Perú: “La Madre Tierra está viva y se manifiesta”
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Madre Tierra, Ruth Jareca, coordinadora regional de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas (ONAMIAP), base Puno, comenta sobre la relación que tienen las comunidades del sur peruano con la Madre Tierra.
Onamiap, 23 de abril, 2014
“La Madre Tierra es la Pachamama, la santa Tierra”
Sobre el suelo se extiende una manta de colores, en ella reposan frutos diversos, quesos, panes, hierbas medicinales, caramelos, especias, cereales, menestras, chicha. En el ambiente se respira el Palo Santo ardiendo en una vasija, purificando el aire. Es la Challa ofrecen en agradecimiento del buen año a la Madre Tierra.
Debajo de la Santa Tierra existen dos personajes vivientes: Pachamama -Pachañusta en el lado cusqueño- y Pachatierra. La Pachamama nos da la tierra y la Pachatierra nos brinda el líquido vital.
Pachamama, Pachañusta, Pachatierra, denominaciones de respeto y cariño con que las poblaciones indígenas del sur denominan a la Madre Tierra. Respeto y amor por proveer los bienes, que son tan preciados para el alimento y la salud, por dar la vida a todos los seres humanos.
“La Madre Tierra es un ser vivo, su vida se manifiesta a través de su sangre, el agua, que corre por sus venas, los riachuelos. Tiene corazón, y cuerpo”, dice Ruth Jareca, de la provincia del Collao, Ilave, en Puno. Ella es coordinadora regional de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP).
“La Madre Tierra, nos tiene como hijos. Nos cuida, como nosotras las madres cuidamos a nuestros hijos”
Ruth nos cuenta que son tres formas de agradecer y celebrar con la Madre Tierra. “Existen fechas en que guardamos y agradecemos a la Madre Tierra, son formas de relacionarnos con ella, las poblaciones indígenas tenemos días para celebrar con ella”, señala.
El primer día de todos los años las poblaciones indígenas suelen visitar a la Tierra por Año Nuevo, como se visita a un familiar, para celebrar con ella el nuevo año que se acerca, para augurar cosechas y tiempos buenos para los pueblos indígenas.
Con los Carnavales la Tierra se viste de fiesta y celebra junto a sus hijos el tiempo de festividades del amor, la fecundidad y la Pachamama. Es una madre que se alegra por las actividades bien hechas de sus hijos.
En Semana Santa por el contrario los pueblos indígenas se guardan de tocar la Tierra, es tiempo de recogimiento, si se trabaja en estos días la tierra, la Madre Tierra no proveerá un buen fruto, “es tiempo de sangre y con sangre no se trabaja la Tierra”, explica Ruth.
A estos tres tipos de celebración se le ha sumado desde el 2009 el Día Internacional de la Madre Tierra, que haciendo eco de la petición de Naciones Unidas, las localidades suman a su calendario anual este día para agradecer a la Madre Tierra.
“Nosotros como mujeres indígenas guardamos la semilla, la protegemos y la preservamos”
En las comunidades indígenas están presentes los Apus o sabios, quienes interpretan y se comunican con la Madre Tierra en vísperas de las fechas de celebración y agradecimiento, para saber cómo les va a ir en el año, “e incluso cómo nos va a ir en el trayecto de la tierra”, explica Ruth.
Antiguamente los Apus y los antiguos sabios interpretaban y se comunicaban con la Madre Tierra, en las vísperas de Año Nuevo, en Carnavales, y en otras muchas actividades que se celebran a la Madre Tierra, ya que no solamente el 22 de abril. En cada fecha especial las poblaciones indígenas se comunican con la Madre Tierra.
“Una forma de respetar a la Madre Tierra es preservar y difundir los saberes ancestrales, como en los tiempos de los antepasados. Así como nuestros antepasados nos han dejado ese sentir profundo por la Madre Tierras”, dice la lideresa aymara y añade “, nosotros debemos protegerla transmitiendo los saberes a los nietos y biznieto”.
“Nuestra tierra está muriendo, pero si nos organizamos nosotros podemos proteger a nuestra Madre Tierra”
Actualmente el Cambio climático global afecta los estilos de vida de los pueblos indígenas. Las concesiones que hace el Estado para actividades extractivas sin previa consulta a los pueblos indígenas afectan el modo de vida de las comunidades.
“Las épocas de lluvias y sol ya no vienen en la fecha exacta, nosotros sufrimos a causa de las fábricas y la minería que está contaminando”, explica Ruth Jareca, “nosotros como pueblos indígenas trabajamos para que nuestros riachuelos sigan vivos”.
Suma Qamaña
Como hermanos, los pueblos indígenas apuestan por la unión para afrontar los estragos que el Cambio Climático genera en sus poblaciones. “Debemos visibilizar nuestros conocimientos y proteger a nuestra Madre Tierra”, sostiene la Ruth Jareca, “sino no podríamos hablar de Suma Qamaña, no podríamos vivir bien”.
El Buen Vivir en aymara se define con dos palabras Suma Qamaña, que es “tomar consciencia de la naturaleza que Nuestra Madre Tierra nos ha dado”. Sum Qamaña o Allin Kawsai (quechua) no implica obtener mucho, sino lo suficiente para prever el futuro de los hijos, tener una buena vida, buena salud y buen alimento diario a base de esfuerzo.
Fuente: Servindi