TLCAN: mensajes cruzados
"En la industria de alimentos procesados las ventas de empresas mexicanas, filiales de empresas de Estados Unidos, superan a las propias exportaciones estadunidenses.... podemos inferir que el déficit en el comercio agroalimentario de Estados Unidos lo provocan sus propias empresas, tanto como el superávit de México, es más bien el de las empresas trasnacionales, varias de ellas estadunidenses."
Al inicio de la segunda ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que coincidió con el quinto Informe de su gobierno, el presidente Peña Nieto difundió que: “Somos el doceavo productor de alimentos en el mundo… Por primera vez en 20 años, hoy estamos exportando más alimentos de los que estamos importando… El gobierno trabaja para que haya más alimentos de origen nacional en la mesa de los hogares del país y más productos agroalimentarios de México en el mundo”. Esta euforia por las exportaciones agroalimentarias tiene su correlato con el enojo del presidente Donald Trump por el déficit comercial que tiene Estados Unidos con México, y que en el sector agroalimentario asciende a más de 5 mil millones de dólares en 2016. Pero para el caso de la agricultura y la alimentación, los dos mensajes son erróneos.
Estados Unidos es el ganador neto del TLCAN en la agricultura y la alimentación, aunque estos sectores tengan actualmente una integración muy alta.
México exporta productos suntuarios e importa productos básicos. Cambia cervezas, tequila, aguacates, jitomates, pepinos, pimientos y moras, por maíz, frijol, trigo, sorgo, soya, carne de res y de puerco, leche, pollo.
El maíz lidera las importaciones mexicanas de granos con alrededor de 12 millones de toneladas, por más de 2 mil 500 millones de dólares al año. Las principales empresas de Estados Unidos que exportan maíz a México, Cargill, Archer Daniels Midland, Ingredion, junto con las mexicanas Maseca y Minsa son también las principales comercializadoras de maíz en México, quienes compran el maíz a los agricultores y lo distribuyen a las tortillerías y otras empresas fabricantes de alimentos, o elaboran fructosa de maíz para los refrescos. Cargill es la mayor empresa privada en Estados Unidos y su presidente se apresuró a declarar en días pasados que la terminación del TLCAN sería un muy grave error, pues afectaría 15 millones de empleos en Estados Unidos que dependen del acuerdo y podría desatar una guerra comercial. Los ingresos de Cargill caerían hasta 10 por ciento.
Los ganaderos en México, productores de vacuno, puerco, pollo, leche y huevo dependen directamente de las importaciones de maíz, sorgo, soya de Estados Unidos, y lograron que los precios del maíz bajaran abruptamente con el favor del gobierno mexicano que eliminó el arancel de forma anticipada. Algunas de las beneficiadas son Lala, Alpura, SuKarne, Kuo porcícola, que se encuentran entre las mayores empresas de alimentos en el país. Además las importaciones de piezas de pollo que Estados Unidos no consume, entran a México a precio dumping, pero el mercado está controlado por Bachoco-Campi, que tiene una incubadora en Estados Unidos y Pilgrim’s-Tyson, de capital estadunidense. Las importaciones de carne de res y puerco provenientes del vecino del norte se triplicaron durante el TLCAN. México se ha convertido también en el mayor mercado para las exportaciones estadunidenses de manzanas y peras, a costa de la producción nacional.
En la industria de alimentos procesados las ventas de empresas mexicanas, filiales de empresas de Estados Unidos, superan a las propias exportaciones estadunidenses.
La clasificación de Expansión sobre las 500 mayores empresas en México señala que sus ventas crecieron a una tasa de 9.6 por ciento en 2016, en tanto que el total de la economía creció sólo 2.3 por ciento. Las empresas del sector alimentario ocupan el sexto lugar y aportaron 6 por ciento de las ventas totales, en tanto que las de bebidas y cervezas ocupan el octavo lugar y aportaron 4 por ciento de las ventas. Corresponden al sector alimentario 26 empresas, pero ocho son extranjeras, además de que el resto pueden incluir inversión extranjera. Bimbo, Gruma y Bachoco se encuentran en los primeros sitios y son transnacionales mexicanas con ventas importantes en Estados Unidos. Entre las extranjeras clasifican Nestlé, de capital suizo, y Pilgrim’s, Mondelez, Mars, Kellogg y Mead Johnson, estadunidenses.
De las 12 empresas de bebidas y cervezas, la mitad son extranjeras, como Grupo Modelo, Cuauhtémoc Moctezuma-Heineken, Pepsico, Grupo Peñafiel, Diageo, Brown Forman Tequila y entre las mexicanas en los primeros sitios Femsa-Coca-Cola y Arca Continental, ambas embotelladoras de Coca-Cola Company.
Las dos exportaciones de moda para Estados Unidos –aguacate y moras– ascienden a 2 mil 100 y mil 500 millones de dólares, respectivamente. Aunque se producen en tierras mexicanas, con agua y mano de obra mexicanas, sin derechos laborales y sin regulaciones ambientales, en su producción, empaque y exportación también participan empresas extranjeras.
Estando así las cosas, podemos inferir que el déficit en el comercio agroalimentario de Estados Unidos lo provocan sus propias empresas, tanto como el superávit de México, es más bien el de las empresas trasnacionales, varias de ellas estadunidenses.
Por Ana de Ita - Directora en Ceccam
Fuente: La Jornada