Tiempos y trabajos en las mujeres rurales

Por Rosa Isac
Idioma Español
País Argentina

"Como equipo de investigadoras nos propusimos abordar el trabajo de cuidado de las mujeres rurales a partir de identificar un vacío en el conocimiento sobre el tema y una necesidad social. A nivel nacional tenemos poca información sobre el papel que cumplen las desigualdades territoriales en relación al trabajo de cuidado en la ruralidad, dado que los relevamientos estadísticos se han concentrado en los grandes aglomerados urbanos".

Naciones Unidas estableció el 15 de octubre como el día internacional de las mujeres rurales para hacer visible una realidad que permanece oculta. Las mujeres rurales, campesinas e indígenas cumplen un papel fundamental para la alimentación de la población mundial y la conservación de las semillas nativas. En sus territorios sufren las consecuencias del cambio climático, desplazamientos, contaminaciones con agroquímicos, violencias por conflictos ambientales o por avances del capital.

Compartimos los resultados de esta investigación que llevó el título: Los trabajos de las mujeres rurales. Una propuesta para la medición del trabajo de cuidado en áreas rurales del NOA, Cuyo y Centro con la dirección de la Mag. Rosa Isac.

Diseñamos los resultados en formato cartilla y poster para facilitar la lectura y la comprensión, y también para hacer la devolución a las mujeres que participaron de la investigación.

Lo que nos propusimos

Como equipo de investigadoras nos propusimos abordar el trabajo de cuidado de las mujeres rurales a partir de identificar un vacío en el conocimiento sobre el tema y una necesidad social. A nivel nacional tenemos poca información sobre el papel que cumplen las desigualdades territoriales en relación al trabajo de cuidado en la ruralidad, dado que los relevamientos estadísticos se han concentrado en los grandes aglomerados urbanos.

El objetivo de este proyecto fue conocer las características y carga de trabajo -con énfasis en las tareas de cuidado-, que tienen las mujeres que viven en territorios rurales y semi-rurales. Para ello elaboramos una encuesta que fue aplicada en distintas localidades y parajes de cuatro provincias argentinas: Mendoza, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán, alcanzando un total de 296 casos en todo el país. Una tarea enorme que fue posible gracias a la generosidad de muchas mujeres que compartieron sus experiencias, a las encuestadoras que recorrieron los territorios y a las distintas organizaciones sociales que acompañaron el proceso con la convicción de que el saber construido es útil para mejorar las condiciones de vida en los entornos rurales.

Las razones de la investigación

Los cuidados no remunerados que brindan las mujeres en sus hogares son una tarea que hasta pocas décadas permanecía por fuera de las investigaciones científicas y de la política pública. Criar, cuidar y educar las infancias, sostener la limpieza, cocinar y organizar el funcionamiento doméstico parecía un asunto naturalmente asignado a nosotras. Hoy sabemos que estas tareas son una contribución esencial al funcionamiento económico y al bienestar social de las comunidades y los pueblos. Sin embargo, este reconocimiento no ha cambiado la dinámica en los hogares: son mujeres las que realizan la mayor parte de estas tareas sin remuneración alguna, y con notables diferencias según procedencia geográfica, nivel de ingresos, posibilidades educativas y laborales.

El valor y la importancia de estudiar sobre los trabajos de cuidados en la ruralidad

La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), realizada por primera vez en el año 2021 en nuestro país, logró un gran avance en el conocimiento del tiempo invertido por las mujeres en los cuidados, sin embargo, solo se aplicó en zonas urbanas por lo que imposibilita conocer las cargas de trabajo y las problemáticas particulares de las mujeres rurales. Por lo tanto, uno de los desafíos desde la investigación social es captar la complejidad y diversidad del trabajo de cuidados realizado por las mujeres rurales de distintas regiones y territorios.

La medición del uso del tiempo es importante porque permite reconocer que las necesidades de las personas se satisfacen no solo con los ingresos del trabajo pago, sino también gracias a una gran cantidad de horas de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Con estas mediciones podemos conocer qué cantidad de tiempo destinan, tanto varones como mujeres, a la realización de actividades ya sea de trabajo remunerado, no remunerado, comunitario, de tiempo libre y las actividades personales. Asimismo constituyen una herramienta fundamental para el diseño de políticas públicas de cuidado, (educativas, sanitarias, recreativas y productivas); como también para lograr un mejor y más igualitario reparto de tareas en los hogares, fortalecer los derechos de las mujeres y contrarrestar las desigualdades económicas a las que están expuestas, especialmente aquellas que son pobres, migrantes, campesinas, indígenas, entre otras.

Algunos resultados

Las mujeres que encuestamos tienen altas cargas de trabajo no remunerado, un promedio de 6,27hs. diarias. Esto asciende a 8,15hs si tenemos en cuenta la simultaneidad y puede ser mayor si sumamos 1,46hs promedio que dedican a la producción de bienes para el consumo familiar (trabajo de autoconsumo).

En los territorios rurales y semi-rurales las tareas domésticas y de cuidado se mezclan y superponen de manera muy especial con el trabajo en las fincas, chacras, campos o predios de pastoreo, en gran medida, porque las encuestadas viven junto a sus familias en el mismo predio donde trabaja o muy cerca de ese lugar (es decir, en el 71,6% de los casos relevados). Prevalece fuertemente la división sexual del trabajo que deposita en las mujeres la gran mayoría de labores no remuneradas, mientras que sus parejas participan de ellas muy poco o lo hacen ocasionalmente.

Las condiciones de vida en la ruralidad agregan cargas de trabajo extra. Por ejemplo, el 92,6% de los hogares encuestados presenta una baja disponibilidad de tecnologías para el trabajo doméstico. Esto es, que carecen de alguno de los siguientes elementos: calefón, estufa, lavarropas y/o heladera.

Otro condicionante que incrementa el trabajo, es la disponibilidad de energía para calefaccionarse y cocinar, así como las formas de aprovisionamiento de agua. Para acceder a estas fuentes de energía deben hacer un trabajo extra que habitualmente no se realiza en territorios urbanos.

Los datos señalan en cuanto al acceso a combustibles para cocinar, que en la mayoría de los hogares se usa gas de garrafa (67%), pues pocas familias cuentan con gas de red (el 5,1%). Además, una porción importante de los hogares usa leña o carbón (20,3%).

La información recabada sobre la disponibilidad de agua en los hogares para el consumo diario indica que casi en el 44% de los hogares deben buscar el agua fuera de la vivienda, dentro del mismo terreno o fuera de este, a partir de pozos, perforaciones, cisternas o aljibes.

El valor político de estos resultados

Los datos construidos nos llevan a señalar que necesitamos más y mejor Estado que contribuya con la redistribución del ingreso, más aún en zonas rurales donde los ingresos directos e indirectos son más bajos, no porque las personas trabajen menos sino porque los mercados de trabajo están atravesados por procesos de discriminación asociados con el género, la raza y la clase que ponen a estas poblaciones en situaciones de desventaja y de menores oportunidades que otras.

Precisamos políticas públicas que colaboren con equiparar las oportunidades de las personas. Y este proyecto produjo información que permite sostener con argumentos esta afirmación.

El tiempo para llegar a instituciones de cuidado se incrementa en relación a zonas urbanas, en muchos casos se encuentran a una distancia mayor a los 20 km del lugar de residencia de los hogares, a lo que se adiciona el acceso a un transporte público con poca frecuencia y lejos de las viviendas. Casi la totalidad de los hogares encuestados viven bajo la línea de pobreza, la gran mayoría de las encuestadas trabajan en la informalidad y una gran parte de ellas no recibe dinero por ese trabajo.

El aporte del proyecto también estuvo vinculado a la formación de recursos humanos. En los nodos, además de recurrir a profesionales, se han capacitado a estudiantes y mujeres de los territorios para su desempeño como encuestadoras/es. Esto ha permitido la incorporación de saberes técnicos, vinculados a tareas de investigación que promueven la inclusión en otras experiencias similares.

Asimismo se han fortalecido las redes interorganizacionales e interregionales en el proceso de diseño y ejecución de la investigación, produciéndose una sinergia entre distintas instituciones estatales -como el INCIHUSA, INTA, CONICET, UNSE, UNC- y las organizaciones en el territorio, poniendo en valor la importancia de la producción de conocimiento situado con fines de transformación de las condiciones de vida en nuestros territorios.

Reflexiones finales

Es importante resaltar que no se trata solo de una situación personal, sino de las condiciones de vida y trabajo de muchísimas mujeres de la ruralidad. En este sentido, el esfuerzo que hicimos busca aportar desde las universidades, extensionistas, organizaciones articuladamente constituir información que pretende ser más general, confiable y válida que dé cuenta de estas situaciones.

Fuente: Instituto de Estudios para el Desarrollo Social - INDES

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Feminismo y luchas de las Mujeres

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