Tercamente abrazando el árbol de la vida
A fines de junio 2022 se sembró en Guelatao, Oaxaca, un nuevo Instituto Agroecológico Latinoamericano (IALA). Con el IALA México, ya son diez núcleos de formación campesina agroecológica promovidos por la CLOC-Vía Campesina que crecen en el continente. Tienen sus sedes en Brasil, Paraguay, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Centroamérica, comparten valores, experiencias y metas comunes, pero cada uno es distinto.
Como las semillas campesinas, cada IALA nació luego de procesos colectivos, adaptado a las culturas y necesidades de las comunidades y organizaciones que los han sembrado y los hacen crecer.
En ese proceso creativo y dinámico, IALA México abre un nuevo surco al no planear una sede central, sino que descentralizará sus actividades en varias regiones del país, que incluyen áreas de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, la Sierra Tarahumara, Campeche, Hidalgo, Guanajuato, entre otras.
La formación campesina es uno de los pilares de la construcción de La Vía Campesina en el mundo. La idea con los IALAs es compartir el análisis crítico sobre los sistemas agroalimentarios y su contexto, la historia de las luchas campesinas y otros temas para entender el mundo, al tiempo que conocer, afirmar y desarrollar capacidades campesinas agroecológicas, entretejidas con los saberes tradicionales y experiencias en cada lugar. Los IALAs se dirigen principalmente a las y los jóvenes de las comunidades campesinas.
Con la irrupción de los agrotóxicos, semillas empresariales y paquetes tecnológicos de la Revolución Verde, se expandió la presencia y control de las corporaciones de agronegocios en campo y alimentación, con acaparamientos de tierra y agua, contaminación y procesos de destrucción de territorios y comunidades, lo cual empujó y empuja desplazamientos y migración. Los IALAs son una herramienta para recrear capacidades y proveer a las y los jóvenes con educación terciaria. Si bien los saberes campesinos tradicionales siguen siendo un elemento fundamental, es necesario para las comunidades entender también como curar los suelos, recuperar semillas y variedades, manejar nuevas enfermedades provocadas por la erosión de suelos y de diversidad, cómo romper los lazos de dependencia con agroquímicos que entre corporaciones y programas gubernamentales han ido estableciendo también entre comunidades y organizaciones campesinas.
Relata Fabián Pachón, de Fensuagro y CLOC-VC en Colombia dice que los IALAs se han convertido en verdaderas universidades campesinas en América Latina. Un primer paso fue la Escuela Latinoamericana de Agroecología en Brasil, organizada por la Vía Campesina Brasil en 2005. Luego se fundó el IALA Paulo Freire en Venezuela y con la experiencia y aprendizajes de aciertos, errores y muchos desafíos, se fueron afirmando y construyendo en otros países. En cada lugar con sus propios acentos, como por ejemplo el IALA Sembradoras de Esperanzas en Chile, dirigido por la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) que es “un programa de formación concebido por y para las mujeres de Chile y el Cono Sur.” El IALA Centroamérica “Ixim Ulev” acoge participantes de El Salvador, Guatemala, Nicaragua, República Dominicana y México.
El IALA México se inauguró con la convocatoria de CLOC Vía Campesina y UNOSJO, dándose cita en la Unitierra, Oaxaca, con el acompañamiento y reunión previa de representantes de las coordinaciones de varios IALAs del continente y participantes de organizaciones campesinas e indígenas de México integrantes y aliadas de La Vía Campesina.
Aldo González de UNOSJO, una de las organizaciones convocantes a este nacimiento, recordó que las y los jóvenes están además enfrentados a sistemas educativos que los alejan de la comunidad y que cuando terminan sus estudios, ya no ven o no tienen opciones de empleo en las comunidades. Ven el proceso de IALA México como otra forma de resistencia y construcción, para ofrecer una formación a las y los jóvenes que los acerque a sus raíces y a las comunidades. Que les de herramientas para comprender las agresiones del entorno y para mejorar la subsistencia, al tiempo que fortalecen su amor por la tierra, por su historia y comunidad.
En la declaración de Guelatao compartida en la inauguración del IALA México reconocen la degradación y erosión de suelo, aguas y montes, la privatización de las semillas, la violencia de género y el machismo. Proponen “valorar y reconocer en la vida campesina y de los pueblos originarios el cultivo de la vida. Estos andares milenarios son vigentes. Seguimos defendiendo y cuidando nuestros territorios, nuestra agua, la montaña y nuestras semillas; continuamos reconociendo, valorando y practicando lo que las y los antiguos nos legaron, pero también diversificamos formas de producción, intercambiamos semilla y alimento, construimos ciclos locales y regionales de economías comunitarias y solidarias, en las que se cultiven mercados más humanos y ecológicos, con una fuerte responsabilidad con el entorno”.
Nombran también el duro contexto de violencia impuesta en sus regiones por la presencia del crimen organizado, que “representa ya un mecanismo de control de población, para dar paso a procesos de despojo, desplazamiento forzado que requiere la ingeniería del conflicto que impone el extractivismo y los megaproyectos”.
Antes todos estos desafíos se afirman en el camino. “Reconociendo con preocupación este escenario complejo y contradictorio que coloca, como nunca antes a las personas, sociedades y a todo lo que habita en el planeta, ante riesgos y peligros sin precedente, en que el futuro de la vida como la conocemos está en entredicho, vemos con profunda esperanza el caminar de los pueblos del mundo campesino, de los pueblos originarios. Mujeres y hombres abrazadas y abrazados tercamente al árbol de la vida”.
¡Bienvenido IALA México!