¿Qué es el fracking y cuáles son los peligros en Argentina?
El método no convencional para extraer hidrocarburos conocido como Fracking o fractura hidráulica es denunciado por nueve países en el mundo y ya fue prohibido por dos, por los impactos que, según especialistas, son más importantes que los que produce la minería a cielo abierto, al vincular las formaciones de petróleo y de gas con acuíferos.
Pese a las denuncias y consecuencias, este tipo de explotación se realiza en distintos puntos del país como por ejemplo Neuquén donde la firma del contrato entre la empresa estadounidense Chevron y la empresa nacional YPF, no pudo ser evitado siquiera ante un masivo reclamo que dejó como saldo varios heridos.
El ingeniero en petróleo y máster en Energía Renovable (entre otros títulos) Eduardo D`elía explicó que, "si no se toman medidas muy drásticas a corto tiempo es probable que estemos comprometiendo nuestra soberanía".
A continuación todas las preguntas claves para entender el tema:
-¿Qué es el fracking o fractura hidráulica y cómo funciona?
Los hidrocarburos se formaron en una roca que se llama roca generadora o roca madre en la cual había organismos vivos que se encontraban presentes sin la presencia de oxígeno, y que a grandes temperaturas y presiones, terminaron transformándose en petróleo. Los movimientos telúricos, los terremotos, los desplazamientos, hicieron que estas rocas, impregnadas en hidrocarburos, tanto petróleo como gas, se rompieran y liberaran esos hidrocarburos. Al romperse, estos migraron dentro de formaciones que tienen poros comunicados entre sí. De este modo, los hidrocarburos se fueron acumulando dentro de otras formaciones porosas y hasta ahora, la humanidad ha explotado este tipo de formaciones que se llaman normalmente trampas de petróleo.
Como están trampas se han agotado en el mundo -en Argentina se agotaron en 1998 en el caso del petróleo y en el 2003 en el caso del gas- y en función de que la demanda sigue creciendo y la oferta ha empezado caer, se buscan los hidrocarburos que quedaron en esa roca madre y que la naturaleza aún no ha roto.
La técnica consiste en hacer algo parecido a lo que hizo la naturaleza: romper la roca, generar la mayor cantidad de fisuras posibles para poder liberar el petróleo o el gas y que éste pueda ser extraído. Esto se denomina Fracking o fractura hidráulica, por que se hace a través de agua y productos químicos a muy alta presión, y es la técnica que implementa Estados Unidos hace aproximadamente 10 años y que tantos impactos ambientales ha causado. En Argentina recién se empezó a hacer en Vaca muerta, Neuquén.
-¿Cuáles son los principales riesgos?
Son muchos pero lo más graves son dos: primero la gran posibilidad de contaminar con hidrocarburos las fuentes de agua dulce. Esto ya ocurrido y ha generado que junto con el agua potable venga asociado gas natural. Son muy conocidas las imágenes del documental Gasland en el cual se ve claramente cuando la gente le acerca un fósforo al agua que toma de las canillas, esta literalmente estalla.
El segundo riesgo es que en Argentina esta técnica se está aplicando en lugares donde nunca hubo explotación petrolera. El petróleo y el gas están asociados a agua salada con alto contenidos de hidrocarburos que hacen que sea un agua altamente contaminada. En las provincias como Santa Cruz, Neuquén o Chubut, donde ya hay explotación petrolera, las compañías se deshacen de esta agua inyectándola en viejos yacimientos petroleros que están fuera de uso y esto es una técnica normal y segura.
El tema es que en otros lugares, como la provincia de Buenos Aires o Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Brasil, Uruguay o Paraguay, donde nunca hubo explotación petrolera, se perfora un pozo hasta encontrar una formación geológica que permita admitir el agua. El problema que ha ocurrido en Ohio, Oklahoma, Arkansas, Holanda e Inglaterra es que esta inyección de agua ha generado movimientos sísmicos, desplazamientos de placas geológicas, generando terremotos de hasta 5,2 en la escala de Richter, que perfectamente puede tirar abajo una casa.
-En el último tiempo Neuquén ha estado en el centro del debate por el reciente acuerdo entre el gobierno provincial con la empresa estadounidense Chevron para la explotación no convencional. ¿Cómo es la situación en esta zona?
He demostrado que el dinero que va a gastar Chevron en sacar hidrocarburos con altos riesgos ambientales y generación de cambio climático, perfectamente podría invertirse en energía renovable y estaría aportando más energía.
Yo estuve en Neuquén debatiendo con el propio Luis Sapag (diputado del Movimiento Popular Neuquino -MPN- y presidente de la Comisión de Energía) y lamentablemente, la gran mayoría está a favor de esta técnica, pero a medida que la ciudadanía se concientice sobre esto y quiera otra cosa, faltan dos años para una renovación de la cámara, y por ahí a través del voto ciudadano conseguimos diputados comprometidos que puedan revertir esta situación.
-¿Cuáles son las alternativas al Fracking?
Yo demostré que un pozo de fractura hidráulica para extraer petróleo que dura aproximadamente 6 o 7 años, entrega la cuarta parte de energía que si con el mismo dinero instaláramos un parque eólico con seis generadores, que tiene una vida útil de 25 a 30 años. Esto significaría que al final de la vida útil de un parque eólico, la energía total entregada es aproximadamente 80 veces superior.
-¿Por qué entonces no se construyen parques eólicos, en lugar de pozos de fractura hidráulica para poder cubrir la demanda de energía que hoy tiene el país?
La respuesta es simple, los parques eólicos los construyen los municipios, las cooperativas, las pequeñas empresas, hasta una persona puede instalar un generador eólico. En cambio estos pozos de fractura hidráulica son monopolio de las grandes compañías petroleras, a las cuales se les da más beneficios impositivos de los que hoy tienen quien quiera generar energías limpias en nuestro país.
-O sea que todo es parte de un negocio millonario y fundamentalmente de decisiones políticas de estado.
Hace 5 años atrás éramos el mayor productor de energía eólica de Sudamérica, hoy Brasil no pasó 40 veces en potencia. Son políticas del estado que Argentina no tiene.
La principal fuente de energía que ha tenido el hombre desde sus inicios ha sido el sol, con el sol crecen los vegetales con los cuales nos alimentamos, se alimentan los animales con los cuales también nos alimentamos, el sol genera el ciclo del agua, gracias al sol soplan los vientos, las olas en los mares, todavía parte del sol queda debajo de la tierra como energía geotérmica. El sol sigue siendo nuestra principal fuente de energía, sin embargo, nos empecinamos en escarbar la roca cuando la solución la tenemos levantado la cabeza y mirando el cielo.
-Entre los argumentos de aquellos que defienden este tipo de explotación, sostienen que la dependencia energética es parte de el sistema actual de la sociedad industrial y que esta energía extra que producen los combustibles, es la que permite que la población cuenten con elementos básicos de calidad de vida (trabajo, transporte, ciencia). Y que si elegimos dejar eso de lado, se podría provocar un caos superior.
El último informe de la Asociación Brasilera de Energías Renovables demuestra que no solo han evitado quemar petróleo para producir energía sino que han generado 16 mil puestos de trabajo, gracias la energía eólica. Es una falsedad hablar de que esto va a generar una disminución del empleo, al contrario, si se tiene en cuenta que la vida útil de los pozos es de seis años.
-En teoría todo cierra, a lo práctico y teniendo en cuenta los procesos tradicionales y usos de nuestra sociedad, ¿Ve posible una reconversión en la explotación de los recursos a un nivel global?
Nuestra fuente de energía primaria en el país depende un 90 por ciento de los hidrocarburos. ¿Cómo lo revertimos? Dejando de consumir pero por supuesto no es tan simple, no se puede hacer de un día para el otro. Hay que revertir nuestra matriz de trasporte, hoy no puede ser que nuestra principal fuente de transporte de personas y de carga siga siendo el colectivo y el camión, habiendo desaparecido el tren y el barco, tremendamente eficientes. No estamos hablando de disminución del empleo sino de modificación.
-Los grandes cambios o decisiones pertinentes parecen quedar a merced de las políticas de estado, ¿Qué puede hacer un ciudadano común que no esté de acuerdo ante esta situación?
Nada más que manifestarse y eso ya es bastante, pero por más ahorro energético que estemos haciendo, tenemos una matriz energética muy mal distribuida. En Argentina no tenemos gas y el 52 por ciento de nuestra energía eléctrica es a fuerza de quemar gas que no tenemos y tenemos que importarlo.
-¿Cuán urgente es revertir estas técnicas?
Hablando con el propio secretario de energía de La Nación de los últimos 11 años, él me decía que encontraron al país en una situación bastante comprometida por el desempleo y la desocupación y que piensan revertir la situación energética en el 2020.
Yo creo que si no se toman medidas muy drásticas en el corto tiempo a nivel estado es probable que estemos comprometiendo nuestro futuro. No existe la posibilidad de que un país crezca si no tiene un excedente de energía, nosotros no estamos en esa condición y es probable que estemos muy complicados y tengamos comprometida a nuestra propia soberanía en esas condiciones. Y no hay ninguna intención de cambio.
-Aunque el panorama parece desalentador, el hecho de que se de este tipo de debates hacen pensar que es posible un cambio. ¿Usted tiene esperanza de que se puedan modificar estos tipos de explotación dañinos?
Cuando yo di mi primer charla en contra del fracking fue en la capital del petróleo argentina, en Comodoro Rivadavia, y me miraban con cara extraña porque nunca habían sentido hablar de eso y sin embargo, hoy allí se pudo parar el primer equipo de fracking en El trébol, a través de una acción de amparo. En Entre Ríos, en su vida habían visto un mecanismo de perforación y hoy varias localidades han prohibido el Fracking. Vengo de Mendoza y aparentemente va a ser la primera provincia que prohíbe el fracking por lo menos por dos años hasta no interiorizarse de los posibles impactos. Todo eso da esperanza.
Por Sofia Tarruella
Periodista
@Sofisuu
moc.zolevoiraid@alleurrats
Fuente: Diario Veloz.com