Senti-pensarnos Tierra #2

Experiencias de transición y r-existencias en tiempos de crisis mcivilizatoria. Voces desde los pueblos del Abya Yala

El Covid-19 reveló, como nunca antes, el carácter de la crisis civilizatoria de nuestro tiempo. La emergencia de este acontecimiento planetario expuso con toda nitidez la fragilidad de un sistema urbano-industrial tan interconectado y totalmente dependiente de la acumulación de capital y la profunda jerarquización humana y enajenación del entorno. Mostró las fatales consecuencias zoonóticas de la destrucción de hábitats naturales de animales silvestres y la imposibilidad de continuar manteniendo un sistema agroalimentario depredador de ecosistemas.

PRESENTACIÓN 

Por Leticia Saldi, Omar Felipe Giraldo y Catalina Toro Pérez

La pandemia hizo latente la inmensa fragilidad de las megalópolis y la de una economía adicta a un crecimiento basado en el consumo de combustibles fósiles mostrando cómo una sociedad, que se pretende opulenta, sustenta sus deseos de consumo en la sistemática destrucción de territorios periféricos. Esta pandemia hizo diáfana la imposibilidad de continuar habitando el planeta como lo estamos habitando; hizo transparente el hecho de que un sistema de tal capacidad global de monopolización, uniformización y desigualdad, no hace sino ponernos en los límites del colapso.

El Covid-19 también ha dejado claro las instancias heterónomas en las cuales estamos inmersos, en qué grado estamos atados a sistemas políticos, industriales y económicos sobre los que no tenemos ningún control. Durante estos difíciles meses hemos sido testigos de la debilidad de un sistema que nos ha desposeído de la capacidad de asegurar por nuestra propia cuenta la reproducción social de la vida y nos ha incorporado en un monopolio del que nos parece imposible escapar. La crisis capitalista nos encuentra a las mayorías completamente desposeídas de las capacidades y medios materiales de vivir autónomamente, y nos sorprende adictas a las necesidades creadas por el mercado, las cuales ya no podemos suplir, pues la venta de la fuerza de trabajo durante la crisis económica es mucho menos demandada, lo que deja a los despojados de siempre a la deriva.

Sin embargo, la radicalización de la crisis civilizatoria también nos está haciendo entender que las experiencias que se vienen tejiendo en los múltiples abajos constituyen la fuerza más potente para tejer la esperanza en estos tiempos de oprobio. Existen múltiples experiencias, unas pequeñas y sigilosas, otras más grandes y bulliciosas, que nos enseñan cómo, en los márgenes del sistema, se han venido articulando muchísimas voluntades, de una manera lenta, pero persistente, para hilvanar otras economías, otras formas de organización, otras maneras de producir y consumir, otras maneras de vivir, a través de múltiples formas como cooperativas, colectivos, asambleas, grupos de artistas, organizaciones campesinas, redes rurales, periurbanas y urbanas.

Lo que se ha venido tejiendo por los pueblos, al unísono de la globalización neoliberal, han sido procesos de relocalización, de territorialización, de apostar a otras economías y formas de concebir las relaciones más allá de los dualismos entre naturaleza y cultura y las relaciones binarias y jerarquizadas de género. Es ahí, en el terreno preparado por estas personas donde pensamos que reside la esperanza y la posibilidad de generar colectivamente formas alternativas al desarrollo que puedan volver a involucrarnos conscientemente en la relación de intercambio mutuo con la tierra. El desafío es múltiple pues nos lleva a replantearnos y a desestructurar la ontología patriarcal, xenófoba, racista con la que se estructuran nuestros cuerpos, relaciones y vínculos.

Este segundo boletín del Grupo de Trabajo en Ecología Política, pretende mostrar algunas de esas experiencias en la voz de sus propios protagonistas desde múltiples aristas y comprendiendo que no solo está en juego un tipo de economía, sino también los legados culturales, las formas con las que nos relacionamos con nuestros pares y con la tierra. El boletín se organiza en cinco secciones: Pueblos originarios y afrodescendientes, Feminismos y luchas socioambientales, Agroecología como sistemas económicos alternativos, Saberes en Agroecología y Territorios recuperados.

Si bien este es un orden de presentación, cada trabajo condensa la complejidad, la solidaridad y las articulaciones entre múltiples dimensiones, por lo que el orden en el que presentamos cada trabajo puede ser alterado, modificado, apreciado desde otro lugar. 

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Fuente: CLACSO

Temas: Agroecología, Ecología política, Pueblos indígenas

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