Residuos de plaguicidas en alimentos: monitoreo y resultados
El docente e investigador de la Facultad de Agronomía Giovanni Galietta, habla sobre la importancia de continuar con el trabajo de monitoreo de los residuos de plaguicidas en alimentos y destaca la experiencia que hizo la Mesa de Agroquímicos a inicios del 2000.
El objetivo de esta mesa era reunir a distintos actores para ver lo que se estaba haciendo en el tema de residuos de plaguicidas en el país.
”Este fue un trabajo especialmente importante porque se demostró que se podía analizar residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas en Uruguay. Algunos creían que no era posible, que no había capacidad técnica y herramientas”.
En cuanto a la difusión de los resultados del monitoreo, al inicio se publicó un informe pero después dejaron de hacerlo para no generar alarma pública,“sin embargo, para mí es todo lo contrario: yo me sentiría más seguro de saber que frente a un riesgo hay medidas que se toman”- sostuvo.
“Es importante destacar que el Laboratorio de Bromatología tiene potestad para sacar de los centros y grandes superficies, frutas y hortalizas para su monitoreo”, expresó Galietta.
Destacó los avances que se han hecho en los últimos años y la importancia de continuar esfuerzos conjuntos. "Hoy por hoy se han sacado los plaguicidas altamente tóxicos o de categoría uno y si no me equivoco solo queda en el mercado el metilazinfos"- sostuvo. Galietta se ha especializado en residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas y en el área analítica de poscosecha de frutas y hortalizas. Es Magíster en Química en la Universidad de la República.
A continuación la entrevista.
¿ Cómo inicias tu investigación en residuos de plaguicidas en alimentos ?
A raíz de mi contacto con agrónomos me empiezo a interesar en el tema de aplicaciones de plaguicidas en los cultivos y residuos en frutas y hortalizas. En el año 2000 empiezo a ver con las pocas herramientas que tenía, ciertos carbamatos, carbofuranos y carbaril en uno de los cultivos principales como es la papa, lo que me llevó a ponerme en contacto con el que en ese momento era el presidente de la Comisión Administradora del Mercado Modelo (CAMM), el Ing. Agr. Carlos Pérez Arrarte.
Gracias a él se comenzó a congregar alrededor del 2001 a todos los actores que estaban trabajando en la temática, organismos públicos, academia, organismos como el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), entre otros. A raíz de eso se generó la Mesa de Agroquímicos cuyo objetivo era ver lo que se estaba haciendo en el tema de residuos de plaguicidas en el país, dado que mientras otros países llevaban años monitoreando plaguicidas de forma sistemática, nosotros estábamos en un punto cero.
Sí habían algunos casos exploratorios, curvas de disipación en algunos cultivos hechos por algunos funcionarios del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del área de plaguicidas (MGAP) con información sobre las categorías toxicológicas, los productos y la cantidad de plaguicidas que se importan, etc. También algunas cosas analizadas en relación a temas de exportación de alimentos por un tema de normativas y del control de los mercados, pero no había realmente interés en saber lo que estaba pasando en cuanto a los residuos de plaguicidas en los alimentos y en esta mesa se fueron decantando los temas de trabajo.
Uno de estos temas fue identificar si se estaba controlando y realizando lo estipulado en el reglamento bromatológico nacional -que antes era solo municipal- en cuanto a los residuos de plaguicidas. En ese momento se hablaba de ciertos colorantes, de ciertos aditivos y de ciertos conservantes que no pueden estar en los alimentos, pero la parte de plaguicidas en frutas y hortalizas no estaba siendo controlado a pesar de que el reglamento lo indica. Gracias a la Mesa de Agroquímicos empezamos a ver el tema del monitoreo de frutas y hortalizas, fue un momento histórico ya que no se hacía ese trabajo. En ese momento estaba trabajando el PREDEG que era el Programa de Desarrollo de la Granja con fondos de la agencia alemana de cooperación técnica (GTZ), en el que los productores tenían fondos para mejorar su sistema de producción. La idea era que tuvieran el apoyo de técnicos dentro de los predios donde apoyaran el tema de fertilización y aplicación de plaguicidas.
Así que surgió dentro de ese programa un grupo de manejo integrado para analizar frutas, específicamente manzanas, e hicimos un convenio donde estuvimos analizando frutas del programa de manejo integrado del período 2002 – 2003. Este fue un trabajo especialmente importante porque se demostró que se podía analizar residuos de plaguicidas en Uruguay. Algunos creían que no era posible, que no había capacidad técnica y herramientas, así que este fue un buen comenzar para mostrar que sí se podía hacer acá un análisis de residuos de plaguicidas.
Al inicio costó que la gente entendiera que se podía detectar una determinada cantidad de residuos en una misma muestra y que el equipamiento disponible con la metodología utilizada así lo posibilitaba. El equipo estaba en el Laboratorio de Bromatología, Unidad del Servicio de Regulación Alimentaria de la Intendencia de Montevideo, y se empezó a monitorear frutas y hortalizas del Mercado Modelo y de los productores que trabajaban a través de los intermediarios. Es importante destacar que Bromatología tiene potestad para sacar de los centros y grandes superficies, frutas y hortalizas para su monitoreo, así que en 2004 salió publicado el primer informe de monitoreo de plaguicidas en frutas y hortalizas en una revista de difusión llamada “PROBETA”.
El informe era una primera aproximación al tema. Pero el valor es que por primera vez salía algo de manera pública. Eso generó mucho interés y revuelo en la prensa que empezó a hablar del tema. El artículo mostraba que un cierto porcentaje de frutas y hortalizas contenía residuos de plaguicidas, un cierto porcentaje no y un porcentaje estaba por encima de los límites máximos de residuos.
¿Cómo se fijan los límites máximos de residuos ?
Los niveles máximos se fijan en función de su toxicidad no solo para el ser humano sino también para el ambiente. Cuando una empresa elabora y coloca en el mercado un nuevo plaguicida, debe hacer un análisis sobre la toxicidad en animales de laboratorio, ratones principalmente. En función de la dosis letal se fijan medidas de seguridad tales que si se respetan esos valores los productos sean inocuos para el entorno. Es un proceso complejo, también se incluye la deposición de uso, cómo se degrada, en qué tiempo, etc.
Por ejemplo, los organoclorados conforman un grupo de pesticidas sintéticos desarrollados principalmente para controlar las poblaciones de insectos plaga. Su origen se remonta a la fabricación en 1943 del DDT (diclorodifeniltricloroetano). Ahora están siendo eliminados y prohibidos porque se acumulan en los tejidos grasos y son altamente persistentes, es decir se siguen encontrando metabolitos de DDT y otros organoclorados de aplicaciones hechas hace más de 30- 40 años. Su persistencia es alta, se bioacumulan y se van magnificando en la cadena alimenticia. Digamos que un pez toma aguas contaminadas y luego viene una especie mayor que ingiere una determinada cantidad de peces y los residuos se acumulan en sus tejidos grasos, y el ciclo sigue así sucesivamente, hasta que se llega a especies superiores de la cadena.
En la medida en que existieron los plaguicidas se empezaron a fijar una serie de valores que indudablemente han ido cambiando, ya que algo que fue considerado bueno en la década del 50 nos dimos cuenta que era perjudicial. Hay un libro llamado “Primavera silenciosa” (1962, Carson Rachel) que muestra cómo después de grandes aplicaciones de DDT se empezaba a notar que las praderas estaban con menos pájaros, es decir que había efectos nocivos para el ecosistema.
¿Hay alguna medida fijada a nivel internacional ?
Existen los Límites Máximos de Residuos (LMR) término que se define como el límite legal superior de concentración de un residuo de plaguicida en alimentos basado en las buenas prácticas agrícolas y la menor exposición del consumidor, con el fin de asegurar que la utilización de estas sustancias químicas sea segura para los consumidores. Cada país adecua los valores, por ejemplo, la Unión Europea fija sus propios LMR al igual que los Estados Unidos. El organismo internacional que fija estos valores es la FAO con el Codex Alimentario y establece los LMRs a nivel mundial1.
En el caso de Uruguay, antes de 2011 el reglamento bromatológico tomaba los valores del Codex de 1991 los cuales eran totalmente obsoletos. Actualmente hay equipos cada vez más sofisticados que te permiten detectar concentraciones menores a nivel de las partes por billón o trillón, lo que exige estar agiornándose constantemente en esta temática.
¿Actualmente quién hace monitoreo y qué tipo de monitoreo se hace ?
Actualmente el único supermercado que hace monitoreo de residuos de plaguicidas es la cadena Disco que lo hace todas las semanas directamente con el Laboratorio de Bromatología. El Mercado Modelo también saca semanalmente muestras y las manda a analizar, Bromatología a su vez va y saca sus propias muestras principalmente en las grandes superficies que no dependen del Mercado Modelo.
Disco, Geant y Devoto que son la misma firma, tienen una planta, ahí los productores llegan y el equipo del Laboratorio de Bromatología hace muestreos. También TATA - Multiahorro hizo análisis por un tiempo pero ahora dejó de hacerlo.
¿Adónde se difunde esta información ?
Hubo un cambio de la presidencia del Mercado Modelo y desde entonces decidieron no continuar con la difusión de los datos. Lo último que se publicó en cuanto a residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas salió en el 2006. Desde entonces dejaron de publicar el informe para no generar alarma pública por temor de que si se conoce la información la gente puede dejar de consumir ciertos productos y esto puede afectar a ciertos productores.
Sin embargo, para mí es todo lo contrario, yo me sentiría más seguro de saber que frente a un riesgo hay medidas que se toman.
¿Qué tipo de devolución se hace y qué medidas toma bromatología cuando los resultados se pasan del límite legal ?
El Laboratorio de Bromatología, Unidad del Servicio de Regulación Alimentaria de la Intendencia de Montevideo, extrae muestras de todos los sitios de Montevideo con sus propios extractores. En el caso del Mercado Modelo son los mismos funcionarios que hacen la extracción y luego envían la muestra a laboratorio. En el caso de identificar una muestra cuyos resultados den por encima de los límites máximos de residuos, Bromatología procede a retirarla.
En cuanto a las medidas, el Laboratorio de Bromatología no tiene la potestad de decirle al productor lo que debe hacer, sino que habla con el centro de acopio o supermercado de donde sacó la muestra y estos centros son los que hablan con el productor. Indudablemente si es una gran superficie, el Mercado Modelo o el centro se lo puede devolver al productor. Un caso que recuerdo es el caso del apio el cual se monitoreó al azar y se identificó que estaba fuera de especificación y durante un tiempo bromatología estuvo monitoreándolo. Hoy por hoy se han sacado los plaguicidas altamente tóxicos o de categoría uno y si no me equivoco solo queda en el mercado el metilazinfos.
¿Qué información actualizada se puede conseguir sobre residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas ?
Hoy día el Laboratorio de Bromatología lo que hace en cuanto a difusión es publicar en su página web (Intendencia de Montevideo www.montevideo.gob.uy) de modo muy escueto el resultado de las muestras analizadas. Específicamente informa qué porcentaje de ellas da por debajo de los límites establecidos o “condiciones reglamentarias” (ver Informe 2012 Control de Residuos de Plaguicidas en Frutas y Hortalizas
El informe que nosotros sacamos en aquel momento (2004) incluía esta información y además profundizaba sobre los plaguicidas-matriz. Desde el inicio de la investigación empezaron a verse en los cultivos residuos de plaguicidas categoría uno, es decir altamente tóxicos. Esta información debería estar en la página del MGAP con las categorías toxicológicas. Y bueno, a través de este trabajo se logró que las resoluciones ministeriales que establecían ciertas restricciones para el uso de esos plaguicidas, empezaran a ser monitoreadas. Por ejemplo había un organofosforado2 altamente tóxico -el metamidofos- categoría uno que aparecía en muchas matrices pero que estaba solamente permitido para la papa según el reglamento ministerial. Eso significa que si aparecía en lechuga se tendría que eliminar toda la cosecha de lechugas de ese productor y eso fue lo que sucedió una vez. Un productor llevó sus lechugas al ministerio a analizar y encontró metamidofos así que no le quedó otra opción que ver destruir toda su producción. A partir de ahí el metamidofos fue sacado y prohibida su importación al Uruguay.
¿Hay equipos y hay capacidad técnica para hacer monitoreo de residuos de plaguicidas?
Sí, hay, pero todas las técnicas deben ser puestas a punto, no es solo relacionar en una biblioteca de datos, cada vez es más complejo el nivel de detección porque además de ver el principio activo del plaguicida, hay que ver el metabolito a, b y c. El límite máximo de residuos va a ser la suma del activo más el metabolito a + el metabolito b + el metabolito c. Este tipo de análisis está siendo realizado en países europeos, pero aún no es parte del Codex Alimentario.
Se requiere de apoyo institucional y económico para hacer este tipo de monitoreos que tiene que ver con la extracción y preparación de la muestra. Desde el MGAP se hacen pero no sé a que nivel. Y aunque las técnicas utilizadas son complejas hay que profundizarlas pues sino nos quedamos sin hacer nada.
Nosotros siempre defendimos seguir avanzando, aunque siempre tuvimos detractores que nos decían que no habíamos analizado ciertos plaguicidas. En cuanto al equipo técnico tenemos limitaciones en la cantidad de técnicos destinados a esta tarea, y definitivamente se podría hacer mucho más si tuviéramos un mayor grupo de técnicos asignados trabajando en el monitoreo de residuos. Creo que todos estos años hemos avanzado y eso es lo importante. Uruguay a través del Laboratorio de Bromatología, sigue monitoreando residuos de plaguicidas (analiza aproximadamente 1000 muestras anuales). Trabajar en conjunto nos ha fortalecido a todos, pues se sigue monitoreando y a su vez investigando en el área.
Artículo tomado de: http://portal.fagro.edu.uy
Por Yálani Zamora Aguirre
Viernes, 17 de Enero de 2014
Fuente: RAPAL Uruguay