo grupos de personas, apoyadas por punteros políticos, incitan y pagan sumas miserables a los sin techo para ocupar terrenos, que después lotean ellos y venden a otros, en una historia doblemente trágica.
En el país, 80 por ciento de la superficie cultivada está en manos de 20 por ciento de la población y sólo el mayor terrateniente del país, la firma Benetton, de Italia, posee tierras cuyo tamaño equivale a 4 mil 500 veces esta capital. El tema de la esclavitud abrió una ventana largamente cerrada que mira hacia el interior profundo del otro país.
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NUEVOS ALLANAMIENTOS
La olla destapada del trabajo esclavo
Página 12, 7 de enero de 2011
Un nuevo procedimiento judicial reveló que 120 trabajadores, provenientes de Santiago del Estero, trabajan "en condiciones ilegales y de esclavitud" en una estancia de la empresa Status Ager SA, en la localidad bonaerense de Ramallo y otras dos órdenes judiciales investigan dos casos similares. Como reveló Página/12, en la semana, se allanaron dos fincas rurales en San Pedro por presunta reducción a la servidumbre. En la causa judicial está involucrada la transnacional agrícola Nidera.
"Se encontraron 120 personas trabajando en condiciones de esclavitud, entre ellos niños", informó el titular del gremio de los judiciales, Julio Piumato, respecto de orden de allanamiento que realizó la Fiscalía Federal de San Nicolás, a cargo de Paula Moretti.
Piumato informó que "los trabajadores estaban divididos en dos cuadrillas, una de 40 personas y otra de 80, que trabajaban a ambos lados de la ruta 9, a la altura del kilómetro 195, en tareas rurales".
Y agregó que estos trabajadores "viven en condiciones de esclavitud y duermen en carros", y que "se sospecha que también podría haber trata de personas, ya que se encontraron micros en los que los trabajadores podrían haber sido trasladados" desde la provincia de Santiago del Estero.
La empresa involucrada en este hecho ilícito es la alimenticia Status Ager SA, productora de semillas de maíz y soja desde 1996. Según figura en su página de Internet, la empresa posee dos instalaciones de acondicionamiento, emplea a más de 100 personas, y cultiva 6.500 hectáreas anualmente en la Pampa Húmeda y, sus exportaciones a Estados Unidos, Canadá y Europa la coloca como "la empresa líder en exportación de semillas".
Por otra parte, el juez Carlos Villafuerte Ruzo, a cargo del Juzgado Federal N° 2 de San Nicolás, ordenó una serie de allanamientos en dos causas abiertas por supuesta violación a la ley 26.364, relacionada con la trata de personas.
Uno de los allanamientos, a cargo de la DDI San Nicolás, tiene lugar en un campo ubicado en las afueras de la ciudad de San Pedro, y es encabezado por el propio Villafuerte Ruzo.
El otro operativo se desarrolla en la localidad de El Paraíso, en cercanías de la ciudad de Ramallo, y está a cargo de efectivos de Gendarmería Nacional.
Como informó Página/12, en los últimos quince días, el ministerio de Trabajo y el fiscal Nicolás Rubén Gianorio, titular de la UFI 6 de San Nicolás,realizaron dos operativos en los que también se encontraron personas oriundas de Santiago del Estero, un total de 189, que estaban trabajando "en condiciones infrahumanas" en dos estancias del municipio de San Pedro.
En el marco de estos hallazgos, también se está investigando la posibilidad de la existencia de una organización criminal dedicada a reclutar personas con destino a trabajo esclavo, para establecimientos rurales.
Dos empresas estuvieron involucradas en los dos últimos allanamientos, en el mes de diciembre, una fue la multinacional Nidera, y la otra Southern Seeds Production SA (SSP).
Según dan cuenta los funcionarios de las fiscalías que intervienen en estos allanamientos, los trabajadores duermen hacinados en trailers de chapa, sin baño, sin agua corriente y, en algunos casos, sin luz.
Además, no cuentan con condiciones mínimas de higiene, salud y seguridad para realizar sus tareas. Las empresas involucradas cuentan, a partir de estos allanamientos, con un plazo de tiempo para presentar la documentación que acredite a los trabajadores y, de no tenerla, se les aplicará una multa de 5.000 pesos por cada uno de los trabajadores contratados en forma irregular.
OLCA
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ARGENTINA, CORRIENTES: TRABAJO INFANTIL, FLAGELO SIGNIFICATIVO
MOMARANDU
Un trabajo académico describe el peso significativo del trabajo infantil en la producción rural de Corrientes de la mano de la pobreza estructural y factores culturales.
El estudio de María Alejandra Silva de la facultad de Ciencias Médicas de Rosario considera trabajo infantil "a las actividades económicas y/o estrategias de supervivencia, con o sin finalidad de lucro, remuneradas o no, realizada por niñas y niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, o que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata de trabajo peligroso".
A ello se suman las actividades "invisibles" como el trabajo doméstico y la trata para explotación laboral y sexual.
La autora enumera entre las principales causas que desembocan en el trabajo infantil la pobreza, la violencia intrafamiliar, los patrones y factores culturales, la permisividad social, la falta de oportunidades y de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad en la educación.
El trabajo concluye que se denota a nivel nacional y provincial un déficit para combatir de manera efectiva el flagelo
Pero uno de los factores más incidentales es el peso de "la cultura del trabajo predominante en la zona rural".
Según el Registro Nacional de Empleadores y Trabajadores Rurales (RENATRE) “en nuestra cultura el trabajo infantil está naturalizado, empezando por los padres, la familia, el trabajo familiar rural (y a partir de allí la cadena de explotación que termina en los empleadores), hace que se encuentre naturalizada
A esta problemática se asocia "la prostitución infantil y el embarazo adolescente”.
El trabajo precisa que "en el sector rural se le pide todo al chico, mientras en la ciudad no se le exige nada" y cita testimonios como que "si trabaja a los 13 años es porque es “guapo” y rinde en el trabajo, además se prefiere que aprenda el oficio y que no ande vagando”
En el caso específico de la provincia de Corrientes se advierte la existencia de situaciones disímiles, pero que afectan de manera particular al sector rural.
De 15.244 unidades agropecuarias relevadas en el censo nacional agropecuario (CNA) del año 2002 ocupan niños como trabajadores permanentes, 2032 (dos mil treinta y dos) familiares del productor y 183 (ciento ochenta y tres) no familiares del productor.
Se teme que la cifra sea superior porque es probable que muchos de los censados oculten situaciones
El trabajo alude al atraso estructural de la provincia de Corrientes que la colocan entre los peores lugares en el país en lo que hace a nivel de actividad, empleo y pobreza.
Esa situación "repercute" sobre la niñez, pues las familias acuden al mismo como estrategia de sobrevivencia familiar, se consigna.
Los casos más notables de trabajo infantil se dan en la zona urbana en la construcción, recolección de residuos, ladrilleras, lustrabotas, aguateritos y en el área rural en las cosechas, arreo de animales, cría de ganado y ordeño. Los lugares más sórdidos se producen con la explotación sexual.
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CLANDESTINOS Y ESCLAVOS
Claudia Rafael (APE)
Martes 18 de enero de 2011
Cuando el joven Hamid dejó bien atrás su tierra magrebí, sintió que la riqueza entera del mundo estaría bajo sus pies. Las luces de las grandes ciudades lo cautivaban desde la lejanía, que intuía ya desde las cartas que su hermano Ahmed le enviaba desde una Francia exuberante y profusa que luego supo inexistente. No tardaría en cargar sobre sus hombros oscuros y su piel brillante de soles africanos la historia entera del mundo contra la que su rostro impactaría de lleno a poco de llegar.
Supo entonces que no hay un destino propio, con sueños de oropeles y deslumbrantes mañanas, para los desclasados. Eternamente portarán sobre su frente ancha la huella del origen que los hará fácilmente identificables allí donde lleguen como golondrinas que mutan de geografía en busca de trabajo que les dignifique los días.
No es simple llegar a la sádica conclusión de que la historia no es adversa sólo para Hamid. Golondrinas tercas arrinconadas a ese destino llegan de a millones a ese sexto continente que absorbe a todos los migrantes de la vida, que ya no reconocen su sitio de partida pero que jamás pertenecerán a su lugar de llegada. Golondrinas de pasaporte apátrida anclados eternamente en el país de la no dignidad.
Aristóteles definía que “la Tierra concibe por el Sol y de él queda preñada, dando a luz todos los años”. Imposible en su tiempo pergeñar la idea de trabajo productivo o, más aún, la de producción humana. El hombre -en una perspectiva absolutamente misógina- era capaz de reproducir ese vínculo del origen y obtener los frutos de la Tierra por el simple hecho de que el Sol la había fecundado: el buey y el arado, guiados por un sacerdote, aseguraban la fecundidad de la Madre Tierra hasta hacerla parir. Eso era la vida, ése era el proceso vital que aseguraba la reproducción sin los conceptos de acumulación de la riqueza de los que se apropiaría la humanidad siglos más tarde.
Hubo tiempos en que claramente el trabajo era sinónimo de esclavitud. Y bastaría bucear en su etimología, para comprender en profundidad. Trabajar: del latín, tripaliare. Derivada a su vez de tripalium, instrumento de tortura con el que se castigaba a los esclavos que no querían someterse.
No se ancló lejos de ese concepto el relato recogido por la Organización Internacional para las Migraciones por una víctima de trata para explotación laboral: “Un día por la radio escuché que un fabricante pedía costureros para su taller en Buenos Aires. En Santa Cruz (Bolivia), me entrevisté con una señora que me dijo que pagaban un peso con cincuenta la prenda, con casa y comida. Ellos pagaban el traslado, y después me lo iban descontando. Mi pasaje salió 120 dólares. Viajamos mi mujer, yo, y unas seis personas más. De la terminal de micros de Retiro nos llevaron directo al taller, y el dueño se quedó con nuestros documentos. El taller tiene dos habitaciones bien grandes, con unas 15 máquinas. Allí trabajamos, comemos y vivimos todos, incluso hay gente con niños pequeños. Trabajamos de lunes a sábado al mediodía, desde las siete de la mañana hasta la una de la madrugada del día siguiente. Al que se cansa o quiere dormir, el dueño lo amenaza con no pagarle nada, con ‘cagarlo a palos por vago’, o con denunciarlo a la policía para que lo deporten. Las puertas del taller están cerradas con llave, y la puerta de calle también. Ayer cuando le pedí lo que me debía, porque quería mandar plata a mi familia, me dijo que no me debía nada, me gritó que si lo seguía jodiendo llamaba a los de migraciones y me agarró a las patadas; a mi señora también
le pegó.”
A nivel mundial, la OIM estima que el 90 por ciento de las víctimas de trata son mujeres y niñas explotadas sexualmente. Y que las víctimas para explotación laboral -mujeres y hombres por igual- se ven obligadas a trabajar en condiciones de esclavitud en talleres textiles, tareas rurales, bloqueras, servicio doméstico o pesqueras.
Cuando por estos días los medios masivos recordaron abruptamente la existencia de la explotación laboral reprodujeron testimonios que repetían “ni siquiera sabemos cuánto nos van a pagar la hora”, “ni siquiera sabemos cuántos días vamos a trabajar”, “ni siquiera sabemos cuándo vamos a volver” o “nos hacinaban en casillas de chapa, sin cuchetas, sin agua y cobrándonos cada centavo de la poca comida que nos daban”.
Pocas veces la palabra fue tan contundente a la hora de nombrar las tareas. No es casualidad, en un retorno al concepto aristotélico de la Tierra fecundada, que se llame desflore al trabajo de retirar una por una las flores de las plantas hembras para producir maiz para semilla. En ese trabajo manual de evitar la polinización de hembras entre sí, para que la planta macho fecunde y nazca la semilla híbrida necesaria para la producción.
Son -según las cifras estrictamente oficiales del Anses- 150.000 los trabajadores temporarios en la Argentina. La mayoría, en condiciones de tremenda exclusión. En Formosa, Mendoza, Salta, Misiones, Jujuy, Buenos Aires, Entre Ríos o el profundo Sur que en más de un 60 por ciento trabajan totalmente en negro. A expensas de la mano mandante de las grandes transnacionales que hacen pie en cada asentamiento a través de empresas intermediarias. Castigados con el tripalium si buscan alzar la cabeza, como los esclavos que osaban rebelarse al sometimiento de los marioneteros de todo poder. Amenazados con el regreso a sus propios desiertos de origen, allí donde la miseria es más honda aún y menos atisbadora de esperanzas.
El sociólogo de la Organización Internacional del Trabajo, Reinaldo Ledesma, definió que “a veces los mandan y los tienen ahí sin trabajar, y sin pagarles, esperando que salga la flor. Los sacan antes para tener asegurada la mano de obra cuando la necesiten y evitar que los contraten otras empresas”. A expensas absolutamente del sometimiento que permite la Ley 22.248 de la dictadura que avala la servidumbre laboral y que desde 1980 reemplazó al Estatuto del Peón de Campo de octubre de 1944, cuando se establecieron salarios mínimos, descanso dominical, vacaciones pagas, estabilidad, condiciones de abrigo, espacio e higiene en el alojamiento del trabajador.
Nidera, Monsanto, Pioneer, Donmario, Nuestra Huella son apenas algunos de los nombres de los manejadores de vidas a cambio de un salario mísero y un destino incierto. Donde organizaciones sindicales como la Uatre quedan vilmente asociadas a esa explotación y prolongan la agonía.
“Con hambre no se puede pensar, con hambre no se puede trabajar, antes del medio día, señor Gobernador, en los yerbales el hambre se siente tanto que nos cuesta el doble o el triple juntar el raído. De hambre nos estamos enfermando y muriendo”, recordábamos hace poco en estas páginas que decían los tareferos al gobernador Maurice Closs.
Después de todo, como dice Galeano, el mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua.
Boletín N° 412 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.