Por la defensa del maíz
A la llegada de los españoles en América existían miles de variedades de maíz que por la importancia espiritual, alimenticia y geopolítica para las culturas locales fueron concentradas y exterminadas como una forma más de control y conquista. Hoy las empresas trasnacionales continúan con esa labor mediante variedades transgénicas.
La trasnacional Monsanto amenaza con instalar la fabrica de maíz transgénico más grande de la historia en Argentina mientras un reciente estudio científico evidencia que el maíz transgénico genera tumores…
Por ello hoy en América la defensa del maíz es prioridad. El llamado para defender el maíz se está dando en medio de una fuerte discusión internacional sobre el peligro del maíz transgénico. Recientemente se dio a conocer una investigación desde Francia realizada por CRIIGEN (Comité de investigación y de información independiente sobre genética) Universidad de Caen. En esta investigación se alimentaron durante dos años a 200 ratas con un tipo de maíz transgénico Las ratas alimentadas con maíz transgénico murieron prematuramente y tuvieron una frecuencia de tumores del 60-70%, frente a un 20-30 por ciento respecto al grupo al que no se le proporciono alimento transgénico.
Ante la evidencia científica dada a conocer en Francia, Rusia ha suspendido temporalmente la importación del maíz transgénico de Monsanto. La agencia rusa de protección del consumidor anunció que la importación y comercialización del transgénico será suspendida hasta estudiar las implicaciones del estudio francés.
Hoy en América la contaminación de variedades autóctonas con transgénicos es una realidad confirmada por el trabajo de monitoreo que desde la sociedad civil. En el 2006 los ecologistas de Costa Rica y hermanos países de Centroamérica y el Caribe realizamos un monitoreo encontrando variedades de maíz transgénicas prohibidas para el consumo Humano en el la ayuda alimentaria de la región y en el mercado Central de San José.
Libre comercio de genes. La convergencia entre transgénicos y los tratados de libre comercio de Estados Unidos con América Latina y el Caribe constituyen una agresión premeditada y perversa sobre los derechos más fundamentales de la gente campesina e indígena que tiene 10 mil años de venir mejorando y experimentado para tener las mejores variedades. Los tratados mediante sus leyes privatizaron esa herencia para generarles ganancias a las empresas. Además estos tratados han obligado a comprar maíz transgénico de la agroindustria del Norte y a venderlo barato en los mercados de México y Centroamérica. Estos tratados eliminaron el apoyo económico a los productores nacionales, minando de esta forma el sustento de miles de familias campesinas y condenándolas a engrosar los anillos de miseria en las áreas urbano-marginales.
Imperialismo genético corporativo. Las trasnacionales del monocultivo degeneran y convierten el maíz en algo que no se parece en nada a lo que nos heredaron los ancestros, insisten en borrar nuestra cultura del maíz invadiendo el campo agrícola con transgénicos. Generando nuevas formas de dominación de los pueblo a través de sus simientes y su comida entre biotecnológicas semillas e ilegítimas leyes que privatizan la vida. Estos genes intrusos que de ninguna forma natural hubieran estado dentro de nuestro maíz, hoy aparecen sin pedir permiso en las milpas campesinas. Contaminar intencionalmente los centros de origen de diversidad del maíz en américa- a tal extremo que se apreciara como irreversible - es el proyecto que amenaza con exterminar a nuestro verdadero maíz. Ejemplo de ello es la liberación de semilla de maíz transgénico en México, Honduras, Panamá y Colombia. Siembras realizadas. Con el visto bueno de tecnócratas que juegan de científicos modernos, sin entender donde termina su laboratorio y empieza su ignorancia sobre el entorno agrícola cultural americano, agreden así uno de los más importantes patrimonios de nuestros pueblos milenarios: el maíz.
El maíz no es solo un cultivo, el maíz es en Mesoamérica milpa campesina, el maíz es chacra campesina en Sur América. Ecosistemas agrícolas diversificados que nos dan sustento a la gente de estas tierras. En el maíz se entrelazan un tejido de relaciones culturales con la tierra y la gente, es incluso una manera de vivir. El Maíz más allá de ser un cultivo es además un proyecto social que sustenta culturas milenarias.
La defensa del maíz debe hacerse de forma participativa e incluyente, retomando las comidas y las tradiciones asociadas. La defensa del maíz requiere de tantas estrategias como variedades y razas existentes hay de maíz.
Hoy, más que nunca, debemos retomar nuestra profunda relación con el maíz, como una estrategia alegre, fértil y colorida que fomente la desconexión del sistema alimentario transnacional, sus injustas leyes y sus contaminadas semillas.
La lucha contra los transgénicos es fértil semilla en defensa del bienestar de la gente y la tierra. Es una lucha en contra del lucro corporativo que antepone su rentabilidad económica a la salud de las personas y a la del ambiente. Por eso en esta lucha es vital el cuido y la siembra de nuestro maíz ancestral americano. ¡Que permanezca la vida!
Por Fabián Pacheco Rodríguez y Mauricio Alvarez, ecologistas
Fuente: nacion.com