"Ojalá el tren de la muerte descarrile". Palabras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a Vía Campesina
"El de arriba, que globaliza el conformismo, el cinismo, la estupidez, la guerra, la destrucción, la muerte, el olvido. Y el de abajo que globaliza la rebeldía, la esperanza, la creatividad, la inteligencia, la imaginación, la vida, la memoria, la construcción de un mundo donde quepan todos los mundos"
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México
Septiembre del 2003
Para: Vía Campesina
Secretaría Operativa
Tegucigalpa, Honduras
De: Subcomandante insurgente Marcos
CCRI-CG del EZLN, México
Hermanos y hermanas:
Reciban nuestros saludos.
Les comunico que recibimos su carta del 5 de agosto de 2003, donde nos invitan a participar en el Foro Internacional Campesino Indígena y en las jornadas de lucha y resistencia que, del 8 al 14 de septiembre de este año, y contra la Organización Mundial del Comercio se celebrará en Cancún, México.
Agradecemos la invitación y saludamos la existencia de Vía Campesina, es decir, su lucha y sus resistencia. Anexos a la presente recibirán ustedes tres discursos (grabados y escritos): uno del comandante David, otro de la comandanta Esther y uno más del subcomandante insurgente Marcos, todos ellos a nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN.
Pensamos que los discursos podrían ser presentados en cualquiera de las movilizaciones masivas que se realizarán en esas fechas, pero queda a consideración de ustedes si se presentan en foros o reuniones. Sólo les pedimos que, de ser posible, sean mujeres de las organizaciones que conforman Vía Campesina las que hagan las presentaciones de cada uno de los discursos.
Esperamos que todo salga bien y que, en efecto, el tren de la muerte que conduce la OMC sea descarrilado en Cancún y en todas partes del mundo.
Ojalá pronto tengamos más noticias de ustedes.
Vale. Salud y que la esperanza se siga sembrando, y creciendo, en los campos de los cinco continentes.
Desde las montañas del sureste mexicano.
Subcomandante insurgente Marcos.
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Mensaje de la comandanta Esther a la movilización
El neoliberalismo nos humilla como campesinas y como mujeres
Palabras de la comandanta Esther para la movilización de Vía Campesina, parte de las acciones contra el neoliberalismo en Cancún, septiembre de 2003.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Hermanas mujeres indígenas, campesinas y de la ciudad:
Les mandamos un saludo a todas las que asistan en esta gran movilización mundial contra la Organización Mundial del Comercio, especialmente a quienes participan en las acciones Vía Campesina.
Les agradecemos que nos dan la oportunidad de decir nuestras palabras como Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Hermanas mujeres indígena y campesina, les queremos decir que se organicen para luchar contra el neoliberalismo que nos humilla, que nos explota y que nos quiere desaparecer como indígenas, como campesinas y como mujeres.
Porque nuestro producto que vendemos no nos pagan a precio justo, mientras los productos de ellos cada vez lo suben de precio.
Todo lo que compramos nosotros los pobres cada vez más caros y sólo unas cuantas personas se benefician y viven mejor.
Y mientras millones de hombres y mujeres y niños pobres se mueren de hambre y de enfermedad.
Y eso ya no lo vamos a permitir que hagan sus pendejadas como ellos quieren.
Ya no permitamos que sigan muriendo de hambre y de enfermedad hombres, mujeres y niños de todo el mundo.
Porque sabemos que nosotras como mujer indígena y campesina, somos la que sufrimos más con nuestros hijos porque nosotros lo cuidamos y lo mantenemos.
Aparte de eso trabajamos en el campo.
Con esto debemos tener más coraje a luchar para acabar toda esta explotación y humillación.
También le queremos decir a los hombres que nos respeten nuestro derecho como mujer.
Pero no lo vamos a pedir de favor, sino que lo vamos a obligar a los hombres a que nos respeten.
Porque muchas veces el maltrato que recibimos las mujeres no sólo lo hace el rico explotador.
También lo hacen los hombres que son pobres como nosotras y bien que lo sabemos y no hay quien lo puede negar.
Porque como mujeres que somos, nos quiere humillar el rico, pero también el hombre que no es rico, o sea el que es pobre como nuestros esposos, nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros compañeros de lucha y los que trabajan y están organizados junto con nosotras.
Entonces claro decimos que cuando exigimos respeto las mujeres, no sólo lo demandamos de los neoliberales, también se lo vamos a obligar a los que luchan contra el neoliberalismo y dicen que son revolucionarios pero en su casa son como el Bush.
También les queremos decir a todas las mujeres de la ciudad que se organicen para luchar juntas porque también sufren la misma situación, la humillación y la explotación.
Porque las que trabajan en las fábricas como obreras, empleadas, maestras, secretarias, tienen en su patrón o patrona, porque las mujeres ricas también nos humillan y nos desprecian.
Y lo que ganan no le alcanza para la atención de sus hijos de salud, de educación y de alimentación.
Y también tienen que cumplir el horario que le dan y por si no cumplen la sacan de su trabajo mas sin embargo no le pagan el salario justo.
Y también las mujeres jóvenes que las persiguen y las molestan y las violan y los hombres ponen pretexto de cómo se visten las mujeres, pero eso no debemos permitirlo porque cada quien se viste como le da la gana y no por eso vamos a molestar o a violar.
Y queremos decir también sobre las mujeres que son asesinadas en Ciudad Juárez que es el estado de Chihuahua, aquí en México.
Ahí muchas mujeres son secuestradas y violadas y asesinadas y son puras mujeres jóvenes, pobres y trabajadoras.
Y sus familiares piden justicia y los gobiernos no hacen nada más que hacerse patos.
Y como no hay justicia pues siguen los asesinatos.
Viera que son hombres y ricos los que son secuestrados, violados y asesinados y verán qué rápido el gobierno y sus policías encuentran al culpable.
Pero no, no hacen nada porque las que mueren son mujeres y son pobres.
Por eso tenemos que organizar, para defendernos y obligar a nuestros derechos y de nada sirve esperar que el gobierno hace algo porque no hace nada más que dar entrevistas de radio y de televisión y de periódicos.
Por todo esto les decimos, hermanas indígenas, campesinas y de la ciudad, que las invitamos a que todas se organicen para luchar juntas ya que sufrimos igual la humillación de los ricos y también de nuestros hombres que no nos quieren respetar como mujer.
Pero ahora es el momento de que juntas obliguemos a los hombres a que nos respeten lo que somos y como merecemos.
¡Vivan las mujeres indígenas!
¡Vivan las mujeres campesinas!
¡Vivan las mujeres de la ciudad!
¡Vivan las mujeres pobres!
¡Democracia! ¡Libertad! ¡Justicia!
Desde las Montañas del Sureste Mexicano.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Comandanta Esther
México, septiembre del 2003
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La tierra es nuestra, no de quien la ve como una mercancía, expresa. Autonomía y resistencia, plantea David
Palabras del comandante David para la movilización de Vía Campesina, parte de las acciones contra el neoliberalismo, en Cancún, septiembre de 2003
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México, septiembre de 2003
Hermanos y hermanas campesinos e indígenas de México, de América Latina y del mundo:
Les mandamos a todos y a todas un saludo de los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Primero que nada queremos agradecer la invitación que nos hizo Vía Campesina para participar en este acto.
También agradecemos a todos los que asisten a esta importante movilización que nos dan la oportunidad de decir nuestra palabra.
Y nuestra palabra, hermanos y hermanas, es de autonomía y resistencia.
Frente a los poderosos del dinero que ahora se reúnen para hacer acuerdos de cómo acabarnos, de cómo humillarnos, de cómo desaparecernos, los zapatistas levantamos la autonomía y la resistencia como armas y escudos por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Porque nosotros, los pueblos indígenas de cualquier parte de México, de América Latina y de cualquier continente, siempre hemos sufrido toda clase de injusticias.
Sufrimos el despojo de nuestra riqueza natural, la tierra, el agua, los bosques, los ríos, los manantiales, las piedras, el aire, hasta las tumbas de nuestros muertos.
En todas partes nos tratan con desprecio y humillación.
Se burlan de nuestra lengua, de nuestra cultura, de nuestra vestimenta y de toda nuestra forma de ser.
Se burlan de nuestro color porque somos del color de nuestra madre tierra.
Desde la conquista española nos han tratado con desigualdad y con injusticia.
Ya no hemos sido tomados en cuenta en todos los planes de desarrollo y en las tomas de decisiones.
Como indígenas no tenemos derecho a la tierra, a la salud, la educación, la alimentación y vivienda.
En nuestra propia tierra somos esclavos y explotados.
O somos desalojados de nuestras propias tierras para obligarnos a quedar en la calle o irnos a morir en países extranjeros.
De esta manera hemos sido obligados a destruir nuestra unidad y nuestras ideas y costumbres colectivas.
Se nos ataca con ideas y costumbres distintas a la nuestra y así quieren destruir nuestros valores y quieren acabar con la convivencia respetuosa de muchas culturas como la que proclamamos los indígenas zapatistas.
Así que los poderosos nos quieren matar.
Pero nosotros queremos vivir.
Pero no vivir como esclavos, sino vivir con libertad, con democracia y con justicia.
Por eso, porque queremos vivir, la resistencia de los pueblos es ahora una de nuestras armas de lucha frente a los planes y proyectos de muerte del mal gobierno y de los poderosos.
Aunque la resistencia no ha sido ni será fácil para nuestros pueblos en resistencia.
Porque se tienen que soportar todos los golpes políticos, económicos, ideológicos, culturales, militares y paramilitares del mal gobierno.
Pero la resistencia nos hace fuertes y dignos, porque hace que no nos rindamos ni nos vendamos los pueblos zapatistas con las ideas y migajas del supremo gobierno.
La resistencia une a los pueblos en lucha que buscan una vida justa y en contra de los planes de muerte y destrucción de los poderosos.
Así, desde la resistencia, los pueblos empezamos a desarrollar nuestra vida política, económica, social, ideológica y cultural.
Porque de manera colectiva empezamos a desarrollar nuestros trabajos en la salud, la educación, la comercialización y en la organización de las autoridades autónomas.
Solo así, desde la resistencia, los pueblos pueden empezar a ejercer sus derechos a la autonomía, donde los pueblos empiezan a pensar, a organizarse y a decidir cómo quieren vivir y gobernarse sin que los políticos intervengan en la vida de los pueblos.
Con la resistencia vamos a defender nuestros derechos a la autonomía y a la libre autodeterminación.
Con la resistencia vamos a defender nuestras tierras, las riquezas naturales, la cultura y nuestras formas y modos de gobierno, o sea nuestra autonomía.
Porque la autonomía es parte fundamental para los pueblos indígenas, porque con la autonomía tenemos el derecho a pensar, a decidir, a organizarnos y gobernarnos como pueblos, de acuerdo a nuestra forma de entender, de acuerdo a nuestros conocimientos de la vida y del mundo, de acuerdo a nuestra cultura como pueblos.
Los pueblos indios de México y de toda América, con inteligencia y sabiduría han sabido organizarse, gobernarse y dirigir su propio destino y así han podido desarrollar su vida política, económica, social y cultural.
Por eso la autonomía es un derecho que deben tener todos los pueblos originales de cada país, para que puedan vivir con libertad, con derecho, con igualdad y justicia como todos los seres humanos.
Por eso los zapatistas reclamamos, exigimos y ejercemos todo ese derecho a la autonomía y a la libre autodeterminación para todos los pueblos indios de México y del mundo.
Este derecho nadie lo debe quitar, porque quitarle la autonomía a un pueblo es quitarle el derecho a la vida, a la creatividad, a la organización y al desarrollo.
Sin autonomía la vida de los pueblos será el sometimiento, la dominación, la humillación y la muerte.
Por eso, con el arma de la autonomía en una mano y el arma de la resistencia en la otra, hacemos un llamado a los campesinos de México y de todo el mundo.
Es un llamado que ya hizo hace muchos años el general Emiliano Zapata, que dijo que la tierra es de quien la trabaja.
La tierra que trabajamos es nuestra, no es de los bancos, ni de los que venden fertilizantes e insecticidas, y promueven los cultivos transgénicos.
La tierra no es de quien la ve como una mercancía, la vende y la compra, la destruye y la mata.
La tierra es de nosotros, los campesinos y los indígenas, y debemos tomarla en nuestras manos y hacerla producir para todos, no para un puñado de holgazanes que de la tierra no conocen ni el color.
Por eso, desde este rincón digno de nuestra patria mexicana, hacemos un llamado a todo el pueblo de México, a todos los pueblos de América Latina, y a todos los pueblos del mundo, a unirse a la resistencia y a apoyar la resistencia de todos los pueblos pobres del mundo que están siendo golpeados y amenazados para ser destruidos por la globalización de la muerte.
Hermanos y hermanas del mundo, los llamamos a unirse y organizarse en la resistencia mundial
¡Por la resistencia!
¡Por la humanidad!
¡Contra el neoliberalismo!
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las Montañas del Sureste Mexicano, por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Comandante David
México, septiembre de 2003
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"Tenemos en el corazón un mañana", dice a activistas. La globalización, máquina que come sangre y defeca dólares, dice Marcos
Palabras del subcomandante Marcos para la movilización en contra del neoliberalismo en Cancún, México, 13 de septiembre de 2003
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México, septiembre de 2003
Hermanos y hermanas de México y del mundo que se encuentran en Cancún en esta movilización contra el neoliberalismo:
Reciban un saludo de los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Es un honor para nosotros el que, en medio de sus reuniones, acuerdos y movilizaciones, hagan un espacio para escuchar nuestra palabra.
El movimiento mundial contra la globalización de la muerte y la destrucción tiene hoy en Cancún una de sus expresiones más brillantes.
Cerca de donde se realiza esta movilización, un puñado de siervos del dinero acuerdan las formas y los tiempos para continuar con el jugoso crimen de la globalización.
La diferencia entre ellos y todos nosotros, no está en las bolsas de unos y otros. Aunque las bolsas de ellos rebosan de monedas y las nuestras de esperanzas.
No, la diferencia no está en la billetera, sino en el corazón.
Ustedes y nosotros tenemos en el corazón un mañana por venir, es decir, por construir.
Ellos sólo tienen un pasado que quieren repetir eternamente.
Nosotros tenemos la vida, ellos la muerte.
Nosotros luchamos por la humanidad, ellos por el neoliberalismo.
Nosotros queremos la libertad, ellos quieren hacernos esclavos.
No es la primera vez, ni será la última, que quienes se piensan dueños del planeta tienen que esconderse detrás de sus altos muros y de sus patéticas fuerzas de seguridad, para hacer sus planes.
Como en una guerra, el alto mando de ese Ejército Transnacional que se propone conquistar el mundo de la única forma que es posible conquistarlo, es decir, destruyéndolo, se reúne bajo un sistema de seguridad tan grande como su miedo.
Porque si antes los poderosos se reunían a espaldas del mundo para maquinar sus futuras guerras y despojos, hoy tienen que hacerlo, no sólo frente a todos, sino ahora en contra de miles en Cancún y de millones en toda la Tierra.
Porque de eso se trata todo esto.
De una guerra.
De una guerra contra la humanidad.
La globalización de quienes son arriba no es más que una máquina mundial que se alimenta con sangre y defeca dólares.
Y en la complicada balanza que traduce muertes en dinero, hay un grupo de seres humanos que se cotiza a muy bajo precio en la carnicería global.
Somos los indígenas, los jóvenes, las mujeres, los niños, los ancianos, los homosexuales, las lesbianas, los migrantes, los diferentes.
Es decir, la inmensa mayoría de la humanidad.
La Guerra Mundial del poderoso quiere convertir al planeta Tierra en un club exclusivo donde él se reserva el derecho de admisión.
La zona lujosa y exclusiva en la que se reúnen ahora representa su proyecto de globo terráqueo: un complejo de hoteles, restaurantes y zonas recreativas de lujo, resguardado por ejércitos y policías.
Para el poderoso todos nosotros tenemos la opción de estar dentro de esa zona exclusiva pero sólo como sirvientes, o quedar fuera del mundo, es decir, de la vida.
Pero no tenemos por qué obedecer y elegir entre vivir como sirvientes o morir.
Poder construir un camino nuevo.
Uno donde vivir sea vivir con dignidad.
Uno donde vivir sea vivir con libertad.
Construir esa alternativa es posible y es necesario.
Esa alternativa es necesaria porque de ella depende el futuro de la humanidad.
Ese futuro está en juego en todos los rincones de cada uno de los cinco continentes.
Y esa alternativa es posible porque hay en todo el mundo quienes saben bien que "Libertad" es un verbo que, o se conjuga en plural, o no deja de ser una pobre coartada para el cinismo.
Hermanos y hermanas:
En el mundo entero hay en disputa dos proyectos de globalización.
El de arriba, que globaliza el conformismo, el cinismo, la estupidez, la guerra, la destrucción, la muerte, el olvido.
Y el de abajo que globaliza la rebeldía, la esperanza, la creatividad, la inteligencia, la imaginación, la vida, la memoria, la construcción de un mundo donde quepan todos los mundos.
Un mundo con...
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las Montañas del Sureste Mexicano, por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Subcomandante insurgente Marcos
México, Continente Americano, Planeta Tierra
Septiembre de 2003
Fuente: La Jornada, México